Bebe lunas

Bebe lunas, de mi océano la noche, en cuya fragua, a mi cabestro, hace de espuma, el lienzo alado desde mi Sol, mi verde aroma
aúna el sitio de mi voz, entre la espuma...

Sol de llanero, desde mi alfange, sobre el asta,
mi pordiosera mueca de neón, su testa, hace de sombra
pasantía que contesta, y no la noche la esmeralda que me roba...
Bribón oculto entre la mella de su goce,
de sola voz y la admitancia a mi fortuna,
de sola estirpe nacarada de mi ansia
puebla y dirige de su Sol, su Fa y gemido...

Vuela el acicate de la noche, dividida en
trueno y en relámpago, multiplicando
el eco que asoma entre silencios,
desnuda llama, que proyecta y crea duelos...

Sol de amapolas casi coartando la figura
que se entrecruza en el bosquejo de mi alma,
casi talando a contrapelo su dulzura, y aún hechizando
de mi vuelo la batalla...

Enternecida con su canto febril noche
hace de gema de neón y brava inciertos
los pasadizos de su voz y sus conciertos,
puebla su calma la figura del aliento...

Nace el silencio en la bandada que al oírme
se hace flecha del espanto de su gota,
cuyo archipiélago de mar y aún la derrota,
puebla en el lirio su contorno y amanece...

Llanura, Vendaval, puebla distancia,
en el erial a mi volumen, de mi magia...