El soneto.
1. Definición.
Se llama soneto a una composición poética de origen italiano que consta de catorce versos de arte mayor distribuidos, por este orden, en dos cuartetos seguidos de dos tercetos. Todos los versos riman en forma consonante perfecta, y las rimas se organizan según las maneras o regímenes que se describen más adelante en el epígrafe 3.
2. Reseña histórica.
Según Rudolph Baehr, el soneto se introduce en España en el siglo XV por mano del Marqués de Santillana en su colección de 42 sonetos fechos al itálico modo, quien usa sistemáticamente la métrica del endecasílabo pero, a diferencia de Petrarca y sus epígonos italianos, que se habían inclinado, en la rima de los cuartetos por el esquema abrazado (ABBA ABBA), el marqués usa por el contrario el esquema cruzado (ABAB ABAB). Sin embargo el antecedente del de Santillana no hace fortuna durante el siglo XV, y hay que aguardar, ya en el siglo XVI, a Boscán y Garcilaso, que son los que realmente arraigan el soneto en España, especialmente el último, por su reconocida autoridad poética.
El soneto se cultivó ya intensamente en el XVI por los poetas de tendencia italianizante, destacando por su “calidad, cantidad e influjo” Sa de Miranda, Gutierre de Cetina, Baltasar del Alcazar y sobre todo Fernando de Herrera.
En el siglo XVII el soneto “inunda” de lado a lado la poesía española: Tan solo Lope de Vega escribió unos tres mil, pero su uso es absolutamente general: Góngora, Cervantes, Quevedo, Villamediana y Calderón entre muchos otros destacan entre sus asiduos cultivadores. Sin embargo en el siglo XVIII empieza su decadencia a favor de otras nuevas formas poéticas en arte mayor que se van poniendo de moda: idilios, anacreónticas, silvas y romances. A principio del XIX el soneto repunta algo con Arriaza, Nicasio Gallego, José María Heredia y Alberto Lista. El romanticismo, no obstante, presta poca atención al soneto, pero aún se pueden citar sendas series de Zorrilla y de Nuñez de Arce.
Luego, tras dos siglos de retroceso, “el soneto entra de nuevo en un gran florecimiento entre los poetas modernistas de Hispanoamérica y España. El impulso decisivo partió de los parnasianos y simbolistas franceses, en especial de Baudelairey Verlaine.” Modernistas como Salvador Rueda, Amado Nervo, Leopoldo Lugones, Antonio Machado, Reyes, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez y otros destacan entre sus cultivadores.
Este nuevo florecimiento del soneto continúa en la poesía contemporánea de habla española. Lo adopta la generación del 27, que como es sabido se organiza alrededor del tercer centenario de Góngora, y se extiende hasta el punto de que “apenas hay un poeta español e hispanoamericano del siglo XX que no haya usado esta forma poética; no hay que citar ejemplos”.
3. Aspectos formales.
Se describen aquí los rasgos formales del soneto clásico en sentido estricto. Existen más variedad de sonetos que no viene al caso estudiar
3.1. Métrica y rítmica.
El soneto clásico utiliza en la inmensa mayoría de los casos versos endecasílabos (de 11 sílabas rítmicas) y en mucha menor proporción versos alejandrinos (14 s.r. = 7 + 7). En la cuenta de sílabas de estos versos de arte mayor influyen tanto aspectos fonéticos, como licencias métricas (sinéresis, diéresis, hiato, sinalefa, etc.) y situación de los acentos principales. No es cuestión, en esta aportación teórica, de repetir lo que ya figura en el “Taller del Endecasílabo” en este mismo Foro, a donde remito al que quiera leerlo o repasarlo.
Lo más normal es que un soneto en endecasílabos utilice versos de esquemas rítmicos diferentes: melódicos, enfáticos, heroicos, sáficos, etc., es decir, que sea polirítmico. Y es el arte del poeta el que en cada momento elegirá los tipos rítmicos adecuados para combinar en un soneto. Para los que no sean especialmente diestros y con experiencia en el uso del endecasílabo estimo que son desaconsejables los endecasílabos de gaita gallega, que en todo caso , si han de ser usados, deberían serlo en exclusiva, sin combinarlos con otros.
