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por Me roba esta noche…
Me roba esta noche, de lluvias increpándole sereno
a mi doble voluntad cual la gaviota
su frescura de plata
tras la nube…
Tu rostro es el océano imbuido
que colapsa,
gentil llanura, madreselva
de un espasmo doloroso…
Mi joven llanto
empapa la lluvia
tras el volante loco
de un febril acantilado
de sueños
corrompiéndole a la noche
su silencio
de agua voladora
y de semillas…
Mi canto
bebe
el latido veloz
tras el llamado
de una extenuante primavera
sofocada
tras el delirio de un ramo
de ciertas
gentilezas,
buscándole a la noche
su rincón de pavesas…
El sueño
cae
tras el verano
desvelado
como una quietud
abrumadora
tras el
lienzo
que busca en primavera
tu suspiro
nacarado de juventud
y
gloria
de rocío
tras el frescor
del arrebato
atrincherado en tu bandada,
en tu cuna
acendro de juventud
tras la
maleza
de una serpiente
de doblegada
espuma
trepidante maíz
que silba
tras el arco
de un sollozar
de flechas y de albores
de róseos canturreos
de flores
y bandadas
eléctricas
tus brazos
arrean la penumbra
sofocada de besos
y laúdes…
Primaria desnudez
de un canto incierto
de promesa
saturada
que silba
en el diamante
su corola,
su fecunda placidez
tras el desvelo
que acecha
oh aún acecha
doblegando la mirada
y en cinéticas
formas derruidas
de elocuencia
tu rapto
es el color
de una brisa
tras el llanto
tras la quimera
de mi rostro
aletargando
la efímera respuesta
veraniega,
tras el dolor
que te causa
una entrega…
Tras la lluvia
que bebe
la añoranza
de tu pelo,
hechizado
de lucernas
de robo ante la miel
de tu vergel
acobardado
de semillas
presas.
Y si mi oído
se ciega
ante la nocturna
aridez
de tus pupilas,
mi llamado
es el ego eclipsando
la marea
de tu sueño…
En mi desvelo
canta
el albor
de tu perfume,
tras la sonrisa
de mi silencio
constelada…
Me roba esta noche, de lluvias increpándole sereno
a mi doble voluntad cual la gaviota
su frescura de plata
tras la nube…
Tu rostro es el océano imbuido
que colapsa,
gentil llanura, madreselva
de un espasmo doloroso…
Mi joven llanto
empapa la lluvia
tras el volante loco
de un febril acantilado
de sueños
corrompiéndole a la noche
su silencio
de agua voladora
y de semillas…
Mi canto
bebe
el latido veloz
tras el llamado
de una extenuante primavera
sofocada
tras el delirio de un ramo
de ciertas
gentilezas,
buscándole a la noche
su rincón de pavesas…
El sueño
cae
tras el verano
desvelado
como una quietud
abrumadora
tras el
lienzo
que busca en primavera
tu suspiro
nacarado de juventud
y
gloria
de rocío
tras el frescor
del arrebato
atrincherado en tu bandada,
en tu cuna
acendro de juventud
tras la
maleza
de una serpiente
de doblegada
espuma
trepidante maíz
que silba
tras el arco
de un sollozar
de flechas y de albores
de róseos canturreos
de flores
y bandadas
eléctricas
tus brazos
arrean la penumbra
sofocada de besos
y laúdes…
Primaria desnudez
de un canto incierto
de promesa
saturada
que silba
en el diamante
su corola,
su fecunda placidez
tras el desvelo
que acecha
oh aún acecha
doblegando la mirada
y en cinéticas
formas derruidas
de elocuencia
tu rapto
es el color
de una brisa
tras el llanto
tras la quimera
de mi rostro
aletargando
la efímera respuesta
veraniega,
tras el dolor
que te causa
una entrega…
Tras la lluvia
que bebe
la añoranza
de tu pelo,
hechizado
de lucernas
de robo ante la miel
de tu vergel
acobardado
de semillas
presas.
Y si mi oído
se ciega
ante la nocturna
aridez
de tus pupilas,
mi llamado
es el ego eclipsando
la marea
de tu sueño…
En mi desvelo
canta
el albor
de tu perfume,
tras la sonrisa
de mi silencio
constelada…
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