CONATO.
(Textos de desamor).
“Todo comenzó el día que ella se fue; o dicho de otro modo, todo comenzó
cuando todo terminó…”
Sólo tu espalda me mira de frente.
¿Te sirve de algo mi cariño?
De lo contrario
me lo puedo llevar
junto con las otras cosas.
La canción que te hice
y te canté
en esa serenata telefónica.
Me puedo llevar
ese poema que manché con tu nombre.
Mi amor que devoraste todo,
hasta los huesos
pero que se renovaba como el sol.
Un sol nuevo cada día
y un nuevo amor silente
(siempre).
Me llevo el calendario
o más bien
ese estúpido día trece
en el que nos enamoramos.
Me llevo mi flor,
esa que era y significaba
tantas cosas.
Me llevo la vida del muñeco de peluche
al que pusiste mi nombre
y que te regalé
un día después
de la primera vez
que hicimos el amor.
Me llevo el agua que usamos
cuando nos bañamos juntos.
Uno que otro cabello tuyo enredado en mi cepillo
y en mi recuerdo.
Ya estoy aquí
junto a la puerta
con los velíces repletos
de cosas que ahora significan nada
para nadie.
Y odio estar vivo en este momento
aunque no lo creas.
Estas de espalda.
Sólo tu espalda me mira de frente.
Pero callas
y guardas silencio
y no dices nada…
Y me pregunto
asfixiado de tristeza,
¿en dónde estás?
¿Y en qué pasados
perdiste tus recuerdos?
….
Si te vas.
Si te vas
vete lejos,
pero tan lejos
que no pueda siquiera recordarte.
Que sea absurdo buscarte,
que sea absurdo intentarlo
que me duela
simplemente con pensarlo.
Si vas a irte,
vete ya
que yo fingiré que has muerto.
Muerto como un animal de rastro.
Muerto como un burócrata.
Muerto como un cielo nocturno nublado.
Vete de mí,
huye, escapa.
Y déjame agonizando en libertad…
….
¿Qué pensará mi perro de mí?
No beso tus pasos,
busco el fantasma de tus pies.
No respiro.
trato de reencontrar tu aroma.
Si me pierdo en el frío…
Perdón,
(te pensaba).
¿Qué pensará mi perro de mí?
Que me estoy volviendo cuerdo,
que hay silencio en mis células.
Que soy un insepulto
que huele mal.
Por que aquí me tienes
moliendo el tiempo de piedra.
Aquí estoy,
aquí estaré
“entelarañado”.
Alucinando tu canción.
¿Por qué no uso lentes?
¿Por qué uso reloj?
¿Besarás?
Besaras…
¡Cállate mente!
deja de estrujarme adentro.
Por que soy frágil
y me duele decirlo
aunque escriba ahora
sentado en una silla de cuatro pies…
Seguirá el vino padeciéndote,
imitando tu compañía.
Seguirá el ladrón en hurtos
pero tú,
estarás lejos de mí…
¿Qué pensará mi perro ahora?
Que me faltas
(hembra)
Que mi celo es muerte
que debo escupirte de mí.
Que tengo una perra suerte.
….
De noche.
Ahora cierras tus ojos.
Lo sé bien
por que es de noche.
De noche en tus ojos
de noche en mis labios.
Me duele esta noche.
II
Ya no debo amarte,
ya no.
Ni comenzarte una oración a solas.
Nunca más en esta vida.
Llena de calendarios
y años nuevos…
Y catorces de Febrero.
Díganle adiós para siempre labios,
despídete de ella, sonrisa de juguete.
Divorcia nuestras tonterías.
Marchítate ramo de flores
enmudézcanse canciones.
Que no quiero pensar en ella,
que me duele su sólo nombre.
Novia de tragedia.
Humano mío
con su sencillo amor inútil.
Me duele toda ella,
cuando ya no me seduce
cuando ya no me recuerda…
Cuando se duerme en la noche.
….
Sombras.
¿En dónde estará tu sombra?
¿Dónde anida su existencia?
Tal vez se largó al infinito
o tal vez la devoró mi perro.
Quizá la absorbió mi mente
al provocar tu recuerdo…
¿En dónde estará tu sombra?
Riéndose de mí como un niño
frotando mis paredes
intentando descubrirse en un espejo
o lamentando su ser sin ser.