3.2. Rima.
La rima de los versos de un soneto clásico o, simplemente, soneto ha de ser consonante perfecta.
Por consonancia perfecta se debe entender la igualdad fonética exacta y completa de vocales y consonantes a partir de la última vocal acentuada del verso, inclusive.
Ejemplos:
Terminación llana: fresa rima con obesa, pero no rima con cabeza, ni con mesas, ni con vela.
Terminación aguda: flor rima con resplandor, pero no con balcón, ni con remar.
Terminación esdrújula: diabólico rima con católico, pero no con sinfónico, ni con metabólicos, ni con abanico.
Se pueden asimilar en rima consonante b y v, pero no c o z con s ni ll con y, como no sea en poesía en que se pretenda incluir efectos folklóricos.
En el soneto, en lo referente a los esquemas de rima, cabe distinguir dos partes.
3.2.1. Rima de los cuartetos. En la rima de los cuartetos los ocho versos han de tener dos rimas consonantes distintas y bien contrastadas (por ejemplo, en ningún caso deben las dos rimas consonantes de los cuartetos rimar a su vez entre sí en asonante; no valdrían por ejemplo los casos A = -era y B = -esa ni A = -orte y B = -oje). Una vez elegidas ambas rimas consonantes A y B el esquema de organización de las rimas mayoritario con mucha diferencia es el de rima abrazada: ABBA ABBA. Se admite también como correcta aunque “con apellido”, como veremos más adelante, la rima cruzada: ABAB ABAB. Cualquier otro régimen de rima de los cuartetos no es propio del soneto clásico y devalúa su calidad.
3.2.2. Rima de los tercetos. En la rima de los dos tercetos hay mucha más libertad que en la de los cuartetos, vale cualquier esquema con tal de guardar las normas siguientes:
a) Todo verso de los seis que componen los tercetos debe rimar de forma consonante perfecta al menos con otro del grupo. No se admiten versos sin rima o blancos.b) Al menos un verso del primer terceto ha de rimar con otro del segundo. Es necesario, pues, enlazar entre sí los tercetos.
c) En la secuencia de los seis versos no ha de figurar seguida tres veces o más la misma rima.
d) Las rimas que se utilicen (dos o tres) han de contrastar bien unas con respecto a las otras. No se permite que dos rimas consonantes distintas rimen a su vez en asonante. , los tercetos deben de tener un rimar diferente al de los cuartetos (y sin repetir las vocales utilizadas), pero siempre manteniendo la consonancia.
Por lo demás en los tercetos de los sonetos se suelen usar:
a) Dos rimas: En ese caso el esquema más habitual, con mucha diferencia sobre los demás, es el de tercetos doblemente encadenados: CDC DCD. Pero también son posibles otros como: CDD CDD o CDC CDC, etc.
b) Tres rimas: Y también en este caso lo más clásico es CDE CDE, pero caben muchos otros: CDE EDC, CDE CED, CDE DCE, etc.
3.3. Redacción del soneto.
El soneto es una composición relativamente breve - 14 versos, 154 sílabas métricas. En tan corto espacio es necesario desarrollar un tema lírico, irónico, satírico, etc. Debe en primer lugar exponerse, suscitarse el tema con unas breves pinceladas sugerentes, acertadas, bien dirigidas; esto suele hacerse normalmente en los cuartetos, reservándose los tercetos para deducir conclusiones y conducir el tema a la sentencia final (últimos versos), que debe ser muy efectista e impactante porque de ella depende la mayor parte del éxito de un soneto.
Ni que decir tiene que con tanta tarea a comprimir en tan breve espacio el estilo de escritura ha de ser muy conciso, evitando palabras innecesarias que puedan darse por sobreentendidas: pronombres implícitos en las formas verbales utilizadas, adjetivos excesivos, formas rebuscadas o ampulosas, muletillas, expresiones tópicas. El buen sonetista debe ser conceptista, escueto, moderado en la expresión.
Sería muy largo de desarrollar en ejemplos esto que digo. Solo pondré uno:
como tú me dijiste cuando nos vimos -> como dijiste cuando nos vimos.
