LA HUÍDA DE LAS MUSAS

En un vacío indiscreto,
exteriorizado y quieto
hundióse el cuerpo con su angustia
espasmódica, de carne y hueso.
Tal un Himno, y su repiqueteo,
como el nudo en la garganta,
si te busco y no te encuentro.

Obsesivo, como el vicio
que se pierde entre los dedos.
Como un vino avejentado
en el garguero.

Nerviosismo que se va yendo
cada vez que se difusa el Ego,
y para ser sincero,
sin mencionar al Tiempo
con tan solo dos o tres versos y medio,
desarticulados como el pensamiento
que ahora regresa de un sueño
convertido en pesadilla,
por su dueño.

Relajado, sin hacerse mala sangre,
aunque estático, fruncido
y sin silencio
en el silencio

Yo no sé, y tampoco quiero,
el destino de éstos versos
que no dicen ni hacen eco,
que no vibran si yo tiemblo,
no lastiman cuando hiero
ni lloran si se empañan los recuerdos.

No sé, pero me empecino
en descubrir los secretos
que esconde mi propio cielo.
-si conviene descubrirlo,
sólo lo sabe el tiempo.-
Mientras tanto
que mi vino
me introduzca en el Misterio
de ver crecer a mis hijos,
de verme llegar a viejo...
amarillando cuadernos.

Despues de un tiempo vuelvo al foro y no me alcanza el tiempo,
quiero leer y conversar con todos,
y solo me sale esto
en forma de versos camuflados,
maquillandolo al reencuentro.