Para vos, Meybel
Rojo tacto de amor
Rojo tacto de amor, donde los huérfanos de miel
besan el polvo, donde tu risa es oro en mi bajel,
donde la llama, es llama que te espera y aún te llama
sobre el sendero de mi voz, que te reclama…
Tu sombra empequeñece mis laúdes, lloviznando
el eco de mis dulces amoríos, cautivando
mi solo lienzo cual pintura se porfía
en restañar lo confuso que me agría…
Mi sombra es médano del lirio que invitaba
ó tu carbunclo vuelve sal, que lo esmaltaba
sobre la tea que suspira en el invierno,
mis ojos bañan con su fuego, dulce y tierno…
Mi amor prepara lo que alaba tu suspiro
sobre la tea de mi habla, de mi forma,
sobre el sendero de mi sombra, mi zafiro
vuelve luna, la nieve de tu norma…
Tu risa es es el calor de mi fragancia,
donde la espuma en tus mejillas vuelve nube
aquél dulzor de algarabía que no tuve
ó casi miente no mi amor, sí mi constancia…
Pues tu belleza me hace frágil obsecuente,
de mi amor nato, impasivo, y pertinente
sobre la mella de mi sombra no me abato:
lanza tu beso aquélla flor, que ato…
Si mi sonrisa nevara sobre el trueno
tu lluvia hiriera con perfume mi fragancia
de sólo hielo, de pavor hecho sustancia
sobre el desvelo de mi amor, que freno…
Tú eres la brisa que anestesia mi dolor,
ó no mi ausencia, desvalida, hecha belleza
sobre el imán poderoso de tu artesa
donde resbalo y caigo al ocio de tu flor…
No mi verano llama dote aquél empino
sobre lo llano, precipitándome a tus brazos,
donde me halaga sonreír sobre tus labios
ó sólo intento besar tu amor endrino…
Si mi silencio no buscara sombra alguna,
no te deseara bella sombra, luz endecha
sobre el carbunclo de la luna que repecha
aquél juglar que rosas tiene, ó ninguna…
Sólo fragancia a mi desvelo canta el arte
Oh, mi Yohana! Meybel, puedo soñarte!
No mi descaro en mi pobreza no me exime
de tal pobreza si a tu risa imprime!
No mi Verano haga miel cuando me adorne
ya mi suspiro nacarado afronta,
de tu silencio enamorado exorne
si mi silencio ya perdido, lo tramonta…!
Oh, Tú, mi Ángel, oh Tú, delicia, Oh mi sombra!
Tan extasiada aguja fuera mi pino hermano,
de mi verde soberano, cual conífera me nombra
ya tu suspiro helado ó mi palabra en mano…
Mi beso busca tus labios, cual distinguido oro
ya no saciada sed, de mi venablo incierto,
donde mi robo, aliento, de tu fragancia el goce
es tu suspiro alado de tu perfume cierto!
Me robas, cual crepúsculo, la tarde:
Oh Meybel, en tu suspiro mi amor arde.
Rojo tacto de amor
Rojo tacto de amor, donde los huérfanos de miel
besan el polvo, donde tu risa es oro en mi bajel,
donde la llama, es llama que te espera y aún te llama
sobre el sendero de mi voz, que te reclama…
Tu sombra empequeñece mis laúdes, lloviznando
el eco de mis dulces amoríos, cautivando
mi solo lienzo cual pintura se porfía
en restañar lo confuso que me agría…
Mi sombra es médano del lirio que invitaba
ó tu carbunclo vuelve sal, que lo esmaltaba
sobre la tea que suspira en el invierno,
mis ojos bañan con su fuego, dulce y tierno…
Mi amor prepara lo que alaba tu suspiro
sobre la tea de mi habla, de mi forma,
sobre el sendero de mi sombra, mi zafiro
vuelve luna, la nieve de tu norma…
Tu risa es es el calor de mi fragancia,
donde la espuma en tus mejillas vuelve nube
aquél dulzor de algarabía que no tuve
ó casi miente no mi amor, sí mi constancia…
Pues tu belleza me hace frágil obsecuente,
de mi amor nato, impasivo, y pertinente
sobre la mella de mi sombra no me abato:
lanza tu beso aquélla flor, que ato…
Si mi sonrisa nevara sobre el trueno
tu lluvia hiriera con perfume mi fragancia
de sólo hielo, de pavor hecho sustancia
sobre el desvelo de mi amor, que freno…
Tú eres la brisa que anestesia mi dolor,
ó no mi ausencia, desvalida, hecha belleza
sobre el imán poderoso de tu artesa
donde resbalo y caigo al ocio de tu flor…
No mi verano llama dote aquél empino
sobre lo llano, precipitándome a tus brazos,
donde me halaga sonreír sobre tus labios
ó sólo intento besar tu amor endrino…
Si mi silencio no buscara sombra alguna,
no te deseara bella sombra, luz endecha
sobre el carbunclo de la luna que repecha
aquél juglar que rosas tiene, ó ninguna…
Sólo fragancia a mi desvelo canta el arte
Oh, mi Yohana! Meybel, puedo soñarte!
No mi descaro en mi pobreza no me exime
de tal pobreza si a tu risa imprime!
No mi Verano haga miel cuando me adorne
ya mi suspiro nacarado afronta,
de tu silencio enamorado exorne
si mi silencio ya perdido, lo tramonta…!
Oh, Tú, mi Ángel, oh Tú, delicia, Oh mi sombra!
Tan extasiada aguja fuera mi pino hermano,
de mi verde soberano, cual conífera me nombra
ya tu suspiro helado ó mi palabra en mano…
Mi beso busca tus labios, cual distinguido oro
ya no saciada sed, de mi venablo incierto,
donde mi robo, aliento, de tu fragancia el goce
es tu suspiro alado de tu perfume cierto!
Me robas, cual crepúsculo, la tarde:
Oh Meybel, en tu suspiro mi amor arde.
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