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por Por cuanto el vino
Por cuanto el vino de tu mosto sediento,
trova mi aguerrida sombra, desluce el llanto
un nuevo nombre de dolor, bajo el intento
del desmedido amor, mientras te canto…
La palabra que evoca y te musita,
en el oído taimado de la luna,
que, hasta sentir, el doble claro de tu cuna,
robas mi cielo, en lento albor, palabra cita:
Ooh de tu clara efusión, noble, desquita
el amansado valle que importuna,
ó doblegado aquél amor de flor alguna
tu risa sesga, lo maniatado, y te recita…
Palabra, miel, la rosa ebria, tu perfume,
canto hace diez, ó diez en diez, la flor retuve
en otro claro de bondad, de luz exhume,
todo el silencio de mi piel, mi ardor de nube…
Ó la centella de tu cuerpo, trae adorno,
que no suplica mi meandro a la fortuna,
en otro estero, ó en el río, a tu laguna,
desde tu cuerpo, a la cumbre que te exorno…
En otro claro de mi luz, mi voz es trance,
desnudo el viento, de tu océano salvaje:
por cuanto en el silencio del romance,
la luz de nieve cae, pasión, brebaje…
Ooh, brebaje de tu esencia, de tus senos!
Ya mi sendero en otra águila terrena,
no sabe amarse, sin el rostro de mi pena
ó en otra estera, con tu canto, con tus trenos!
Mi boca enlaza, el suspiro a vanidad,
y encumbra alado, displicente, su tertulia,
otras sombras de mi hechizo de bondad,
sonríe el ala de mi voz, en tu lujuria…
Boca que cierne el paraíso a tu medalla,
medalla de eclosión, oro refulge,
y en su marea, lenta voz, tañe y sumerge
la golondrina de mi sien, que en tu alba encalla…
Muralla de mis versos, senectudes,
el tramo adusto de mis alas son tu risa
otras respuestas de tesón, junto a la prisa,
y mi sendero en otra miel, ó en tus virtudes…
Bebo, las gotas de aquél vino, que son puras
palabras en el oxígeno del habla,
tu lengua muda hace paráfrasis de nïebla,
tu goce exuda mi prisión, en las alturas…
Palabra cede, ó la música, del grito,
nevando el habla de escozor, llanto propenso,
a tu efusión, ó desde el claro de mi hito,
amansa cruel, la risa unánime que pienso…
Mi voz provoca, ó ya el bermejo trance escucha:
ya no tu boca, la prisión, mi amor te lucha…
Por cuanto el vino de tu mosto sediento,
trova mi aguerrida sombra, desluce el llanto
un nuevo nombre de dolor, bajo el intento
del desmedido amor, mientras te canto…
La palabra que evoca y te musita,
en el oído taimado de la luna,
que, hasta sentir, el doble claro de tu cuna,
robas mi cielo, en lento albor, palabra cita:
Ooh de tu clara efusión, noble, desquita
el amansado valle que importuna,
ó doblegado aquél amor de flor alguna
tu risa sesga, lo maniatado, y te recita…
Palabra, miel, la rosa ebria, tu perfume,
canto hace diez, ó diez en diez, la flor retuve
en otro claro de bondad, de luz exhume,
todo el silencio de mi piel, mi ardor de nube…
Ó la centella de tu cuerpo, trae adorno,
que no suplica mi meandro a la fortuna,
en otro estero, ó en el río, a tu laguna,
desde tu cuerpo, a la cumbre que te exorno…
En otro claro de mi luz, mi voz es trance,
desnudo el viento, de tu océano salvaje:
por cuanto en el silencio del romance,
la luz de nieve cae, pasión, brebaje…
Ooh, brebaje de tu esencia, de tus senos!
Ya mi sendero en otra águila terrena,
no sabe amarse, sin el rostro de mi pena
ó en otra estera, con tu canto, con tus trenos!
Mi boca enlaza, el suspiro a vanidad,
y encumbra alado, displicente, su tertulia,
otras sombras de mi hechizo de bondad,
sonríe el ala de mi voz, en tu lujuria…
Boca que cierne el paraíso a tu medalla,
medalla de eclosión, oro refulge,
y en su marea, lenta voz, tañe y sumerge
la golondrina de mi sien, que en tu alba encalla…
Muralla de mis versos, senectudes,
el tramo adusto de mis alas son tu risa
otras respuestas de tesón, junto a la prisa,
y mi sendero en otra miel, ó en tus virtudes…
Bebo, las gotas de aquél vino, que son puras
palabras en el oxígeno del habla,
tu lengua muda hace paráfrasis de nïebla,
tu goce exuda mi prisión, en las alturas…
Palabra cede, ó la música, del grito,
nevando el habla de escozor, llanto propenso,
a tu efusión, ó desde el claro de mi hito,
amansa cruel, la risa unánime que pienso…
Mi voz provoca, ó ya el bermejo trance escucha:
ya no tu boca, la prisión, mi amor te lucha…
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