Cabalgando en el viento le vino a la memoria el aroma salpicado del gris optimismo que a el tanto le agradaba palpar.
"No es necesario estar listo para los reveses", se dijo para sus adentros, mientras abría el pecho de par en par y caminaba sin un rumbo bien marcado.
La tarde noche invitaba a degustar los sabores del camino, lo invitaban a marchar sin premura, sin sobresaltos…. A transitar los recuerdos de tantos ojos en el suelo, de tantos zapatos en el aire.
Andaba lejos de las nostalgias, andaba libre de genocidas, de agruras, de estupores, de boberas; en síntesis: andaba lejos de si mismo y no resultaba ser una ocasión para descartar de la memoria.
El paseo se dilataba en el tiempo que no transitaba con agobios, que no tocaba bocina a las cinco de la tarde en el semáforo de Av. Independencia y Solís. Era el tiempo más ameno que jamás se le cruzo por la cabeza recorrer. Era el tiempo de mirar con detenimiento, era un tiempo que le hacia señas con las manos, que lo invitaba a sonreír, con la sonrisa del que no mira con los ojos del resto.
Ya no le quedaban excusas, ya no tenia la garganta echa un nudo con las sogas de lo establecido; se encontraba tan libre de embustes y falsos orgullos; tan libre de excusas vencidas, tan libre de fechas y de horarios, tan libre de argumentos fallutos, tan suelto de lengua como de ideas; tan libre de sistema y sistematizadas vergüenzas; tan mas allá, tan mas acá de el y del resto……
Que cuando al fin tomo las riendas de sus convicciones…..
Despertó…. Y eran las 6….
”y la puta que lo parió! Tengo que ir a la oficina que hoy cierra el mes!"
"No es necesario estar listo para los reveses", se dijo para sus adentros, mientras abría el pecho de par en par y caminaba sin un rumbo bien marcado.
La tarde noche invitaba a degustar los sabores del camino, lo invitaban a marchar sin premura, sin sobresaltos…. A transitar los recuerdos de tantos ojos en el suelo, de tantos zapatos en el aire.
Andaba lejos de las nostalgias, andaba libre de genocidas, de agruras, de estupores, de boberas; en síntesis: andaba lejos de si mismo y no resultaba ser una ocasión para descartar de la memoria.
El paseo se dilataba en el tiempo que no transitaba con agobios, que no tocaba bocina a las cinco de la tarde en el semáforo de Av. Independencia y Solís. Era el tiempo más ameno que jamás se le cruzo por la cabeza recorrer. Era el tiempo de mirar con detenimiento, era un tiempo que le hacia señas con las manos, que lo invitaba a sonreír, con la sonrisa del que no mira con los ojos del resto.
Ya no le quedaban excusas, ya no tenia la garganta echa un nudo con las sogas de lo establecido; se encontraba tan libre de embustes y falsos orgullos; tan libre de excusas vencidas, tan libre de fechas y de horarios, tan libre de argumentos fallutos, tan suelto de lengua como de ideas; tan libre de sistema y sistematizadas vergüenzas; tan mas allá, tan mas acá de el y del resto……
Que cuando al fin tomo las riendas de sus convicciones…..
Despertó…. Y eran las 6….
”y la puta que lo parió! Tengo que ir a la oficina que hoy cierra el mes!"
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