El Ángel se perdía en la ciudad,era el comienzo de un nuevo verano cuando divagaba;costumbre se había hecho en él recorrer la ciudad en sus cuatro puntos cardinales,ahora se hallaba encima de una vía que serpenteaba al Norte.En uno de los tantos puentes peatonales se situaba en éste traginar,para observar el paso de los vehículos,el sol de plomo quemaba la extensa ciudad que sin armonía crecía y crecía.El divagante, amaestrado por los sucesivos estíos, languidecía al no hallar el indicio que buscaba afanosamente,desde los primeros días del mes de Enero que ya culminaba sin pena ni gloria.Absurda búsqueda, para ver si su amabilísima enamorada pasaba por dicha vía acompañado por un hombre,que a la suerte tenía un automóvil plomo y que tendría que pasar por allí entre las tres y cinco de la tarde...la vista ya le fallaba, además habría que tener en cuenta los miles y miles de carros que transitarían por esa avenida rumbo al Norte...se desespera al no hallar el indicio de la traición de la mujer que amaba,cansado bajaba las gradas de la escalinata del puente peatonal y se perdía en el laberinto de un mercado de abastos.
Y allí estás, como componente de un ruedo humano que se había formado alrededor de un cartomántico,mirando al farsante entregando cartas españolas para adivinar la suerte de las personas;coges una,eres indiferente y burlón en tu interior.Y está ella,una dulcinea de veinte años más o menos, levantando la mano para posesionarse de otra carta;los diez posesionarios,suerte de las suertes,tendrán el privilegio de una consulta gratis en pleno ruedo hmano,adivina adivinador,conjuros van y conjuros vienen,el cartomántico decide el destino de diez individuos.La tarde declina sinuosamente,la personalidad del divagante se desdobla,se perturba,siente que el dolor que lo maltrata y el amor que le había llegado recientemente se trastocan en alivio...el Ángel se desdibuja al conjuro último del adivinador y por arte de magia regresa al puente peatonal...
Observa que la vía hacia el Norte está abarrotada de vehículos,el tráfico se hacía lento,cansado,monótono,los ojos del alado seguían esa perespectiva.Sabiendo que sería su último verano vestía de negro impecable.La vigilia se hacía pesada,las tres de la tarde se trocaba en cinco y media,viraba a la derecha,el sol calcinaba su dorso.El amor se evaporaba,la investigación fenecía cuando comienzaba a elevarse,el cielo celeste se perturbaba por el desamor llameante que de repente se hallaba en el alma y el corazón del Ángel moribundo...sueño,alucinación,encantamiento y de nuevo a la rueda humana del cartomántico.
Al lado suyo la veinteañera y él suelto de huesos
le lleva al oido palabras creibles e increibles
-Es un farsante
Sigue atento a lo que te puede responder
-¿Qué?
-Ése es un mentiroso
-¿Y tu sabes leer cartas?
-Claro que sí...¿Que problemas tienes?
-Mi padre está enfermo,lo he dejado en el puesto de expendio,quisiera saber si se va acurar o no...pobre mi padre
-Dame esa carta,se lo voya devolver.Espérame.
Y sentirá que has rejuvenecido,que está dispuesto a recorrer el laberinto de ese mercado de abastos que se extiende en cuadraturas deformes hasta perderse de vista.
El sol orientándose hacia el Oeste caminaba a su puesta,centellando invisible cielo rojo.A la par los ojos del vestido negro se perlaban de un rojo intenso por la visión nítida de un esperar de días y días.El indicio se transformaba en real visión: el cielo de repente se nublaba,adquiría su coloración de invierno eterno.Decaía el ser alado,su amor llegaba a su término,caminaba inconsciente,queriendo dejar lo más rápido su atalaya,que era el último puente peatonal.No entendía,el de estar nuevamente en esa atalaya...moría...moría y quería recorrer por última vez el mercado pero acompañado de una mujer.
-¿Y en dónde haces las consultas?
Pensaba ¿en dónde?,ni él mismo sabía dónde,y diría
-Por allá
Su índice derecho apuntaría camino a unas viviendas ocupadas por muchos y menos por él
-¿Cuanto cobras?
