De tu mirada…

De tu mirada…

De tu mirada no me alejo, para saciar mi ojo
desnuda catalejo, enfrena mi hostil ascua,
Narciso puebla el agua, que ha de ser espejo
y rémora me invita, la imagen no promiscua…
Venablo de tu andada, ya cena gentil copla,
desnuda en mi lamento, aciertos contra ola
alerce y luego pinos, desune y se desola,
campiña de mi vientre, arredra y luego escopla…

Brebaje de tu estirpe, tan luego llama embuste
tan nacarado rüego, la tëa que te invoca,
a tan sutil desarme, los besos de tu boca
invade mi coraje, con el coturno en fuste…
Mis olas no me agregan, la plata a tu mirada
y en tu redil bermejan, del ocio a tus razones,
y abrevan de tu cauce, plegarias con pasïones
desnudas elocuencias desama tu alborada…

El rostro que es apenas dibujo en tanto goce
tus élitros nevados, caudal que asoma y cuece,
en mi marmórea ceje, de tu pretil esboce
la causa de tus ojos, desnuda en tanto mece…
Asola mi figura, en soledad multada,
acopio en tu figura con la beldad nevada
irradia soles tenues, crepúsculos abreva,
de tus oros nevados, estrellas que me lleva…

Besando soledades, acopio gentil musa,
sinérgicas miradas, a tu ribete enseña
prendando la maleza que a mi buril despeña,
fragante y alocado, cual numen su Medusa…
Hechizo de serpientes, con sales me revoca,
a tu pretil consciente, de oros entre hojas
y en tu mirada tremas, lo que suspiro arrojas
desnuda entre miradas, que lo sutil apoca…

Tu beso es más sencillo, cual náyade florida
esfuma en mi diamante, perfume y acogida,
desflora en tu fragancia, la testa más fingida
ya desde tu hermosura, ó gracia distendida…
Maleva en tanto gozas, de mis ojos ausentes,
y besas mis suspiros, cual horas encauzadas
a tus bellas miradas, panojas enlazadas
donde tu cuerpo arroja, mis labios precedentes…

Tu piel tu beso incita, fragancia no nos une,
ya desde tu mirada, tu cuerpo no lacera
fragancia que se impone, desnuda y atempera
tu beso con mis labios, de lejos importune…
Tan hora de mis brazos, en vüelo los realza
tu cielo enamorado, tu vid entre tus senos,
fragancia a mis desvelos, de cauce no los calza
para vïolar tu espuma, crecida en versos buenos…

Mis ojos son tus llamas, sutil acogedora,
impones en los lienzos, la rima vertedora…