Emersión
Sólo sé, que mi llama, perdura a la noche.
En mi cuarto, la bruma acongoja y no cede el desvarío su flor de antagonía…
Perdura, pétrea, su voz
en indómitas llamas de antigualla
sostenidas, con el esmero de mi trance en la penumbra seca de las hojas roídas.
Ante la noche, ciega
su paulatino gris de sordo afán,
en busca de mareas, circunvalando el horizonte de plegarias
-atisbo lunar, y reluciente- de la noche, en enérgicos sables de morosas e idénticas asadas.
De vértebras antes del Tiempo. Antes de la gris y sorda clámide de burocracias nocturnas, -antes de la noche-; antes de la sombra que pluguiera enérgica contra los laúdes; y victimó su lengua de oro contra los soles que desafiaban aquélla Música celeste…
Contra las hélices de sopor que vierten desmesura del aliento:
Contra el vate, que apuntala misérrima elocuencia del pasado,
haciendo verbo su sufragio-
en torno al arrecife de bocas iracundas y plebeyas suertes,
de toscas y marmóreas noches eclipsadas de centellas lacerantes que proclamen
Aurora…
Ante el silbido, casto y solazado de miel
donde las astucias no anochezcan
y la voz de su miera se decida a rizar,
la madeja de suspiros:
Ante la ciega boca, que distrae de su equinoccio la bandida desnudez
de su arrebato inerte…
Ante la flor, ante la búsqueda, …ante el circo,
ante la voz que proclame y vitupere la manera aguda
ante la bella que no me libe y me fornique;
Ante la luz de una escalera,
ante la sombra que percude entre las sombras, noches esbeltas
y tragos audaces de estrellas...!
Ante la boca el suspiro y la elocuencia
el verso y su migaja dulce,
y su pan
de mil bocas,
Ante la siempre gozada y lucrativa medalla que el honor transporta,
ante la cerrajería de las llaves de los himnos,
Ante la desnudez del alma,
y su frente...
Ante la siembra –de todo tipo-
ante la pequeñez de la cosecha de la Economía…
(Que sólo fuera parte ínfima, del Mundo y de la Vida)
Ante las rosas, y su verde preámbulo, su tallo efímero su verso divino, su cántaro altruista…
Ante el Arte de renombrar todo, y hacer la Vida y el mundo para todos, y para todo…
Ante el constante Arte, -que no deje de fluir- de hacer mejor las cosas,
ante cada tropiezo, mil aciertos, ante cada
acierto y un error, nuevos aciertos, haciendo nuevas luces, La Vida, para todos,
Haciendo Mejor el Amor,
haciendo Más espacio, para el amor.
Sólo sé, que mi llama, perdura a la noche.
En mi cuarto, la bruma acongoja y no cede el desvarío su flor de antagonía…
Perdura, pétrea, su voz
en indómitas llamas de antigualla
sostenidas, con el esmero de mi trance en la penumbra seca de las hojas roídas.
Ante la noche, ciega
su paulatino gris de sordo afán,
en busca de mareas, circunvalando el horizonte de plegarias
-atisbo lunar, y reluciente- de la noche, en enérgicos sables de morosas e idénticas asadas.
De vértebras antes del Tiempo. Antes de la gris y sorda clámide de burocracias nocturnas, -antes de la noche-; antes de la sombra que pluguiera enérgica contra los laúdes; y victimó su lengua de oro contra los soles que desafiaban aquélla Música celeste…
Contra las hélices de sopor que vierten desmesura del aliento:
Contra el vate, que apuntala misérrima elocuencia del pasado,
haciendo verbo su sufragio-
en torno al arrecife de bocas iracundas y plebeyas suertes,
de toscas y marmóreas noches eclipsadas de centellas lacerantes que proclamen
Aurora…
Ante el silbido, casto y solazado de miel
donde las astucias no anochezcan
y la voz de su miera se decida a rizar,
la madeja de suspiros:
Ante la ciega boca, que distrae de su equinoccio la bandida desnudez
de su arrebato inerte…
Ante la flor, ante la búsqueda, …ante el circo,
ante la voz que proclame y vitupere la manera aguda
ante la bella que no me libe y me fornique;
Ante la luz de una escalera,
ante la sombra que percude entre las sombras, noches esbeltas
y tragos audaces de estrellas...!
Ante la boca el suspiro y la elocuencia
el verso y su migaja dulce,
y su pan
de mil bocas,
Ante la siempre gozada y lucrativa medalla que el honor transporta,
ante la cerrajería de las llaves de los himnos,
Ante la desnudez del alma,
y su frente...
Ante la siembra –de todo tipo-
ante la pequeñez de la cosecha de la Economía…
(Que sólo fuera parte ínfima, del Mundo y de la Vida)
Ante las rosas, y su verde preámbulo, su tallo efímero su verso divino, su cántaro altruista…
Ante el Arte de renombrar todo, y hacer la Vida y el mundo para todos, y para todo…
Ante el constante Arte, -que no deje de fluir- de hacer mejor las cosas,
ante cada tropiezo, mil aciertos, ante cada
acierto y un error, nuevos aciertos, haciendo nuevas luces, La Vida, para todos,
Haciendo Mejor el Amor,
haciendo Más espacio, para el amor.
Última edición por caminandobajolalluvia el Miér Ago 22, 2018 10:32 am, editado 1 vez
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