Pasillos de comisaría:
Pasillos donde el aire se niebla de necesidad…
…angustia, bronca, he impotencia.
Y donde la justicia solo sabe de anotar nombres y apellidos,
Con miradas frías y preguntas con respuestas a la vista.
“ahora la llaman señora por su apellido”
Acaso la justicia a pesar de tener frente miradas de terror,
Desconcierto, dudas y dolor…
…aun así, no escatiman en preguntas con sabor a burla.
¡Tan ciega y sorda la justicia ejerce la misma!
Volviendo a enviar al “borrego en manos del lobo”
Que injusticia la justicia a veces.
Pasillos de comisaría…
En los cuales niños juegan y acostumbrados ya están,
De acompañar a sus progenitores, luego de presenciar golpes, abusos, despotricaciones y empujones.
Quizás ellos solo jueguen ahora, luego de tanto haber llorado y sentirse asustados por ser testigos de lo absurdamente “normal” en el seno de su hogar.
Es que al verlos… solo me pregunto:
¿Como crecerán y con que valores caminarán sus vidas?
¿Harán mañana lo mismo que hoy sus progenitores?
Pasillos de comisaría…
Donde las portadoras de uniformes azules con escudos de adornos,
Solo discuten si poner en una denuncia… reintegro, restitución, incorporación. (O alguna otra palabra que hallen por ahí)
¿No son acaso la misma cosa?
Para llenar la angustia de una madre, para ellas llamada DENUNCIA, una más de las tantas que en el día deben de formular.
Una denuncia de una madre a un padre que solo sabe de desacatos a la ordenes de jueces que en definitiva lo dictaminaron a su conveniencia y beneficio.
Que ironía la de la justicia con una madre,
Que solo se acerca a la comisaría a intentar dejar constancia de que aquel “ser humano” que un día eligió para dar vida a lo que ayer, hoy, y de seguro mañana,
Seguirán intentando arrebatar. (Sus dos razones)
Que hipocresía de aquello que en definitiva es un derecho por ley,
Un poco de justicia… esa que solo brilla por su ausencia.
Pasillos de comisaría…
Donde sentadas aguardando ser atendidas sobre bancos grabados de injusticias, soledad y aquella sensación marcada en lo más profundo...
La de sentirse huérfana de un derecho constitucional que no se atiende como es debido.
Solo una pregunta llena el vacío de aquellos pasillos…
…abra un solo gramo de justicia,
En estos pasillos de comisaría...?
Pasillos donde el aire se niebla de necesidad…
…angustia, bronca, he impotencia.
Y donde la justicia solo sabe de anotar nombres y apellidos,
Con miradas frías y preguntas con respuestas a la vista.
“ahora la llaman señora por su apellido”
Acaso la justicia a pesar de tener frente miradas de terror,
Desconcierto, dudas y dolor…
…aun así, no escatiman en preguntas con sabor a burla.
¡Tan ciega y sorda la justicia ejerce la misma!
Volviendo a enviar al “borrego en manos del lobo”
Que injusticia la justicia a veces.
Pasillos de comisaría…
En los cuales niños juegan y acostumbrados ya están,
De acompañar a sus progenitores, luego de presenciar golpes, abusos, despotricaciones y empujones.
Quizás ellos solo jueguen ahora, luego de tanto haber llorado y sentirse asustados por ser testigos de lo absurdamente “normal” en el seno de su hogar.
Es que al verlos… solo me pregunto:
¿Como crecerán y con que valores caminarán sus vidas?
¿Harán mañana lo mismo que hoy sus progenitores?
Pasillos de comisaría…
Donde las portadoras de uniformes azules con escudos de adornos,
Solo discuten si poner en una denuncia… reintegro, restitución, incorporación. (O alguna otra palabra que hallen por ahí)
¿No son acaso la misma cosa?
Para llenar la angustia de una madre, para ellas llamada DENUNCIA, una más de las tantas que en el día deben de formular.
Una denuncia de una madre a un padre que solo sabe de desacatos a la ordenes de jueces que en definitiva lo dictaminaron a su conveniencia y beneficio.
Que ironía la de la justicia con una madre,
Que solo se acerca a la comisaría a intentar dejar constancia de que aquel “ser humano” que un día eligió para dar vida a lo que ayer, hoy, y de seguro mañana,
Seguirán intentando arrebatar. (Sus dos razones)
Que hipocresía de aquello que en definitiva es un derecho por ley,
Un poco de justicia… esa que solo brilla por su ausencia.
Pasillos de comisaría…
Donde sentadas aguardando ser atendidas sobre bancos grabados de injusticias, soledad y aquella sensación marcada en lo más profundo...
La de sentirse huérfana de un derecho constitucional que no se atiende como es debido.
Solo una pregunta llena el vacío de aquellos pasillos…
…abra un solo gramo de justicia,
En estos pasillos de comisaría...?
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