Extraño mucho tu silueta,
la negrura que te invoca,
esa mancha inexistente que te ama…
¿En dónde estará mi sombra?
…..
¿Qué soy sin ti?
¿Qué soy sin ti?
Pasos abandonados.
Un vaso de sencillo unicel
por tu bilé pintado
y por tus labios que alguna vez dijeron
“…te quiero.”
Pero ahora ya nadie dice nada,
nada importante,
nada nuevo.
¡Qué ilógico es amar a un muerto!
Por que tú te has muerto
aunque rías y bailes
o hagas el amor con otro.
Yo te llevo flores todos los días
y beso tu féretro.
Y alguna que otra vez, lloro.
Estúpidamente lloro.
¿Qué soy sin ti?
Aún no lo sé,
soy algo que aún no comprendo.
Quizá también soy un espectro.
Quizá también
yo soy un muerto.
….
Metal.
Ayer resé un poco
y una décima de llanto
se esparció en mis pestañas
pero no calló.
No pude encender una vela
para no alarmar a nadie
así que fue un duelo a oscuras
con sabor a carne cruda
a tabaco
a guitarra llorona…
Vete de aquí sol
no salgas más.
Hoy tu luz me estorba como un insulto.
Así que parte el cielo en dos y dame la noche,
tan sólo
un fragmento de noche.
Por que hoy ya no soy un ser entero,
ahora enterraré la mejor parte de mí.
Ese fragmento incomprendido
que iba desde el estómago
hasta los ojos.
Ese pedazo idiota que descubre los secretos.
Ese pedazo imbécil que nos hace amar la vida.
Ese conjunto de ganancias en pérdidas.
Y ahora lo se…
Hace tantos siglos que lo sé…
Aquí yace la carne.
Probaremos ahora el sabor del metal.
….
Fantasmas.
Ya no me importa si moriste
o quedaste incrustada en mí.
Ya no me importa tu memoria
ni los días
en los que ambos degustábamos
un dulce sabor a sol.
Ya no,
no queda nada.
Quizá tan sólo,
fantasmas
Luces redondas cohabitando un tiempo vacío,
y no
el tallo verde del tiempo
en el que creímos amarnos un día
tú y yo.
II
Detrás de mí no hay nadie,
sólo la nada.
Únicamente mi vida
acariciándome la espalda.
Detrás de mí
sólo mi sombra.
Fiel
como un fantasma de perro.
Fiel,
como esa muerte que ronda.
….
Te extraño.
Te extraño.
Mientras un viento artificial
se esconde en las esquinas.
Mientras por la calle
un espectro grita.
Mientras enciendo la lámpara
de hacer oscuridad.
He bordado tu recuerdo a mi memoria,
tu vida a tu historia,
tu omnipresente
“no”
a mi deseo.
¡Te quiero maldita!
No sabes cuanto te quiero…
No sabes lo que es estar eternamente en duelo
y otra vez
otro año
y otra vida.
No sabes que tú eres el instrumento de tortura
que dios usa todos los días para castigarme.
Aún no sabes
todo lo bella que eres…
Aún
no sabes nada…
….
Diálogo.
Me sentí un huérfano
el día que desapareciste.
Y al ver que sola sufrías
me quedé triste.
Esperando un rastro de ti
que me dijera.
Que tu pena ya no era pesada
si no ligera.
Que triste fue el agua
de esa luna vacía.
Luna que ya no era luna,
mujer que ya no era mía.
Que triste el silencio
de mis manos muertas.
Ausentes de ti, de caricias
como las calles desiertas.
Continúa mi diálogo a diario
con la ventana.
Cada sol que comienza,
cada luna que acaba.
Le pregunto si sabe de ti,
si te ha visto.
Pero a pesar de su silencio
nunca desisto.
De articular las letras
que forman tu nombre.
De hacerte llegar por el éter
ésta carta sin sobre.
De buscarte en las calles
de esa luna vacía.
Mientras me hundo en la arena
del mar
de la melancolía.
Mujer
que ya no eres luna.
Mujer,
que ya no eres mía.
….
Afán.
Si tan sólo tuviera
una copa de vino.
O cualquier droga
que me ayudara a olvidarte.
Una daga de olvido
que me ayude a matarte.
Un ciclón
que se llevara tu nombre.
Una noche en medio del día.
