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por Oscar64 Dom Dic 25, 2011 6:23 amEn cada esquina
Decente humanidad, me encanta que me invites
a ser en ti un regalo, a estar en tus deberes,
a preocuparme igual que tú por nuestros niños y manzanas.
No puede ser que sigas padeciendo,
no puede ser, con tanta inteligencia,
que algunos pocos manden lo que otros muchos hagan
y en plena mayoría sólo lloremos por las noches.
Querida humanidad, también a mi me faltan
dos olas para el mar, un laberinto para el toro
y un té solo en la selva de tus ciudades y tormentos.
Quiero tu pan hecho aeroplano por las nubes,
tu vino salvador en las abejas de mi pelo,
tus rosas en la piel de todas las desnudas
y tu arco en el violín que consoló las mortandades.
Afirmo, humanidad, que nunca fuiste más agreste
que hoy que la estación ausculta las estrellas
y tú de ti estás lejos y ladras como un perro
que en cierta luna busca el mordisco que le dimos.
Cómo curar la venta fácil de tus sueños,
cómo sacar esos fantasmas de tu espejo,
cuentas de vidrio en la razón de los tahúres,
falsas promesas en el mesón de las autopsias.
Te llevo, humanidad, bajo mis faltas y mis risas,
bajo mi piel, mi plato, mi rosa deshojada
y en el libro que no leo porque aún no lo has escrito.
Te invito a que lo hagas, a que llenes
de trenes y campanas nuestros días con sus noches,
de panes la pobreza, de lluvia tus desiertos
y de alto amor el cielo que es más nuestro que del ángel.
También él volverá cuando resuelvas tu misterio:
tanto trigal y tanta hambruna al mismo tiempo,
tanta luna y tanto llanto que no seca su pañuelo,
tanta verdad y tú engañada por quien manda,
tanto dolor y el guitarrero que no calla aunque lo maten.
Por eso, humanidad, te abrazo y en ti sueño,
te espero en las cornisas, te ofrezco un pez dorado
y observo, observo cómo limpias tu camisa
y partes a la fiesta de la mano de quien quieres.
¿Bailas? ¿Bailaremos? Tengo un tiempo
y tú la eternidad de ser felices todos juntos,
vayamos pues, la orquesta ya nos llama
y el aire, humanidad, tiene tu nombre en cada esquina.
16 10 11
Decente humanidad, me encanta que me invites
a ser en ti un regalo, a estar en tus deberes,
a preocuparme igual que tú por nuestros niños y manzanas.
No puede ser que sigas padeciendo,
no puede ser, con tanta inteligencia,
que algunos pocos manden lo que otros muchos hagan
y en plena mayoría sólo lloremos por las noches.
Querida humanidad, también a mi me faltan
dos olas para el mar, un laberinto para el toro
y un té solo en la selva de tus ciudades y tormentos.
Quiero tu pan hecho aeroplano por las nubes,
tu vino salvador en las abejas de mi pelo,
tus rosas en la piel de todas las desnudas
y tu arco en el violín que consoló las mortandades.
Afirmo, humanidad, que nunca fuiste más agreste
que hoy que la estación ausculta las estrellas
y tú de ti estás lejos y ladras como un perro
que en cierta luna busca el mordisco que le dimos.
Cómo curar la venta fácil de tus sueños,
cómo sacar esos fantasmas de tu espejo,
cuentas de vidrio en la razón de los tahúres,
falsas promesas en el mesón de las autopsias.
Te llevo, humanidad, bajo mis faltas y mis risas,
bajo mi piel, mi plato, mi rosa deshojada
y en el libro que no leo porque aún no lo has escrito.
Te invito a que lo hagas, a que llenes
de trenes y campanas nuestros días con sus noches,
de panes la pobreza, de lluvia tus desiertos
y de alto amor el cielo que es más nuestro que del ángel.
También él volverá cuando resuelvas tu misterio:
tanto trigal y tanta hambruna al mismo tiempo,
tanta luna y tanto llanto que no seca su pañuelo,
tanta verdad y tú engañada por quien manda,
tanto dolor y el guitarrero que no calla aunque lo maten.
Por eso, humanidad, te abrazo y en ti sueño,
te espero en las cornisas, te ofrezco un pez dorado
y observo, observo cómo limpias tu camisa
y partes a la fiesta de la mano de quien quieres.
¿Bailas? ¿Bailaremos? Tengo un tiempo
y tú la eternidad de ser felices todos juntos,
vayamos pues, la orquesta ya nos llama
y el aire, humanidad, tiene tu nombre en cada esquina.
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