...No son claras, las sombras...

…No son claras, las sombras…


No son claras las sombras de mi arpegio,
donde las clámides, buriles del amparo
ostentan brunas sombras al egregio
canto de las alas, que buscamos, si el faro
de la luz, vuelve las sombras,
como arde tu nombre entre las piras
si del arte de la voz, muda te admiras,
en letanía, si de oscuro, no te nombras.

No son claros, los destellos del adarme,
en cuyo faro, si del faro, no has de darme
en otra golondrina, mi soñarme
en otra bruna impronta, has de amarme…
No es lejano el sueño que amortaja,
la congoja del incendio del Verano
no es perdido el vuelo, si baraja,
la niñez de tu pelo, aquí en mi mano…

No responde, el viento, al solo Heraldo,
que la fausta doble miera de su cuna
no responde si no hay voz, en la laguna,
si en la pluma no hay hechizo, de Sol gualdo…
No hay bravía llamarada, sin las voces,
que la espada de la luna te platea
no hay desgano, ó frenesí sin la pelea
de las nubes en atardeceres, roces…

No es ya claro, la mirada en el coloquio vasto
cual la pupila en la sombra no depara,
cual aliento de tu boca, me repara
a vestir las claridades, jazmín casto…
Pierde el Oro, el amanecer ya dado,
cuando viertes las estrellas, si no hay nido
en las sombras de las noches que han huido
en las bocas que son fiesta, si no hay prado…

…Vuela el rostro, hacia el Cielo, que es peldaño,
hacia flores, que las Flores, han sabido
hospedar de su boca en el regaño…
las palabras de sus besos, que he sentido…
Vuela el astro, de tu pluma, que, si otorga
ya la boca al desenfado que en mí ciega,
apoderando mi batalla, que éste entrega
a las flores, que en mi náufrago, no amarga…

Sueño herido, sin las noches de tus sombras
que a las teas de tu glosa, en las mañanas
suelen darme la belleza, tan tempranas
sin vestir delicadeza, me deslumbras…
Oooh, si el Cielo conociera toda forma,
-cual conoce- en mis presos labios, besos
-fueran finta- de tus otras aptitudes, los regresos
de mis noches a tus claros, a los claros que tu beso conforma…

No son claras, claridades que se ofuscan,
(sin delirio, no hay belleza) que comunan,
tus labios hacia el alba donde abrunan,
los engaños, que del habla, sombras luzcan…
Fue belleza, todo el arte que te nombra:
hacia el arte del desvelo que ensombrece,
con la cuna de mi palio, palidece
y en la boca de tu canto, se alumbra…

No son sombras, los claros de tus albas,
palideces, que la noche llama enalbas…