Un instante…

Un instante…

Un instante se ventura, no es quieto sin la noche,
de fuga en mi colegio, de rapto humano afobie
tu luna candil lego, impronta en el derroche,
su lluvia al oro cauto, nevado en sol ennovie…
Reclama sino ausente, la villa de mi alma,
desnude mi amor, rizo, de lumbre hacia la enhiesta
solicitud del guante, nevado en la floresta,
azoga con tu canto, figura de mi calma…

Hirviente mar atronce, suspiros virginales,
desnudos los zafiros, que vuelven en estrellas
y cubren con los tratos, palabras y doncellas,
se vuelven en mi rostro, de rostros desiguales…
Palpitan con tu ruego, palabras, otras testas,
cual gustas con tu vino, endeble si no llama
cardumen de mi rama, a tu pretil detestas
suspiro en otras restas de pájaros, reclama…

Florido en otro arpegio, sin pie tu gentil musa
adorna en mi colegio, escuálido menguante,
y arroba penetrante, su claro pie, confusa
en otro rutilante arpegio al claro infante…
De sus pies, a su principio, enmuda gentil glosa
vulnerando ya oropeles que besan los letargos,
cantando mares largos, de zumos en la fosa
aguados de Verano, si no es plañir embargos…

Desnuda pecho ausente, no es de su mirada
el rostro que confiere, su desnudez ociosa!
Cervatillo a su azalea, que no es juicio de rosa
contar de su talento, su claro, perpetrada…
Su altiva sombra nieva, su ósculo no abreva
sus dientes en mi lengua, clama al gentil arte:
comparte tu mirada, y pecho en gentil prueba,
tu risa en otra selva, desnuda con amarte…

Tus pezones sombríos, escuden homenaje
de un tibio y recatado, perfume con arbitrio,
desnudan tus silencios, tus gemelos de encaje
presumen con besarlos, espumas que glorío…
Tus besos llaman fauces, dormidas que despiertan
y unen en los besos los labios que sonrosan,
capitales sombras nacen, de besos donde gozan
desnudos son tus labios, con besos que conciertan…

De robo en tu pie bello, aclara sombra nívea
desune con su claro, y aclara la bravía
tan dócil tu llamado, en ser la mujer mía
que englosa del pecado, la suma que prevea…
Desnudas besos claros, que rosas cantan ciertas
los claros de las rosas, sus pétalos orquídean,
y braman las fragancias, tus pechos que despiertas
en horas de tus senos, que rezan y jadean…

Tu claro no es mi beso, tu risa no es nevada,
si no la luna amante aclara su mirada
y envuelve con tu pena, el mirto que deseaba
latiendo Primaveras con risas que buscaba…
Y encontré tus labios dulces, de dulzura tardía
envuelta en mi plegaria, de amor y picardía
y en besos, buen semblante, de rostro el amor mío
se hunde en el paraje nocturno y ya sombrío…

Ya desde tu pie claro, ó junto a ti, oportuna,
me privas el aliento, de besos, desayuna…

Inspirado estuviste, poeta. Muy bello tu poema.

Enhorabuena,
fernando

Muchas gracias, amigo! Un abrazo grande, Poeta!!!

Ale



Te sigo leyendo, amigo!