A LA DERIVA

Decía Renan,mientras le faltaban cinco años para llegar a los sesenta años de edad:
-Te espero en el Parque de los pájaros caidos.
Caminaba y conversaba con Herlinda Clarita por una avenida de la ciudad que ya entraba al verano,el calor entrante la sofocaba a ella,quien atinó a decir
-Dirás San Lázaro
Obsequioso, en lujurioso decaimiento de su miembro viril que llamaba al destierro,sentenciaba casi excitadísimo
-Allí pues
-¿En uno de los banquitos?
-Así es
Parecía que año tras año,el Parque pequeñísimo que abortaba la Iglesia de San Lázaro,succionaba a los jubilados que día tras día pugnaban por conseguir un espacio donde sentarse en los cinco bancos de madera que contorneaban a una pileta reseca de agua y de mantenimiento.Allí observó él,que todavía no llegaba a la vejez cronológica,a esos viejos que languidecían los días apurando tal vez la llegada de la muerte.Pero¿por qué diablos el nombre de parque de los pájaros caídos?,¿sería por que allí se congregaban viejos jubilados en la senectud del miembro que no se les erectaba?,tal vez,tal vez,quien sabe...Y es allí en donde le citó a Herlinda Clarita para el sábado,de hoy a mañana para entendedores diáfanos.Y fue él,carajo,quien le dio el nombre a ese apéndice Sanlazarino de Parque de los pájaros caídos.
Finísima de cuerpo,con una delgadez que a veces su fragilidad lo encorvaba en ángulo de treinta grados,teniendo como pináculo el final de su columna vertebral,la linda Herlinda
le dijo:
-Allí no
Su pelo se hondeaba con el viento que aligeraba sus mejillas blanquesinas
¿Por qué no?
Verás,diría pensando,a ese lugar me envía Humberto para conseguir plata a cambio de lo que tú ya sabes.
-¿.Es decir que tú allí te prostituyes por órden de ése tal viejo Humberto?
-Bueno,como tú dices,allí me prostituyo.

Te contaré para tus adentros de escarlata sapiencia aunque dirás que estoy perturbada por el obsequioso camino en que he caido que se inició cuando cumplí catorce años.Es que me salí de mi casa que quedaba por Mateo Salado que como tú dices hay una huaca y por donde con mis amiguitos jugábamos a las escondidas o a los roces de nuestros sexos.Tenía que buscar trabajo y fui a parar a la Avenida La Mar de Pueblo Libre de allí aventurándome llegué al Rímac a un edificio de tres pisos cerca de un mercado creo que tú lo conoces por que me has dicho que se llama Baratillo allí conocí a Raúl él fue mi primer hombre cuando tenía diesiciete y me hizo su mujer yéndome a vivir con él a su departamento de ese mismo edificio azul que contrasta con el zardinel derecho teniendo como base al Baratillo que todos los días muy tempranito si el tiempo lo dispone ve salir el sol.Todo era normal para mí vivía bien hasta que un día después de dos largos años parece que él no pagaba el alquiler del departamento y nuestras cosas fueron a parar abajo.Él en un taxi se llevo lo suyo y me dejó diciéndome lo voy llevando donde mi hermano en Amancaes regreso dentro de una hora y cumplió con volver aduciendo que su hermano lo había aceptado...¿pero yo qué? me preguntaba y se lo preguntaba y él no respondía pasaban las horas ya eran las once y media de la noche cuando se le ocurrió decirme que si yo tenía hambre me masculló a los oídos voy a comprar galletas y coca-cola lo ví voltear la esquina que trepa al jirón Trujillo como diciendo Libertad.Y yo esperándolo horas y horas y el muy bien Raúl Saldívar Regalado no se volvió a aparecer.A las tres de la mañana se abrió la puerta del edificio vi la figura de don Humberto acercándos a mí me dijo ven Herlindita a mi cuarto te cobijaré y desde ese momento me convertí en la mujer de ese viejo que tenía setentaidos años con él estoy viviendo más de dos años.Te diré que fue el segundo hombre para mí aunque hace ya un año que ni me toca sólo me insta a que salga a la calle que vaya a San Lázaro me siente en un banco y según él el resto viene por la propia sapiencia del que se va a sentar a mi lado me conversará y le diré que valgo diez soles.Sólo diez soles diarios quiere Humberto que le lleve...él está débil los dos salimos a las diez de la mañana y nos reencontramos en el cuarto a las tres de la tarde pero los jubilados no tienen plata menos diez soles a veces me dan un plátano o un jugo nada más regresando sin dinero donde el tal Humberto él me reprocha aduciendo que no lo se hacer y mejor es que empaque mis cosas y me vaya así lo estoy haciendo ya he embolsado mis cosas que en total los he juntado en diez bolsas...pero ahora no sé a donde ir.

El mediodía en la Ciudad de los Reyes caminaba aletargado a séis horas del ocaso del Sol,Renán no quería ser el tercero en cobijar a la flaquita Herlinda,por que intuyó en el decir de ella "no se a donde ir" una insinuación a hacerse cargo de su desgracia y en un acto de valentía disimulada atinó a decirle
-Nos vemos mañana,te estaré esperando en el Parque de los pájaros caídos,en la mañana,a las diez.
Ni se despidió ni por cortesía y agarró vuelo para perderse por otra avenida,quedándose Herlinda a la deriva,envuelta en una ciudad de más de nueve millones de habitantes,tirada a su suerte.

MOVS 2010

Sui generis,por que va de uno a dos y tal ves a tres,de allí quien sabe a la cantidad que lo llevará a cuestas,dime,tienes la fórmula para remediar este mal ¿?.Saludos

Generación que se degenera,tal ves estamos perdiendo el sentido humano,en el sentido estricto de la palabra,pero no todos;podemos alumbrar "correctamente" ese sentido y contribuir al orden natural.Saludos amigo Víctor.