Muerte a Ophidia Echis Viperinae.

Eso es lo que deseo
El inferno es poco para ti
Ni los demonios te respetarán
Porque eres víbora corruptora
Guadaña en hocico de animal
Arrastrado, traicionero y sigiloso.
Cómo te odio, víbora
Eres la soberbia hecha serpente
Maltratadora ambiciosa, pisa pasos
De otros... Porque con mis ojos te he visto
Y yo siempre tu conejillo de indias
O saquito de boxeo habitual.
Te tragas los gusanos que se pudren en tu boca
Cada vez que balbuceas, destruyendo vidas inocentes,
Con tus golpes, con ganas y bien asentados.

Te odio, cómo te odio, ¡oh!
Te lames tu fétida boca
Y haces las veces de que vomitas,
Pero no... Yo sé cómo eres, víbora,
Manipuladora y traicionera: Que te arrastra.

Hasta cuándo la voy a tener cerca
Rondando la redoma de mi poca tranquilidad
Dentro de mi esfera, burbuja, lo que sea,
Es igual... Porque ella siempre está, y yo ya estoy verde.

Ya basta de tanto crimen de tu parte,
Sauropsida repudiada por tu verdad,
Te haces la loca, ja, ja, ja; ésto es demasiado ya
Mejor que te enteres, porque estando frente a mí
De muy cerca, más aún, cuando te vea a los ojos
Y me puedas mirar, te lo aseguro, que ya me cansé
En ese momento de frente (a diferencia de ti, yo no doy por detrás)
Te voy a asesinar, maldita indigna insolente,
Y luego te voy a disecar
Y portaré un bolso valioso
Para mi victoria de haberte aniquilado
Porque no hay duda
Porque no soy sólo Yo
Somos cien, un millón, cincuenta mil,
Los que te odiamos.

Muérete.

Siniestra Nostram.

[b]Quién es esta persona, ente o deidad oscura que merece de ti tales denuestos, querida Siniestra...? Quizá solo sea el fruto de tu soberbia fantasía, que usas como chivo expiatorio para desahogar en él todas tus frustraciones. Pues, no creo que una persona inteligente como tú hubiera soportado a su lado durante mucho tiempo a semejante engendro del diablo.
Abrazos.

Es una persona, amigo Recaredo. Una de esas malévolas y pérfidas personas que parece que nacieron para dañar y herir y pese a eso, guardan en sí un gran corazón. Lucifer se quedó perplejo, pues, ante ese ser. Y yo, caí en su mejor anzuelo. Soporté porque no me dieron ninguna otra opción. No sé si será una especie de lo que los yoguis denominan "karma". De igual manera ando entre el abismo del inframundo y el cielo, con ese ente, que existe y es de carne y hueso. A veces pienso que ella es una Disír y una Valkiria a la vez. Es algo complicado.

Gracias por comentar, amigo Recaredo.
Recibe un abrazo.

Siniestra.

Gracias por tus palabras

[b]Y tan complicado... No me extraña que estés hecha un lío, con tantas personalidades en tu interior... Lo que no me explico es que siendo ácrata; como creo me dijiste que eras, te dejes influenciar por el orden mitológico no sólo de occidente, sino también por el de oriente. Mucho me temo que así no lograrás salir de tu burbuja, sino que te complicarás la vida cada vez más.
Y créeme: la vida de por si, ya es bastante complicada para que nosotros le ayudemos a serlo aún más. Pero, es cuestión de gustos; claro, y aquí si que no hay nada escrito...
Abrazos.

Bueno, era una metáfora. Trataba de decir que tan pura y entregada puede resultar y a su vez pasar a ser una diosa violenta e impúdica con aires temerarios. Tengo mis motivos intrínsecos para haber obrado de ésta manera y haber permanecido a su lado. Una no tiene culpa de llegar a los que vino, y por los que está. Es una ironía socrática, una fábula y una epopeya, es mi emporio, amigo Recaredo.

Gracias por tus sabias palabras y por tus comentarios.
Abrazo.

Este poema es soberbio!!!!!

gracias por desnudar tu alma, sin tapujos ni melindres!!!

el odio es un sentimiento puro, tan puro como el amor, es indeseado, por supuesto, pero es parte de nosotros.

alguna vez mi buen amigo poeta malhablado me dijo que deseaba escuchar odio de mis labios....esta es una buena lección de como debe hacerse tal proeza.

no soy muy de clasificar nada, ni de dar nomenclaturas etc...pero este sitio sería aún más atractivo si contara con un espacio para la poesía maldita, o la poesía mala o la poesía catártica etc como gusten llamarla.

gracias de nuevo...abrazos!!!

Vaya, gracias, ya sabré que puedo destruír con mis labios, infundando odio. Ciertamente es un poema bastante amargo y soberbio, y también de la corriente --uno de esos que sobrepasa los límites del dolor y, convierte en odio el sentimiento--. Cuando lo escribí estaba muy tachada por la tristeza y la desesperación. De mí suelen surgir letras fuertes en estados depresivos (casi siempre, ja, ja... es bromita). Pero tuve que aprender a llorar y asumir el llanto como una virtud hermosa, ¿sabes? Y será verdad, porque luego de que aprendes a llorar nunca nadie será capaz de quitarte ésa virtud. Y basta que alguien denigre el rito de tus lágrimas a una porquería pueril, que nada tiene de hermoso en el dolor. Y más cuando ya ha sido lo suficientemente blasfemo como para haberte propiciado la lágrima silente que corre por tus mejillas... Es en ese trance en el que transformo en odio mi dolor.

Fue ahí, fue en ese momento, Vallejo, en el que no me quedaba más remedio que limpiar el honor de mis lágrimas con el odio, que en mi caso siempre es momentáneo, porque a seres como el de esa serpente no se les olvidan fácilmente... Son, lo que son. Y forman parte de mi eternidad, aunque retumbe fuerte en mis oídos mi pensamiento una y otra vez... y otra vez.

Gracias por comentar,

Siniestra.