Dejó de ser ella

Dejó de ser ella

dejó de ser ella
ya no siguió su estrella,
enterró su sueños
y volvió la cara
a sus pensamientos

y siguió una senda
confusa de amor y miedo,
las alas dejó en el suelo
ya nunca emprendió el vuelo,
siguiendo a otro en sus andadas

dejó de sentirlo
el aire fresco de la libertad,
el impetu de forjar quimeras,
la alevosía de cruzar esferas
y se conformó con la escoba y una esquina

dejó de ser ella
ya no brilló como estrella,
aunque en el fondo en sus ojos refulgía
una chispa, un no se que,
que aún vivía... y gemía

y se enfrascó en las cosas cotidianas
como hacer desayunos por la mañana,
atender la plancha y la cafetera,
poner antes las prioridades del quienquiera
y olvidarse de acariciar su piel siquiera

se le fue el tiempo entre las manos,
las agujas del reloj corrieron imponentes,
las arrugas y las tristezas se hicieron presentes,
el pelo enblanquecio, dejando atrás la primavera
y un sórdido ruido a soledad cruzó su esfera

dejó de ser ella
y no supo cuando siquiera,
solo supo que en una primavera
le ofrecieron bajarle el cielo y las estrellas
y un saco de cosas, las más bellas

le pusieron un puente entre la ilusión y la fantasía,
le ofrecieron grandes sueños y poesía,
y de pronto se dió cuenta que el corazón ya no latía
que nada fue real, vivió todo lo que la ilusión derriba
dejó de ser ella y ahora yace boca arriba