Suelto de ánimo diría
-Nada,absolutamente nada
La observaría superficialmente y no le apetecería ni siquiera un beso declinante
-Entonces vamos
Sorpresa para su estado de ánimo.No sabrá que hacer,ni que decir,pero balbuceará
-Esperame aquí,voy asegurarme quien está en el consultorio
Y desaparecerá,huirá,pensando en la visión que le dio el sol calcinante de ese Enero que llegaba a su fin y con él,el inicio de su vida terrenal...fatal...fatal.
MOVS 2010
Y allí estás, como componente de un ruedo humano que se había formado alrededor de un cartomántico,mirando al farsante entregando cartas españolas para adivinar la suerte de las personas;coges una,eres indiferente y burlón en tu interior.Y está ella,una dulcinea de veinte años más o menos, levantando la mano para posesionarse de otra carta;los diez posesionarios,suerte de las suertes,tendrán el privilegio de una consulta gratis en pleno ruedo hmano,adivina adivinador,conjuros van y conjuros vienen,el cartomántico decide el destino de diez individuos.La tarde declina sinuosamente,la personalidad del divagante se desdobla,se perturba,siente que el dolor que lo maltrata y el amor que le había llegado recientemente se trastocan en alivio...el Ángel se desdibuja al conjuro último del adivinador y por arte de magia regresa al puente peatonal...
Observa que la vía hacia el Norte está abarrotada de vehículos,el tráfico se hacía lento,cansado,monótono,los ojos del alado seguían esa perespectiva.Sabiendo que sería su último verano vestía de negro impecable.La vigilia se hacía pesada,las tres de la tarde se trocaba en cinco y media,viraba a la derecha,el sol calcinaba su dorso.El amor se evaporaba,la investigación fenecía cuando comienzaba a elevarse,el cielo celeste se perturbaba por el desamor llameante que de repente se hallaba en el alma y el corazón del Ángel moribundo...sueño,alucinación,encantamiento y de nuevo a la rueda humana del cartomántico.
Al lado suyo la veinteañera y él suelto de huesos
le lleva al oido palabras creibles e increibles
-Es un farsante
Sigue atento a lo que te puede responder
-¿Qué?
-Ése es un mentiroso
-¿Y tu sabes leer cartas?
-Claro que sí...¿Que problemas tienes?
-Mi padre está enfermo,lo he dejado en el puesto de expendio,quisiera saber si se va acurar o no...pobre mi padre
-Dame esa carta,se lo voya devolver.Espérame.
Y sentirá que has rejuvenecido,que está dispuesto a recorrer el laberinto de ese mercado de abastos que se extiende en cuadraturas deformes hasta perderse de vista.
El sol orientándose hacia el Oeste caminaba a su puesta,centellando invisible cielo rojo.A la par los ojos del vestido negro se perlaban de un rojo intenso por la visión nítida de un esperar de días y días.El indicio se transformaba en real visión: el cielo de repente se nublaba,adquiría su coloración de invierno eterno.Decaía el ser alado,su amor llegaba a su término,caminaba inconsciente,queriendo dejar lo más rápido su atalaya,que era el último puente peatonal.No entendía,el de estar nuevamente en esa atalaya...moría...moría y quería recorrer por última vez el mercado pero acompañado de una mujer.
-¿Y en dónde haces las consultas?
Pensaba ¿en dónde?,ni él mismo sabía dónde,y diría
-Por allá
Su índice derecho apuntaría camino a unas viviendas ocupadas por muchos y menos por él
-¿Cuanto cobras?
Suelto de ánimo diría
-Nada,absolutamente nada
La observaría superficialmente y no le apetecería ni siquiera un beso declinante
-Entonces vamos
Sorpresa para su estado de ánimo.No sabrá que hacer,ni que decir,pero balbuceará
-Esperame aquí,voy asegurarme quien está en el consultorio
Y desaparecerá,huirá,pensando en la visión que le dio el sol calcinante de ese Enero que llegaba a su fin y con él,el inicio de su vida terrenal...fatal...fatal.
MOVS 2010
Última edición por Miguel Visurraga Sosa el Miér Mar 30, 2011 10:29 pm, editado 2 veces
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