Todas estas observaciones y consejos deben tomarse como orientaciones generales que en un momento dado el artista puede no tener en cuenta, para conseguir un determinado efecto estético: énfasis, colorismo culterano o cualquier otro.
4.1. Con complementos o dificultades añadidas.
Vamos a señalar aquí alguna formas de soneto que o bien añaden material complementario al mismo o bien introducen efectos estéticos o condiciones que añaden mayor dificultad a su ya de por sí dificultosa composición.
4.1.1. Soneto con estrambote o caudato.
El estrambote o estribote es una coda o añadido al final del soneto que da un giro, generalmente gracioso, al remate de aquel o expresa una moraleja. Se da sobre todo en poesía bufa o satírica. Es relativamente escaso en la práctica magistral, en la que no se conocen más que varios centenares de casos.
En la versión más conocida el estrambote es un conjunto de tres versos, el primero de los cuales, heptasílabo (7 s.r.) hereda la rima del último verso del soneto y es seguido de dos versos endecasílabos formando pareado con nueva rima. Es el caso del estrambote de Al túmulo de Felipe II de Miguel de Cervantes.
No obstante, existen otros tipos de estrambote: con los tres versos endecasílabos y rima igual a la descrita; formado por solo un pareado endecasílabo;
o bien formado por varios estrambotes como el antes descrito, encadenados entre sí en la forma ABBA ABBA CDC DCD / dEE eFF fGG etc.
4.1.2. Soneto acróstico.
Son aquellos en los que las letras iniciales de cada verso forman una frase relativa al tema del soneto o el nombre de persona o personas a quienes se dedica.
4.2.2. Soneto inglés.
El soneto inglés, llamado también soneto isabelino por haberse originado durante el reinado de Isabel I de Inglaterra, tiene la siguiente estructura de rimas: ABAB CDCD EFEF GG, esto es, se compone de tres serventesios y un pareado.
Henry Howard, conde de Surrey, inició la transformación de la estructura tradicional del soneto, heredada de Petrarca, preparando la aparición del llamado soneto inglés, cuyo representante principal fue William Shakespeare. En castellano se ha usado poco hasta que, ya en pleno siglo XX, Jorge Luis Borges, de gustos muy anglosajones como es sabido, compuso buen número de sonetos en este estilo.
4.2.3. Soneto alejandrino.
Soneto formado enteramente por versos alejandrinos. El verso alejandrino, de 14 sílabas rítmicas, es de los llamados versos compuestos ya que una cesura central intensa lo divide en dos versos heptasílabos (hemistiquios). La cesura central impide la sinalefa entre final del primer hemistiquio y principio del segundo, si en ellos hubiera vocales. Por otra parte tanto al segundo hemistiquio como al primero les son de aplicación obligada las reglas de finales agudos y esdrújulos que ya conocemos para finales de versos normales, cosa que el principiante suele desconocer.
Los sonetos en versos alejandrinos fueron muy del gusto de parnasianos y modernistas a finales del siglo XIX y comienzos del XX, en que este tipo de soneto cobró bastante auge.
4.4.2. Soneto asonante.
Aquí la rima consonante perfecta que exige el soneto se sustituye por la asonante, que pide tan solo igualdad de las vocales, y no de las consonantes, desde la última acentuada. Esto trivializa la rima y puede ser un buen recurso para quienes tienen dificultades para lograr la rima consonante.
4.4.3. Soneto sin rima o soneto blanco.
Este caso es más drástico aún: Se trata de un soneto formado enteramente por versos blancos. Se prescinde por completo de cualquier tipo de rima, aunque se mantiene la métrica.
4.5.1. El sonetillo.
Se llama así a cualquier soneto hecho enteramente con versos de arte menor (3 a 8 sílabas), siendo el más practicado el de versos octosílabos.
. Sonetos Antiguos.
1. Empezamos por uno de los primeros sonetos escritos en castellano por el Marqués de Santillana en el siglo XV, correspondiente a su serie 42 sonetos fechos al itálico modo. Una de las características a resaltar es el régimen cruzado de las rimas de los cuartetos en la forma ABAB ABAB, y el completo ABAB ABAB CDC DCD:
Quando yo veo la gentil criatura
quel çielo, acorde con naturaleza,
formaron, loo mi buena ventura,
el punto e ora que tanta belleça
me demostraron, e su hermosura
ca solo de loar es la pureça;
mas luego torno con egual tristura
e plango e quexome de su crueça.
