Desigual morfología (de lo moreno a mi oro).
Del estro cabe soñando, la virtud en tu paloma
vanagloriando las fauces, que legitima la Aurora,
por incipiente Señora, deslumbrando mi amor toma
por consiguiente, su axioma, atesorando su flora…
De entremés en tu sigilo, perfumando ya la gloria,
sucumbiendo ya a mis pasos, ó los pasos a la novia
privando mi desdén caro, atiborrando la euforia,
por el soplido del alba, atesorándote, rubia…
Mi desdén caro no inflama, ya chamuscada, la tea
parafraseando en albores, de aquél desdén, la mirada,
ó ya ultimando la rosa, la rosa bien adueñada
de su loor cejijunta, cejijunta su alma lea…
Vanagloriando el espacio, que hace común mi morada,
atesorando tu cuna, ó tanta unión aprensada
de tu silencio de alba, ó de niebla mi oro cano,
tan deslumbrada la mano, de tu virtud, artesano…
Mi rosa trae en el lirio, tu voz süave en la madeja
y perfumando la gloria, desnuda por cuanto espeja
de tu virtud ensenada, el robre por cuanto empeña,
su gozo no la claudica, venerando de su düeña…
Virtud que aprueba el enlace, de toda fútil palabra,
entonando galardones, arrobándote la calma
por sobre ti, la mirada, insipiente, si no ciega,
tu oro colmando la entrega, rauda en ti, veranïega…
Ó tan distinta del alma, donde ocupó mi bandada
su llanero en dulce Trova, solemne trago de miel,
acicalando la espuma, de tan glorïoso laurel
desvencijando la nieve, de tan profunda allanada…
Por cuanto estima mis ansias, declive su trato gira
entorno do nïeva, de su virtud, la mirada,
do vuelve de sus espumas, el canto mudo a la Lira
ya comendando su rosa, doncel que apaña y amada…
Dosel que priva el ornato, cual la figura desärma
su lentitud su oro fina, y el resto de su morada,
englosa altivo jornadas, de sobra antigualla vestida
para la cándida luna, orfebre que luego alarma…
Su virtud moza, no iguala, capricho luego sedante
vanagloriando el instante, y luego profundo la brecha,
joven y sola empañe, su juventud tan deshecha
pero lasciva y desnuda, entorno de su diamante…
Joven, tan joven, celeste, cual cielo la ïmplora
nevando su rosa pura, cual tea más la demora,
de su ribete de claustro, vajel sólo de su mella
pasïvo instante de luna, candil, morada ó estrella…
Sus labios joven hazaña, pernoctan asiduos gemidos,
por cuanto sólo su boca, irradia lentos ardides
dulcificando sus besos, cuántos jazmines anides,
desde su boca a tu beso, labios su rosa, prohibidos…
Tan sólo de la morada, invicta unánime bella,
su beso empaña mi boca, no labios su goce, destella.
Del estro cabe soñando, la virtud en tu paloma
vanagloriando las fauces, que legitima la Aurora,
por incipiente Señora, deslumbrando mi amor toma
por consiguiente, su axioma, atesorando su flora…
De entremés en tu sigilo, perfumando ya la gloria,
sucumbiendo ya a mis pasos, ó los pasos a la novia
privando mi desdén caro, atiborrando la euforia,
por el soplido del alba, atesorándote, rubia…
Mi desdén caro no inflama, ya chamuscada, la tea
parafraseando en albores, de aquél desdén, la mirada,
ó ya ultimando la rosa, la rosa bien adueñada
de su loor cejijunta, cejijunta su alma lea…
Vanagloriando el espacio, que hace común mi morada,
atesorando tu cuna, ó tanta unión aprensada
de tu silencio de alba, ó de niebla mi oro cano,
tan deslumbrada la mano, de tu virtud, artesano…
Mi rosa trae en el lirio, tu voz süave en la madeja
y perfumando la gloria, desnuda por cuanto espeja
de tu virtud ensenada, el robre por cuanto empeña,
su gozo no la claudica, venerando de su düeña…
Virtud que aprueba el enlace, de toda fútil palabra,
entonando galardones, arrobándote la calma
por sobre ti, la mirada, insipiente, si no ciega,
tu oro colmando la entrega, rauda en ti, veranïega…
Ó tan distinta del alma, donde ocupó mi bandada
su llanero en dulce Trova, solemne trago de miel,
acicalando la espuma, de tan glorïoso laurel
desvencijando la nieve, de tan profunda allanada…
Por cuanto estima mis ansias, declive su trato gira
entorno do nïeva, de su virtud, la mirada,
do vuelve de sus espumas, el canto mudo a la Lira
ya comendando su rosa, doncel que apaña y amada…
Dosel que priva el ornato, cual la figura desärma
su lentitud su oro fina, y el resto de su morada,
englosa altivo jornadas, de sobra antigualla vestida
para la cándida luna, orfebre que luego alarma…
Su virtud moza, no iguala, capricho luego sedante
vanagloriando el instante, y luego profundo la brecha,
joven y sola empañe, su juventud tan deshecha
pero lasciva y desnuda, entorno de su diamante…
Joven, tan joven, celeste, cual cielo la ïmplora
nevando su rosa pura, cual tea más la demora,
de su ribete de claustro, vajel sólo de su mella
pasïvo instante de luna, candil, morada ó estrella…
Sus labios joven hazaña, pernoctan asiduos gemidos,
por cuanto sólo su boca, irradia lentos ardides
dulcificando sus besos, cuántos jazmines anides,
desde su boca a tu beso, labios su rosa, prohibidos…
Tan sólo de la morada, invicta unánime bella,
su beso empaña mi boca, no labios su goce, destella.
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