Fue generoso

Fue generoso


Fue generoso el cantar del hornerito,
ó de aquellos zorzales, que la luna embriaga
fue delicioso el crepitar de un solo fueguito,
que la bandera del viento, no lo apaga…
Fue dulce y triste y alegre su voz en el solcito,
fue rosa su color, fue verde, fue amarillo:
latía de amor el abrigo en su pechito,
hasta que el fuego del dolor, lo amó, sencillo…

Fueron alturas en su vuelo, de soles presagiado:
colores que, al morir su rosa, intrigaron a palomas,
fueron distintos en su voz, su casita y el anhelo,
fue penetrando su flor, el color del terciopelo…
Fue generosa su voz, y prendida fue su gracia,
torcida amapola de luz, que el mar traía
fue distinta y generosa la sombra de su acacia,
fue menor, y calva, la palmera derruida…

Fue su distancia al Sol, premura entre premuras,
doncel de lluvias y doncellas, que la voz propaga:
fueron negruras que embotellas, cadencia que rezaga
pletórico su arrojo, de sentir miradas…
Fue quimera, fue paráfrasis, fue viento y aún esmero
ventisca de su flor, y no aguacero:
fue pudiendo la ceniza del amor, sustentando su vuelo,
fue pacífica y albor, su distinguido suelo…

Esperaron sus ojos, la mañana. Besaron sus alas tempraneras.
Elogiaron alturas y desvelos, cadencias ofuscadas y postreras:
pero el vuelo continuó hacia la mañana,
y el perfume que traía aquella rosa,
continuó su mesura fatigada,
fueron labios de verdor, sobre las aguas,
y la tierra, que ahora en flor, fue pura amada…
Pero el albo rosicler ahora bermejo, desnudó para siempre su paraguas…

Fueron flores en las flores de sus aguas
y colores en las mieles del dolor,
ó por siempre enajenadas sus solturas,
provocadas del aliento de su flor...
Fueron tardes que el color de sus acequias,
abrevaron en recóndito sabor:
las mañanas más durmientes de sus horas,
distinguieron la morada del color.

Sonrosando virtudes extasiadas,
entre sombras de esquinas y miradas…
Para siempre, fue rocío del albor…