Ca non fue tanta la del mal Thereo,
nin fizo la de Achilla e de Photino,
falsos ministros de ti, Tholomeo.
Asy que lloro mi serviçio indino
e la mi loca fiebre, pues que veo
e me fallo cansado e peregrino.
Marqués de Santillana (MEQ)
2. Soneto del siglo XVI, con estructura completamente clásica: endecasílabos polimétricos de tipos A y B, y régimen de rimas ABBA ABBA CDE DCE:
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparze y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo ayrado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hazer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega (MEQ)
3. Soneto del siglo XVII, de una gran intensidad lírica, forma métrica totalmente clásica combinando endecasílabos a maoiri con otros a minori , cuartetos abrazados y tercetos doblemente encadenados: ABBA ABBA CDC DCD.
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria, en donde ardía;
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido;
su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
Francisco de Quevedo y Villegas .
Sonetos Modernos (finales del XIX, y XX )
1. Modernismo. El soneto se hace formalmente audaz y temáticamente cotidiano. No obstante, el aquí transcrito aún guarda las formas clásicas intactas. En la métrica abundan los endecasílabos sáficos y el régimen de rimas es de cuartetos abrazados y tercetos encadenados: ABBA ABBA CDC DCD.
El cohete
Lanzóse audaz a la extensión sombría
y era al hender el céfiro sonante,
un surtidor de fuego palpitante
que en las ondas del aire se envolvía.
Viva su luz como la luz del día,
resplandeció en los cielos fulgurante
cuando la Luna en el azul radiante
como rosa de nieve se entreabría.
Perdióse luego su esplendor rojizo;
siguió fugaz cual raudo meteoro
y al fin surgió como candente rizo.
Paró de pronto su silbar sonoro;
y tronando potente, se deshizo
en un raudal de lágrimas de oro.
Salvador Rueda (1857-1933) (1000MP)
2. Generación del 27. Convocada alrededor de la conmemoración del tercer centenario de la muerte de Góngora, en 1927, la generación del 27 adopta las formas clásicas renovándolas
`profundamente en formas y temas. El siguiente soneto adopta la métrica del alejandrino, la modalidad cruzada en la rima de los cuartetos y tres rimas en los tercetos, de acuerdo con el siguiente esquema: ABAB ABAB CCD EED.
A un capitán de navío
Sobre tu nave – un plinto verde de algas marinas,
de moluscos, de conchas, de esmeralda estelar -,
capitán de los vientos y de las golondrinas,
fuiste condecorado por un golpe de mar.
Por ti los litorales de frentes serpentinas
desenrollan al paso de tu arado un cantar:
- Marinero, hombre libre, que las mares declinas
dinos los radiogramas de tu Estrella Polar.
Buen marinero, hijo de los llantos del norte,
limón del mediodía, bandera de la corte
espumosa del agua, cazador de sirenas;
todos los litorales amarrados del mundo,
pedimos que nos lleves en el surco profundo
de tu nave, a la mar, rotas nuestras cadenas.
Rafael Alberti (1000MP)
3. Generación del 36. Miguel Hernández que se formó con las lecturas de poesía clásica que le brindaba la biblioteca de su amigo y mecenas Ramón Sijé, y prácticamente autodidacta, compuso sonetos tan antológicos como éste, de métrica polirítmica y esquema clásico de rimas: ABBA ABBA CDE CDE.
Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.
Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.
Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.
Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada
como el toro burlado, como el toro.
Miguel Hernández (1910-1942) (Obras completas)
4. Posguerra española. Escojo un soneto de uno de los poetas más hondos de este periodo Blas de Otero (nacido en Bilbao en 1916). Se trata del poema Basta (de neo místico lo calificaría yo), incluido en su poemario Ancía, publicado en 1958. Formalmente es un recio exponente de soneto clásico, de léxico nada trivial, métrica endecasilábica con abundancia de formas sáficas, encabalgamientos y rima de esquema: ABBA ABBA CCD EED.
