La de los ojos redondos,rareza en el paraíso impío de la tierra,aligerado para él,decía,si,ella decía:
-La uta casi carcome lo que usted me está mirando.
En el equinoccio casi frío,la verdad él no miraba los ojos cristalinos de la bella muchacha,sus ojos más bien buscaban el aparecer y desaparecer de la mesera que atendía a los comensales,cuando las doce del día bostezaba para dormir a las trece horas.Las idas y venidas de la mesera hacía que los ojos de él giraran como torbellinos,buscando atrapar los movimientos cadenciosos de la muchacha,que se acercaba y alejaba de las mesas de los clientes.Es que debajo del ojo derecho,la señorita García albergaba una cicatriz,que nacía en su pómulo como un pequeño riachuelo,para desembocar en una hondonada y salir de allí,cual fino río meándrico,y quedarse cerca del cuenco de ese ojo reluciente por el mediodía que se aletargaba y animaba lento y seguro.
Él no miraba los ojos de ella,ni menos a la cicatriz en mencion.Sorprendido atinó a decir:
-No,no me había dado cuenta
Se escuchaba una salsa cubana: "Juana Magdalena",lejos muy lejos del restaurante,ella avanzó en sus decires:
-Yo pensé
Tal ves pensando en esa canción que llegaba a sus oídos,ahora con el decir "las palabras se lo llevan el viento",continúo:
-Como todos me observan me dije,él también.
Lo que él miraba de ella,era su sonrisa franca,que hacía traslucir una dentadura perfecta,blanquecina,sin un ápice de amarillaje sarro en sus contornos.
-Cuando llegó la uta a mi pueblo,situado a tres mil metros de altitud,se presentó como un mosquito,cientos de mosquitos que nos picaron en nuestra partes descubiertas,cara,brazos y piernas.
Él quería salir de su melodrama y mirarle la cicatriz,no se atrevía,bajaba la vista y se encontraba con la punta de sus zapatos de color negro;casualidad de casualidades o hechizo del destino,llegó un momento en que sus ojos se oscurecieron,asustado,levantó la vista para observar a la mesera que había llegado a su mesa,para entregar la boleta de consumo.Sus ojo con la de la empleada se cruzaron una eternidad sin límites,se sonrieron.Pero siempre hay un pero en estos encuentros mal hallados,los ojos de él comenzaron a lagrimear,a empañarse.
La señorita García,seguía con su relato
-Yo sentí un escozor debajo de mi ojo derecho,lo carcomió,llegó,pues la uta para carcomernos diversas partes del cuerpo y fue más allá,por que algunos perdieron un ojo,sus dedos,pero mayormente quedamos marcados.
Asustado por lo que venía ocurriendo a sus ojos,pagó la cuenta en la misma mesa,sus ojos no veían casi nada,salvo un rayo de luz camino a la puerta de salida del restaurante,se levantó,apuró el paso,salió raudamente,se detuvo,no veía nada,caminó tanteando sus pasos por calles y avenidas de la extensa ciudad,estaba ciego y en su pensamiento quedaron marcados los ojos de la Señorita García,ojos que nunca los vio,menos la cicatriz cerca del ojo derecho.
MOVS 2011
Última edición por Miguel Visurraga Sosa el Lun Sep 21, 2015 5:12 pm, editado 10 veces (Razón : microrrelato sugerido para la semana por el moderador Victor E. Alonso Alvarez)
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