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por La fiesta del Heraldo...
La fiesta del Heraldo, muda trueca,
baldada sombra de gentil, su mueca
y alaba risas en tenor, sombra depreca,
que el vano albor, distinguido se apoteca…
Gentil su rima, dos Hidalgos, aún blasonan,
sus resplandores en la fiesta de su adorno,
la fiesta los Heraldos, continúan,
y las Doncellas de su amor, en amor, torno…
Es fiesta del color de sus mejillas,
que risa en su buril, pende, liviana,
sobre las costas de su amor, de sombra vana,
es la fiesta del color, de sus pupilas…
Sus ojos, verde esperan, nacimiento,
de las alas de sus cejas, enlutadas
por la fiesta del sabor de sus miradas,
solas esperan el albor, conocimiento…
Es fiesta del buril, de los Hidalgos,
cual vitupera ya en el alba, sus halagos,
parafraseándote, durmiente, gentil copla,
en la madeja del color, que al Oeste, sopla…
Ya fiesta en la albura de sus pechos,
nevada emerge de las costas, sus Doncellas:
sobre las costas nevadas, de sus lechos
ardientes Trovas, del sabor donde van ellas…
Es ahora fiesta, de las gemas encantadas,
perpetuas liras, de simiente vulneradas,
sobre el bautismo de la flor, de sus miradas,
sombras reparan del color, orillas, Hadas…
Y ya la fiesta, continúa, suave Música,
no del delirio de sus fauces amorosas,
encantadas de su Flor, nevadas prosas
que las Mujeres, no recitan, sin su Lírica…
Es fiesta en el proscenio de la Lira,
donde armada de su Voz, gentil respira:
una Doncella, que el hidalgo admira,
y en su morada, se sumerge, y se retira…
Es fiesta en el proscenio de la Lira,
que su Mirada adopta, gentil cuello,
hacia el Cisne nevado de su empello,
su carmesí, fulmina el rostro bello…
La fiesta del Heraldo, continúa,
entre los pechos de Doncella, que insinúa…
La fiesta del Heraldo, muda trueca,
baldada sombra de gentil, su mueca
y alaba risas en tenor, sombra depreca,
que el vano albor, distinguido se apoteca…
Gentil su rima, dos Hidalgos, aún blasonan,
sus resplandores en la fiesta de su adorno,
la fiesta los Heraldos, continúan,
y las Doncellas de su amor, en amor, torno…
Es fiesta del color de sus mejillas,
que risa en su buril, pende, liviana,
sobre las costas de su amor, de sombra vana,
es la fiesta del color, de sus pupilas…
Sus ojos, verde esperan, nacimiento,
de las alas de sus cejas, enlutadas
por la fiesta del sabor de sus miradas,
solas esperan el albor, conocimiento…
Es fiesta del buril, de los Hidalgos,
cual vitupera ya en el alba, sus halagos,
parafraseándote, durmiente, gentil copla,
en la madeja del color, que al Oeste, sopla…
Ya fiesta en la albura de sus pechos,
nevada emerge de las costas, sus Doncellas:
sobre las costas nevadas, de sus lechos
ardientes Trovas, del sabor donde van ellas…
Es ahora fiesta, de las gemas encantadas,
perpetuas liras, de simiente vulneradas,
sobre el bautismo de la flor, de sus miradas,
sombras reparan del color, orillas, Hadas…
Y ya la fiesta, continúa, suave Música,
no del delirio de sus fauces amorosas,
encantadas de su Flor, nevadas prosas
que las Mujeres, no recitan, sin su Lírica…
Es fiesta en el proscenio de la Lira,
donde armada de su Voz, gentil respira:
una Doncella, que el hidalgo admira,
y en su morada, se sumerge, y se retira…
Es fiesta en el proscenio de la Lira,
que su Mirada adopta, gentil cuello,
hacia el Cisne nevado de su empello,
su carmesí, fulmina el rostro bello…
La fiesta del Heraldo, continúa,
entre los pechos de Doncella, que insinúa…
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