IMPRUDENCIA DEL SEMEJANTE

Entierros sin velorios de llantos fingidos,
de un querer desabrochado que dejo escaparlo.
De paletas oxidadas de vencidas tinturas,
en lienzos maltratados por la ira.

Que en el taller del equilibrio no hay compostura
de artistas soñadores en su claustro cerebro,
trizando los ojos de enfoque ,sin vista ni puntos.
Que las inspiraciones se doblaban y al cesto.

Y como creyéndose fuera de si ni con sombras,
se lanzaba a si mismo en vacío introspectivo;
y caía aferrando sus manos al húmedo pasado
tambaleando hacia arriba y salía.

Viviendo como artista que miraba como gruñía
allá ese otro que pintaba en un lienzo gastado.
Y al rato caía en un pozo en su cráneo;
los dos contemplándose así mismo.

El espejo tapé y los dos se quedaron…
Más que dos más uno que observaba,
ese mismo en la ventana yo era.
Suspiró y cerró el libro.

tanto imagenes, como letras son corelativas,pareces entender muy bien de lo que hablas,

Que en el taller del equilibrio no hay compostura
de artistas soñadores en su claustro cerebro,
trizando los ojos de enfoque ,sin vista ni puntos.
Que las inspiraciones se doblaban y al cesto.

supongo que tienes mucha razón,
pero no todos estamos dotados de visión y talento.
Es más, creo que tu inspiración es muy acorde
a lo que reclamas.

Me intrigantes con este poema, seguiré leyéndote

Gracias 1º por pasarte y tomar el tiempo de desmenuzarme en tu lectura, y 2º por tus cumplidos frente a mi escrito muestro mi mundo surrealista interno y lo extrapolo a lo que llamamos realidad. Saludos cordiales poeta!