Sombra de los otros

Sombra de los otros


Sombra de los otros, sombra devorada
por el caimán de luz, que el llanto encierra,
sombra del dolor, del llanto de la Tierra
contra el llanto del amor, ensimismada…
Campana del amor, contra la guerra
de la müerte de los hombres, arraigada
sombra de la sangre, encarcelada,
muerte del amor, y de pena, que destierra…?

Sombra de los otros, ¿no habrá otros
que los otros niños y los hombres,
no sean “lobos” de los lobos y sus hombres,
no sean llanto, de mi hermano, contra otros…?
Qué más depara el morir desprevenido,
si la CAUSA, es la muerte que no aleja
el final, que me acerca y que despeja:
todo llanto de amor, al que me anido…?

Si algo tiene que morir, muera la muerte,
la muerte de los otros, muerte nuestra,
el llanto donde hay sangre que no es vuestra!
El amor que muere, nos despierte!
Si los otros, que están lejos, son mi hermano,
qué ha de ser, contra muerte y contra otros?
Si el agravio de morir no está en nosotros
y no la muerte, cercándolos en vano…?

Presa de la sombra de mi hermano,
moriré, no de mi muerte, de tu mano.