NO CREAS

No creas que me olvidé de la fecha
ni del pasado imperfecto y absurdo
de la puerta cerrada donde te escondes
de la noche cerrada cuando me ignoras
y que guarda los secretos de aquellas cosas.

Se bañaban los patios
entre las horas que perdí,
cuando las tuyas
sonaban a cristal húmedo.

No lo creas,
cuando las campanas mudas
sonaban en la madrugada
alargando las sombras
y nos dejaban solos.

Una odisea de cortesía infinita
con dos puntos en los labios
erudito y lunar
esa era tu verdad a solas.

En el andén se ha detenido el tiempo
el jefe de estación palpa el vacío
a pecho limpio,tú
dorado por el sol en llamas
arrasado en tierra,la llanura
y habitando de viento en las murallas.

muy bellos versos, felicidades

Leyre escribió:No creas que me olvidé de la fecha
ni del pasado imperfecto y absurdo
de la puerta cerrada donde te escondes
de la noche cerrada cuando me ignoras
y que guarda los secretos de aquellas cosas.

Se bañaban los patios
entre las horas que perdí,
cuando las tuyas
sonaban a cristal húmedo.

No lo creas,
cuando las campanas mudas
sonaban en la madrugada
alargando las sombras
y nos dejaban solos.

Una odisea de cortesía infinita
con dos puntos en los labios
erudito y lunar
esa era tu verdad a solas.

En el andén se ha detenido el tiempo
el jefe de estación palpa el vacío
a pecho limpio,tú
dorado por el sol en llamas
arrasado en tierra,la llanura
y habitando de viento en las murallas.

Soy culpable, lo admito,
de abarrotarte de inviernos
cuando quise pintarte
primaveras en la cara,
de anidar en el pino equivocado,
dejar que volaras para luego
temer por tu vuelo y por tus alas,
buscar tu sonrisa en otros rostros
y creer que la encontraba,
soy culpable también de tu desdicha
si por desdicha se contempla la palabra
callada en el justo momento
en que había que soltarla,
de sepultar la nostalgia
en el estéril campo del olvido,
permanecer en el tren de los fantasmas
cuando al andén de la vida me llamabas.
Y no supe suturar tus cicatrices
mal cerradas,
y caí sin remedio en la caldera
más ruin de los avernos,
la rutina,
y me fui de tus sabores,
abandoné a su suerte tus semillas
en los salitres de las lágrimas heladas.
¿Y qué gané?
¿Un montón de adulaciones?
Te las dejo,
con mi escudo y con mi vino,
con mi paz, mi permanencia,
mi esperanza y mi presente,
y con algún recuerdo sepia
de la infancia.

Gracias Kaina,abrazos.

No hay víctimas ni culpables Marcelo,uno aprende a aceptar incluso lo inaceptable.
Tus letras siempre hablan, las palabras están para eso, para no callarse.
Besos.

[b]Se bañaban los patios
entre las horas que perdí,
cuando las tuyas
sonaban a cristal húmedo.

Preciosa y metafórica estrofa; aunque todas lo son, ésta me ha impactado de lleno. Felicidades Leyre, por tan esplendido poema. Saludos, poetisa.

Muchas gracias, el placer es mio siempre.
Abrazos.