Muerdes la rosa, que sin espinas, provoca
la lentitud acerada de la nïeve en mi silencio,
cual hoja mullida cruenta, de mil descaros, tu boca
irradia tus dientes claros, la juventud ó renuncio…
Mis ojos tañen la brisa de tu mundano azor leve
cual ocio tan nacarado, nacarada virtud me eleve
tras el descaro soez, la misma pluma mitiga
el oro de tus laureles, ó los laureles mi amiga…
De sombras muerdes la rosa, y la rosa te perfuma
cual gallarda entonación, a mi desmedro, te acuna
ribete de tu sandalia ó eco de mi fortuna
aliciente de morada, ó vino que no trazuma…
Mis ojos ya no sabrían verte en espada, noble
acabando ya mi estrella, ó tu figura fulgure
tras el estío que abreva de tu mirada de roble
tras el destello que clama, ó mi virtud que aventure…
Tus ojos legan oriente de mi sagaz río mundano
a suelo desde tu mano, ó pérfida ráfaga al monte
cual suelo verde, lejano, que puede más horizonte
llamar lenta tu albura ó mi silencio decano…
Mis ojos tañen al verte, suspiros en otras botellas
cual vagas verdes estrellas, ó rosas que beben encintas
cual ojos mudos de asombro, ó lentas aras distintas,
encienden otras bramuras alcurnias breves ó bellas…
Prisionero de tu boca, he dejado el plenilunio
rozagante en mi destello ó nevado mi infortunio
garantía de tu boca, entre tus bucles dorados
alicientes bermellones de mi río enamorados…
Boca englute corazones prisioneros de clavël
rojo asedio de figuras que no besan a tus labios
condenados al silencio de tu beso de laurel
acicalando tu ruedo con el beso de tus labios…
Mi boca lleva fortuna, atada a tu roja locura,
desatada de lamentos que hacen sueño mi descaro
por el rojo mandamiento que es fortuna tan oscura
como el sueño de tu boca, tan silente como avaro…
Prisionero a tu descaro, haces Midas lo que toco
abrevando de mi sed, aquella laguna de oro,
que figura en mi inocencia, cual fortuna donde apoco
el ribete de tu luna, gentil ó lauro que acoro…
Muerdes la rosa, que sin espinas, provoca
la lentitud acerada de la nïeve en mi silencio,
cual hoja mullida cruenta, de mil descaros, tu boca
irradia tus dientes claros, la juventud ó renuncio…
Mi cárdena rosa tu apremias con juventud ó descaro
mi sueño oro prudencias hacen luz de lo artesano
que en mis sombras, a tu mano, lo oscuro besa el hermano
de un labio tuyo, otro labio, donde liberas lo caro…
Haces cielo de tus dientes, ó fortuna mi decoro,
Prisionero de tu boca, me tragas ó me demoro…
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