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2 participantes

    carta de despedida... dos

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    marcosj
    ¡Poeta Bienvenido!
    ¡Poeta Bienvenido!


    Masculino Mensajes : 114
    Fecha de inscripción : 24/02/2010

    carta de despedida...  dos Empty carta de despedida... dos

    Mensaje por marcosj Miér Ene 05, 2011 1:44 pm

    Carta de despedida… dos.




    Miro a través de la ventana, entre los pedazos de una descolorida y vieja cortina y los vidrios sucios y trisados; como un espejo de su propia alma.

    Contemplo el camino , seis quilómetros y medio de la ruta siete, que conducía a la playa Magaña; sintió un escalofrío, una sensación extraña pero que a la vez la atraía , que la transportaba del vacío y la soledad, de la cual ya se sentía parte , prisionera.

    La ruta siete cruzaba la avenida principal y se internaba en forma de “s” hacia las costas de varias playas, que bordeaban la ciudad; a un quilómetro y medio de su comienzo zigzagueaba pasando por el costado de la vieja casa desde donde ella observaba; mas al frente y del mismo costado la plaza principal con sus sauces llorones acariciando el asfalto como una caricia tímida del primer amor, varios eucaliptos y algunas acacias al centro cubrían el resto de la ruta.

    Cerro las cortinas y apago el suave reflejo de una retraída luna creciente; camino a la habitación y cogió un grueso acolchado nuevo, sintió el silencio en su forma más oscura, en ese estado cruel en el que se puede oír el latido del corazon, bombear una y otra y otra vez como una antigua campana llamando al perdón; Cruzo a la cocina y agarro un paquete con pan y fiambre, abrió la puerta y descendió los tres escalones que descansaban en la vereda de piedra lajas y percibió las líneas que separaban una de otra, como un extraño laberinto sin entrada y sin salida, una maqueta de la existencia, juzgaba a la vida como un gran laberinto, un entretenimiento, un juego perverso entre Dios y el Diablo; sin un comienzo claro y sin salida, la muerte solo el final del juego no el destino dorado al que lleva encontrar la salida; El amor, la felicidad, la tristeza, el dolor; Cosa , objetos esparcidos por todo ese laberinto cruel.

    Había acariciado al amor, se asomo a sus ventanas, y sintió la dócil caricia de la felicidad; Jorge fue todo para ella y aun hoy en esa oscura soledad era la brillante luz de un faro que la ayudaba a atravesar las densas noches de tristezas y desolación. Pero nada dura todo está en constante movimiento y aquella felicidad le fue arrebatada, como si una garra abriera su carne de repente y arrancara de raíz su corazon y parte de su alma; Se sintió morir una zombi, caminando, sin poder llorar o reír, trastabillando sintiéndose lejos de todos, marchitándose poco a poco como un clavel en medio del desierto.

    Cruzo hacia la plaza. La noche callaba, en la playa las olas golpeaban con furia las arenas de las costas. Contemplo el dulce abrazo del césped con los viejos troncos una secreta unión en aquella soledad. Se acerco sintiendo pena, dolor y asco; cubrió el cuerpo dormido de aquel vagabundo con el acolchado y coloco cerca de su mano el paquete, se alejo unos pasos hacia atrás y volvió a mirarlo, dormía jadeando ásperamente, sus manos agrietadas y sucias le servían de almohada y allí estaba ese ser destruyendo con su cuerpo y su existencia la relación secreta del tronco y el pasto, busco en su memoria y balbuceó una súplica silenciosa.

    -Padre mio, si es posible, pase de mi esta copa; Pero no sea como yo quiero, si no como tú.

    Miró a través de los árboles y sintió al mar esperando. Padre mio, si es posible, pase de mi esta copa.

    Atravesó la plaza y con paso decidido se dirigió hacia la playa a través de la ruta. Pero no sea como yo quiero, si no como tú. Recordó la mirada de Jorge al despedirse, su suave mano acariciándole el rostro, no hubo palabras, solo amor. Recordó el ruido de las ruedas del falcón verde al frenar, oyó en lo más profundo de su mente, el momento en que tocaron a su puerta y la triste voz de aquel hombre.

    -¿señora Jaramillo?

    -si

    -¿Jaramillo Andrea?

    Asintió levemente comprendió todo.

    -lo sentimos mucho, el soldado Jorge Castaño falleció en combate…lo siento mucho.

    Lo que sucedió luego fue solo silencio.

    Camino tranquila por la ruta siete, la luna creciente parecía dormida como en un cuadro de Munch, saco de su bolsillo la carta la abrió y leyó despacio aunque sabía de memoria lo que decía.

    Querida Andrea.

    Espero que esta no sea una carta de despedida, pero tengo miedo; No de luchar, si no de no volver a contemplar tus ojos... Me han trasladado a la compañía treinta y siete, no se muchos de ellos solo que están en la primera fila de la defensa acá en la islas Malvinas; No sé qué va a resultar de todo esto, solo pienso en ti… hay tantas cosas que quiero decirte pero el papel se vuelve tan pequeño, te extraño Andrea no te imaginas cuanto. Anoche soñé contigo, te sentí tan cerca y ahora miro hacia el mar y sé que tras del estas, tan lejos.

    No quiero escribir un adiós, solo un silencio, un silencio lleno de amor.
    Corrí las nieblas de mis ojos
    aparte el frio de mi alma
    y te mire, en silencio.
    No hubo palabras, solo amor.


    Te amo. Jorge

    La arena de la costa la saco del trance, apretó la carta con furia y miro al mar ya había llegado a la playa. Lo sentimos mucho, el soldado Jorge Castaño. Había perdido la noción del espacio y el tiempo, sintió un agujero negro en el centro de su ser que la iba consumiendo poco a poco, la devoraba viva, sin anestesia desgarrando todo sus sentidos. Falleció en combate…lo siento mucho…

    Se desvistió despacio, no había apuro y camino unos pasos hacia el mar, sus pies sintieron el agua como un bautismo sagrado y profundo entre ella y el. Pero no sea como yo quiero, si no como tú. Siguió caminando, no pudo llorar, nunca pudo. Solo una lagrima rodo al mar, fría y salada como el mismo océano que la cubría paso a paso.

    La luna seguía tímida y unos gaviotines surcaron sobre la rompiente, mirando intranquilos, una sombra que se perdía para siempre en la oscuridad del mar, lentamente y en silencio.

    M.J.
    amoremo
    amoremo
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    Humor : Cuando estoy en buena compañía

    carta de despedida...  dos Empty Re: carta de despedida... dos

    Mensaje por amoremo Lun Ene 17, 2011 1:37 pm

    marcosj escribió:La luna seguía tímida y unos gaviotines surcaron sobre la rompiente, mirando intranquilos, una sombra que se perdía para siempre en la oscuridad del mar, lentamente y en silencio.

    M.J.

    Interesante tu relato, tienes buena pluma para ello, continúa que te seguiré leyendo. Saludos.

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