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por Amor sin par,
lucero en el poniente,
gacela del dolor
efímera, luciente,
como astro que penetrar la púrpura redoma
de tus ojos
silba en el silencio su mirada
como crisálida envuelta en la mañana,
de tí añorada,
tu mano,
tu tenue luz, iluminada.
Cantan con tus ojos las semillas que asemejan
la noche
en el silencio,
y de esos momentos donde el recuerdo pesa
como un lastre de años donde aún hay infancia
la luna no restaña tus ojos, no
no cela, no da vanguardia
sólo ilumina mi ceremonia de labios en la sed de una rosa
no vuela
evade la lluvia como un sendero, como un insecto de plata
en la nocturna sed
del alba de tus ojos,
no sueña
ó tal vez
sólo sueña.
La honda respiración de las alburas,
entre dos cielos hablando a un horizonte,
entre dos mares que sueñan
tus ojos.
Tañe, entre campanas, mi voz dolorida
El duelo de tus ojos es quizás más remoto
Como olas que entre blancas primaveras aletargan
las sombras de las flores
Un dorado intento de fluir entre los pájaros
Como trepa en una hiedra el crepúsculo que dejas
pero luego me interrumpes el aliento
con un dolor parecido a las manzanas.
Y la noche elucubra sus promesas de soledad.
Pero tus párpados han oscurecido mi penumbra,
y sólo pueden ver las estrellas
los ojos de mis luces.
lucero en el poniente,
gacela del dolor
efímera, luciente,
como astro que penetrar la púrpura redoma
de tus ojos
silba en el silencio su mirada
como crisálida envuelta en la mañana,
de tí añorada,
tu mano,
tu tenue luz, iluminada.
Cantan con tus ojos las semillas que asemejan
la noche
en el silencio,
y de esos momentos donde el recuerdo pesa
como un lastre de años donde aún hay infancia
la luna no restaña tus ojos, no
no cela, no da vanguardia
sólo ilumina mi ceremonia de labios en la sed de una rosa
no vuela
evade la lluvia como un sendero, como un insecto de plata
en la nocturna sed
del alba de tus ojos,
no sueña
ó tal vez
sólo sueña.
La honda respiración de las alburas,
entre dos cielos hablando a un horizonte,
entre dos mares que sueñan
tus ojos.
Tañe, entre campanas, mi voz dolorida
El duelo de tus ojos es quizás más remoto
Como olas que entre blancas primaveras aletargan
las sombras de las flores
Un dorado intento de fluir entre los pájaros
Como trepa en una hiedra el crepúsculo que dejas
pero luego me interrumpes el aliento
con un dolor parecido a las manzanas.
Y la noche elucubra sus promesas de soledad.
Pero tus párpados han oscurecido mi penumbra,
y sólo pueden ver las estrellas
los ojos de mis luces.
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