Basta
Imaginé mi horror por un momento
que Dios, el solo vivo, no existiera,
o que, existiendo, sólo consistiera
en tierra, en agua, en fuego, en sombra, en viento.
Y que la muerte, oh estremecimiento,
fuese el hueco sin luz de una escalera,
un colosal vacío que se hundiera
en un silencio desolado, liento.
Entonces ¿para qué vivir, oh hijos
de madre, a qué vidrieras, crucifijos
y todo lo demás? Basta la muerte.
Basta. Termina, oh Dios, de malmatarnos.
O si no, déjanos precipitarnos
sobre Ti – ronco río que revierte.
Blas de Otero Ancía 5ª edición 1978 Colección VISOR de Poesía.
5. América insurgente. Para finalizar las muestras de sonetos puros, sin apellidos, traigo aquí un soneto comprometido con las revoluciones americanas que da la réplica en el tiempo al célebre Caupolicán de Rubén Darío. Como aquel está medido en versos alejandrinos y su esquema de rimas es clásico: ABBA ABBA CCD EED.
Responso a Che Guevara con la voz de Darío
RUBÉN DARÍO
Un grito de esperanza unió a América entera
cuando asomó su rifle por los cañaverales
enseñando el camino del fuego a sus leales.
Pero el fuego abatió su sangre guerrillera.
Ya se sentían libres la plata perulera,
el estaño bolívar, los ríos más caudales
la caña hirsuta, el crudo café, los arenales
alzados en guerrilla detrás de su bandera.
Y el héroe anduvo, anduvo bajo soles de plomo
por las ciénagas turbias, sobre el arisco lomo
del Ande poderoso que manda el huracán.
Recíbanle la noche, la selva resonante,
el ventisquero helado, el cóndor vigilante,
que velaron al cíclope tata Caupolicán.
Gregorio San Juan (1928) (1000MP)
5.3. Ejemplos de sonetos con apellidos.
5.3.1. Con complementos o dificultades añadidas.
5.3.1.1. Soneto con estrambote o caudato.
El más conocido es el soneto de Miguel de Cervantes que sigue
Al túmulo de Felipe II
Voto a Dios que me espanta esta grandeza
y que diera un doblón por describilla,
porque ¿a quién no suspende y maravilla
esta máquina insigne, esta riqueza?
Por Jesucristo vivo, cada pieza
vale más de un millón, y que es mancilla
que esto no dure un siglo, ¡oh gran Sevilla!
Roma triunfante en ánimo y nobleza.
Apostaré que el ánima del muerto
por gozar este sitio hoy ha dejado
la gloria donde vive eternamente.
Esto oyó un valentón y dijo: -Es cierto
cuanto dice voacé, seor soldado.
Y quien dijere lo contrario, miente.
Y luego, incontinente,
caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada.
Miguel de Cervantes Saavedra (1000MP)
5.3.1.2. Soneto acróstico.
Máquinas primas de su ingenio agudo
A Arquímedes, artífice famoso,
Raro renombre dieron de ingenioso:
¡Tanto el afán y tanto el arte pudo!
Invención rara, que en el mármol rudo
No sin arte grabó, maravilloso,
De su mano, su nombre prodigioso,
Entretejido en flores el escudo.
¡Oh! Así permita el Cielo que se entregue
Lince tal mi atención en imitarte,
I en la mar de la Ciencia así se anegue
Vajel, que – al discurrir por alcanzarte –
Alcance que el que a ver la hechura llegue,
Sepa tu nombre del primor del Arte.
Sor Juana Inés de la Cruz (1651 – 1691)
(DME)
Leídas las iniciales dice MARTIN DE OLIVAS, a quien iba dirigido el poema. La poetisa se permite sendas licencias ortográficas en las iniciales de los versos 11 y 12 ( i por y, vajel por bajel, respectivamente) para que el acróstico sea correcto.