El desamor
como una hecatombe.
Un puñado de nada
para arrojarlo a tu cara.
Y borrar tu sonrisa
y borrar esos soles.
Si tan sólo tuviera un caballo
que me llevara al carajo.
O un trabajo decente
en medio de tanto oficio.
Una piedra
que me lleve al precipicio.
O millares de piedras
para lapidarte.
Si tan sólo bajara el arte,
yo me pondría a escribir.
Sin comer, ni dormir, ni llorar,
sin parar
como un orate.
Si tan sólo bajara el arte
yo me pondría a escribir
con el afán de olvidarte.
….
Cogitación.
Es verdad,
no quiero olvidarte.
Eso sería lo más absurdo
de esta biografía.
No quiero pisar mis recuerdos
y no deseo echarlos al fuego.
Sólo pretendo amarte
hasta que lo sucio de tiempo se limpie.
Hasta que el ave
deje de volar en el aire terrestre,
hasta que la bacteria piense
y la raza humana, deje el cigarrillo.
No pretendo que me ames.
No pretendo besarte
ni fundir mis brazos en tu cuerpo.
Ni siquiera tocarte.
¿No lo entiendes?
¿Crees que miento?
No.
No podría contigo
(a pesar de ser humano).
No quiero tu orgullo por sentirte amada.
Me lastima tu lástima.
Y mis ojos sangran lágrimas
con el profundo sabor del infinito de agua…
Océano,
que no es otra cosa.
Que todas las lágrimas
de todos los hombres
de todas las humanidades
que han estado en este mundo.
No quiero olvidarte nunca,
nunca lo pienses.
Por que preferiría perder la razón
a perder este recuerdo.
Este amor.
Este amor que se hincha dentro de mí
como un cáncer.
Este amor
que se consume sólo.
Amor que está perdido.
Y enloqueciendo.
….
Voluntad.
Resuman las paredes
tu recuerdo enquistado en todas sus laderas.
Toda la casa entonces
se me viene encima
y surgen llagas putrefactas en el viento.
Ceniza de volcán
sobre la alfombra.
Ceniza de volcán
en el deseo.
Eres amarga
como la cáscara
que envuelve al corazón.
Eres el vértigo
de una caída sin suelo.
Fuego frío,
helado, seco.
Eres la saliva enamorada
de un beso.
¿Cómo asesino entonces tu recuerdo?
¿Cómo le abro el vientre?
¿Cómo extraigo tu esencia de las cosas?
De MIS cosas…
Toda esa vida pasada,
el intento siempre fallido
de una cirugía de cerebro.
De cáncer en el sueño.
¿Cuándo anidará en mi cuarto,
el viento?
II
Creo que fui menos malo
que aquel día
en el que te empapaste de lágrimas.
Fui menos malo
que un dolor a solas.
Menos malo
que el día en el que te perdiste.
Esa mujer que nunca eras,
aquella mujer que te fuiste.
Sin duda fui menos malo
que un rayo
o una lobotomía.
Al menos eso creo,
(deseo).
Simplemente intenté amarte tal cual soy.
Semidiós, ángel,
animal humano…
Besando tu piel con estas manos
provocando aquel sudor desde tu centro.
Inundándote de cartas y poemas,
pensamientos.
De canción y de silencio…
No había necesidad de asesinarme
ni de ocultar mi cadáver en tu cuerpo
ni de abandonarme oculto
entre las ramas negras de la noche
escupiendo a mi sepulcro
y esperando a las hienas y a los cerdos.
No había necesidad de llegar a tanto.
No había necesidad de tanto tiempo
ni de haber doblegado en dolorosas muecas
aquello que siempre pareció detener una sonrisa.
Creo que fui mucho menos malo que todo ello…
Pero ahora te digo:
Huye por piedad de esta mi vida
cásate, ten hijos, emigra a otro país.
Prospera, sé feliz, por piedad se muy feliz.
Y déjame morir tranquilo como un trashumante
a la mitad de un camino.
Y ¿quién sabe?
Quizá el día de mañana surja de la tierra
el fruto de una mujer entera.
A quien pueda endilgar
todavía o para siempre
el absoluto absurdo amor
de aquellos,
quienes como yo
amamos
como única voluntad
en el planeta.
Quetzalcoatl Vallejo.
15/Agosto/20010.
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