Cual tu heráldica dorada...

Cual tu heráldica dorada...

De tu Faena, cual tu heráldica dorada,
Ooh, mi adorada! Testa del aljibe puro,
denostando tu morada, níveo futuro
cual galante entonación de mi noche admirada…
Suaves ópalos de oro, el cristal con que te luce
el oprobio de tus mieles, cual arreglo de mirada,
en el Sueño atropellada, la figura que desmoce,
el cristal de tu mirada: desvarío de mi amada…

Función desde tu estrella, adelanto a tu hermosura,
la bandera de tu ángel, solamente por tu pecho
de irisadas fuentes ora, preludio de tu holgura
nacimiento en tu figura, estatura que se ha hecho,
para ver el Cielo Noble, tan de cerca como pudo,
la fantástica creatura, del silencio de los mudos,
que ensordecen la mirada, de las cálidas rosas,
arribando de tu mano, el silencio de tus cosas…

Solamente por tu boca, distinguida de Verano,
que ha vestido aquél impropio, pasatiempo de tu mano,
por el sórdido verano; distinguiendo de tu copla
la morada de tus ojos, donde en Tiempo no resopla…
Sólo, de tu Arte bello, no me ofusco ni me estrello
en el Sueño de tus labios, a la orilla de tu boca,
como un Náufrago se apiada, a la orilla de una roca,
de tu roca y de tus labios, es un Sueño y no me estrello…

Persiguiéndote las luces, en las dulces Odiseas,
tan frecuentes como versos, de las rosas que deseas
a los pies de tus moradas, en el sueño de las nubes,
hacia arcos que son flechas, y en el Cielo las retuve…
Sólo por paciente eco, de mi Trova en el orgasmo,
hace un Sueño que deseo, la distancia de tu boca,
en el albo roto hechizo, de la fábula a mi pasmo,
que desquita con el sueño, sencillamente, tu boca…

El preludio de lo fausto, proclive a dar derrotas,
en el álveo ruiseñor, rosicler a tus devotas
las palabras de la lluvia, que restauran las finezas,
del carbunclo de tu arte, como sueñan las bellezas…
Sólo gime de mi pluma, el constante desvarío,
que apoteca mi navío, con el arte de mi glosa
va nevando ya mi prosa, en el verso de mi estío
con carbunclo en mi navío, en el Sueño de mi esposa?

Ooh, si tanto fuera, Amada…: Sol dorado no termine,
en la búsqueda, tus labios, condolidos, me fulmine…