5.3.2.2. Soneto inglés.
El soneto inglés tiene el régimen de rimas: ABAB CDCD EFEF GG, en mi pequeña biblioteca no he encontrado otro ejemplo que uno de Jorge Luis Borges, con régimen de rimas ABAB CDDC EFFE GG, es decir, en vez de tres serventesios y un pareado (que es el clásico inglés) lleva un serventesio seguido de dos cuartetos con rima abrazada y un pareado. Es inglés pero no sirve, por lo dicho, como ejemplo impecable del soneto inglés que describo en la teoría. Por esa razón, y echando por delante todas mis disculpas, incluyo como ejemplo uno mío:
NUNCA FUISTE MÍA (soneto inglés)
Un volar de palomas danzarinas,
han formado tu nombre en vuelo incierto,
lo reflejan en aguas cristalinas
y en las nubes, en pálido concierto,
Te di mi alma solitaria y triste ,
y todas las tristezas de la tarde ,
ya no estás , tú que casi mía fuiste,
hoy te recuerda el corazón cobarde.
Y surgen las preguntas sin respuesta:
¿quien robándote el alma te ha besado?,
!habla¡ que tu silencio me molesta,
¿di, en tus horas de hastío me has pensado?.
No se porqué renaces del olvido,
si juraste volver y no has venido.
KIN MEJIA OSPINA.OCT 11 DEL 2012
5.3.2.3. Soneto alejandrino.
Caupolicán
Es algo formidable que vio la vieja raza;
robusto tronco de árbol al hombro de un campeón
salvaje y aguerrido, cuya fornida maza
blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón.
Por casco sus cabellos, su pecho por coraza,
pudiera tal guerrero, de Arauco en la región
lancero de los bosques, Nemrod que todo caza,
desjarretar un toro, o estrangular un león.
Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día
le vio la tarde pálida, le vio la noche fría,
y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.
“El Toqui, el Toqui”, clama la conmovida casta.
Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo: “Basta”,
e irguióse la alta frente del gran Caupolicán.
Rubén Darío (1867-1916) (MEQ)
El régimen de rimas que aquí se emplea: ABAB ABAB CCD EED no es lo característico del soneto alejandrino, y podría haber sido otro cualquiera de los válidos para el soneto clásico. Lo único que caracteriza al soneto alejandrino es el empleo del verso de 14 sílabas, del mismo nombre. Ahora bien La pausa en los versos compuestos, que los divide en dos o más hemistiquios. Estos pueden ser, según Quilis (1978: 22), de igual número de sílabas (isostiquios; por ejemplo los del verso alejandrino, 7+7) o desigual (heterostiquios, por ejemplo 7+5). Esta pausa se suele llamar cesura Los hemistiquios se comportan como versos independientes; es decir, hay que mantener la equivalencia de los finales agudos, llanos y esdrújulos también en el primer hemistiquio. Entre los hemistiquios no se puede dar sinalefa. La cesura no necesariamente coincide con un descanso sintáctico, al igual que la pausa versal, así que depende de la convención métrica. Es una constante dictada por el metro:
Riéndose, burlándose | con claridad del día,
se hundió en la noche el niño | que quise ser dos veces.
No quise más la luz. | ¿Para qué? No saldría
más de aquellos silencios | y aquellas lobregueces.
8-1 | 7
7 | 7
6+1 | 7
7 | 7
(Miguel Hernández)
5.3.2.4 Soneto pareado.
Como el ejemplo que tengo no me convence, compongo éste:
Juegos de amor
Me ha parecido bien que así lo hicieras:
cerrar los ojos como si estuvieras
soñándome en la ausencia, concentrada
en sentirme muy cerca de tu almohada.
Soñar la lejanía sin fronteras
donde vaga el amor que tu quisieras,
distante en la remota madrugada,
y despertar del sueño … y verse amada.
Trances de sueños, besos y delicias
renuevan la pasión entre caricias
sin que se extinga el deleitoso fuego.
Fantasía, deseo, luz y llama,
voluptuoso volcán que se derrama,
Amor es drama, variación y juego.
5.3.3.2. Soneto invertido.
Musa, al revés hagamos un soneto:
es decir, comencemos la tarea
por escribir el último terceto.
Es preciso buscar alguna idea;
pero debo advertirte acá, en secreto,
que ni de fe ni de esperanza sea.
La esperanza y la fe no están de moda;
la misma caridad es anticuada;
los sagrados derechos de la nada
solo los niega ya la gente goda.
