***Entre Mares***
Contemple la inmensidad
Del mar tendido en la playa,
Una mescla de ingenuidad
y deseos de trascender,
inundaron mi ser…
Me puse de pie y empecé
a cantar…
Y el mar lanzando sus olas
me hizo callar.
Quise dejar mis huellas,
pero el con sus olas,
las borro…
Nuevamente me tendí
en la arena y contemplando,
el cielo repleto de estrellas,
quise ser infinito,
mas la marea creció y su
grandeza nuevamente me inundo.
Entonces me zambullí en el,
queriendo descubrir sus misterios,
pero sus profundidades clausuraron
las puertas con la obscuridad.
Volví a la playa sintiéndome derrotado
y como un niño asustado…
Me sentí oprimido y perdido.
Entonces el cielo empezó a ronronear,
con sus estrellas y alguno que otro cometa,
y con un trueno como si fuera trompeta,
hizo callar al mar con un beso que les
duro hasta al amanecer…
Entonces salieron los cangrejos
y empezaron a danzar,
algunas estrellas al verlos
se empezaron a carcajear hasta
que cayeron en la arena…
Aquella niña lo sabía,
es por eso que todas las mañanas
salía a recoger con su cubeta,
las estrellitas de mar.
Pues ella comprendía que a la
grandeza solo se le puede derrotar,
cuando se le confronta con la sencillez.
Contemple la inmensidad
Del mar tendido en la playa,
Una mescla de ingenuidad
y deseos de trascender,
inundaron mi ser…
Me puse de pie y empecé
a cantar…
Y el mar lanzando sus olas
me hizo callar.
Quise dejar mis huellas,
pero el con sus olas,
las borro…
Nuevamente me tendí
en la arena y contemplando,
el cielo repleto de estrellas,
quise ser infinito,
mas la marea creció y su
grandeza nuevamente me inundo.
Entonces me zambullí en el,
queriendo descubrir sus misterios,
pero sus profundidades clausuraron
las puertas con la obscuridad.
Volví a la playa sintiéndome derrotado
y como un niño asustado…
Me sentí oprimido y perdido.
Entonces el cielo empezó a ronronear,
con sus estrellas y alguno que otro cometa,
y con un trueno como si fuera trompeta,
hizo callar al mar con un beso que les
duro hasta al amanecer…
Entonces salieron los cangrejos
y empezaron a danzar,
algunas estrellas al verlos
se empezaron a carcajear hasta
que cayeron en la arena…
Aquella niña lo sabía,
es por eso que todas las mañanas
salía a recoger con su cubeta,
las estrellitas de mar.
Pues ella comprendía que a la
grandeza solo se le puede derrotar,
cuando se le confronta con la sencillez.
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