Rescate del ayer

“Yo soy de los del montón.
No soy flor de invernadero.
Y como el trébol campero
Crezco, sin hacer barullo.
Y así lo aguanto al pampero”.
Atahualpa Yupanqui


Recuerdo un rostro bravío
con ojos llenos de estrellas...
Alejando su mirada pretendía
ocultar esa tristeza alimentada
por todo un pueblo sumergido,
por todos los que carecen de voz...
En ella sólo era normal lo sincero,
entregaba el corazón
ardiendo en cada lucha...

Se cruzó en mi camino
con la ingenua
simpleza del anonimato...
La vida abultaba, entonces,
su cintura de arena...
Rauda y feliz se perdió
en laberintos de mi memoria
dejando su sencillez
como un dato...

Aquel mar embravecido
me sumió en sus fauces,
llevándome por submundos
de razas infrahumanas.
Y el mismo vendaval
depredador de pueblos
la tornó errabunda
y nunca más la vi...
Sin un adiós...

Años negros de vivir luchando
para escapar al golpe artero.
¡Cuánto habrá sufrido!
Sin emitir una queja..
Ni un dolorido suspiro...
¡Ni un lamento lastimero!

Pasaron años de pobreza,
tristezas y horror...
Me premió volviendo
a encontrarla.
Es que en ella nunca valoró
sino en otros,
esa sumatoria de cosas pequeñas,
esas pinceladas de actos heroicos
que adornan su perfil torneado
por los golpes del martillo
de la vida que fue cincelando
rebeldías y luchas,
modelando esa condición sublime
del ser que, como antorcha,
porta un ideal.

Muchas gracias, amoremo!!!
Un saludo

[b]Buen poema, amigo. De ese rescate del ayer brotará un mañana más placentero. Saludos.

Muchas gracias, Recaredo!! Te envío un saludo.

Cada día admiro más tu pluma Delia, buenisimo poema!

Muchísimas gracias, Lore!!