Hoy ninguna maldad al hombre enloda,
y los nietos del mono y la monada
solo saben el “sé que no sé nada”,
y fundan en dudar la ciencia toda.
Ricardo Carrasquilla
Aquí como notarás , el autor empieza por el final,o sea los tercetos, dejando los cuartetos para finalizar el poema.
. Soneto asonante.
Este cuerpo sellado por la inercia,
vivo sin voz, ausente sin sentido,
que al grito de los hombres no despierta
y el sueño arrastra a su secreto sino,
este cuerpo, mi cuerpo, sometido
a la niebla más niebla de mi muerta
soledad, sin presencia ni destino,
perdido el aire sin saber la esencia;
este cuerpo sin voz, metal sin fuego,
mano sin despedida que no muevo,
brazo, lirio de lava y de ceniza,
aire sin soplo de ternura verde;
este cuerpo sin voz ya no es la vida,
pero tampoco el sueño, ni la muerte.
Bernardo Ortiz de Montellano
5.3.4.3. Soneto sin rima o soneto blanco.
No habiendo encontrado ejemplo magistral aporto este mío:
TE QUIERO
Soneto blanco
Si, te quiero en silencio y sin palabra,
te quiero aunque quererte se complica,
no quieras olvidarme ni lo intentes,
jamás podré vivir si das tu olvido,
Tu serás esa estrella inolvidable,
el amor que por años he soñado
tu eres principio y fin en esta historia,
y deseo por siempre ,tu presencia.
Llevo tu nombre impreso en mi garganta,
tu recuerdo me alienta,me estimula,
de tanto amarte el corazón se agota.
Te amo si,sin razón y sin medida,
tu serás mi victoria o mi fracazo,
te quiero como nadie te ha querido
KIN MEJIA OSPINA
5.3.5. Variantes del soneto en arte menor
1. El sonetillo.
El piano
Bajo la tarde serena
con ritmo dulce y liviano,
solloza un piano lejano
la suavidad de su pena.
Todo mi pecho se llena
de la tristeza del piano
y pienso en la fina mano
bajo la que el piano suena
Cada suspiro del viento
acerca hacia mí el acento
de la música preclara.
Y llora el alma sonora,
como si el piano que llora
dentro del alma llorara.
Nicolás Guillén (1902-)
. Bibliografía.
Para desarrollar esta reseña he consultado las siguientes biografías :
1. Manual de versificación española (MVE) 1ª edición, 5ª reimpresión 1997 Rudolph Baehr Editorial Gredos Páginas 385-402.
2. Diccionario de métrica española (DME) 2ª edición 1ª reimpresión (revisada) 2004 José Domínguez Caparrós Alianza Editorial Páginas 407-422.
3. Métrica española (ME) 2ª edición 1ª reimpresión 2006 José Domínguez Caparrós Editorial Síntesis Páginas 225 228.
4. Métrica española (MEQ) 1ª edición, corregida y aumentada 1984 18ª reimpresión 2007 Antonio Quilis Editorial Ariel Páginas 136 147.
5. Las mil mejores poesías de la lengua castellana (1000MP) Trigésima edición - José Bergua Clásicos Bergúa.
6. Obra poética completa - Miguel Hernández 5ª edición 1979 Editorial Zero
7. Ancía - Blas de Otero 5ª edición 1978 Colección VISOR de poesía.
Espero sea de mucha ayuda, kin
Última edición por kin el Mar Jul 06, 2021 11:29 pm, editado 1 vez
Jue Nov 14, 2024 4:55 am por caminandobajolalluvia
» CREPÚSCULO: breve cántico
Dom Nov 03, 2024 2:26 pm por eledendo
» Del esplendor imposible
Mar Oct 01, 2024 8:03 pm por caminandobajolalluvia
» Del esplendor imposible
Miér Sep 18, 2024 2:45 pm por eledendo
» Te digo adiós
Mar Sep 10, 2024 11:53 pm por kin
» Arrugas
Vie Ago 30, 2024 7:28 am por jorge enrique mantilla
» Ausencia
Miér Ago 21, 2024 7:06 pm por jorge enrique mantilla
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