Brilla el amanecer en mi mundo
una vez más es lindo el día,
por doquier hay risas y cantos
en la voz de aves se oye melodía
tu mano enlaza a la mía,
en señal de amor o que me amas,
cual niña cantas poema profundo
y recitas mi poema como tú sabes.
El sol tibio sale con esplendor
para pintar tu delicada piel desnuda,
la brisa suavemente pasa
evitando agitar tu dorado pelo.
De alegría y gozo nuestras almas gritan
y mas la mía, están unidas no hay duda,
entonces me dedico a quererte
y otras actividades cancelo.
Arranco racimo maduro de la parra,
las uvas uno por uno te doy en la boca
y tus labios morados apetecen,
cual manjar van en busca de los míos,
el sabor y la dulzura de la vid
no de jarra por un momento beber me toca.
En nuestros cuerpos hay torrentes de amar,
y le sentimos cual caudalosos ríos.
Apaciblemente entre bromas y alegrías
pasan los bellos días de cada despertar.
Con travesura incitas que te corra
y después te dejas caer en la maleza,
me abren los brazos de par en par,
te abrazo y te cortejo con todas mis osadías,
con amor mis manos buscan calor,
y hallan dulzor de amor en tu gentileza.
Alcibíades Noceda Medina
una vez más es lindo el día,
por doquier hay risas y cantos
en la voz de aves se oye melodía
tu mano enlaza a la mía,
en señal de amor o que me amas,
cual niña cantas poema profundo
y recitas mi poema como tú sabes.
El sol tibio sale con esplendor
para pintar tu delicada piel desnuda,
la brisa suavemente pasa
evitando agitar tu dorado pelo.
De alegría y gozo nuestras almas gritan
y mas la mía, están unidas no hay duda,
entonces me dedico a quererte
y otras actividades cancelo.
Arranco racimo maduro de la parra,
las uvas uno por uno te doy en la boca
y tus labios morados apetecen,
cual manjar van en busca de los míos,
el sabor y la dulzura de la vid
no de jarra por un momento beber me toca.
En nuestros cuerpos hay torrentes de amar,
y le sentimos cual caudalosos ríos.
Apaciblemente entre bromas y alegrías
pasan los bellos días de cada despertar.
Con travesura incitas que te corra
y después te dejas caer en la maleza,
me abren los brazos de par en par,
te abrazo y te cortejo con todas mis osadías,
con amor mis manos buscan calor,
y hallan dulzor de amor en tu gentileza.
Alcibíades Noceda Medina
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