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por Señora noche
Sombra tenaz, dulce Señora, fuente clara,
la llama que ahonda del despecho,
traga mi sombra en el color cual admirara
del estelar panal, el mismo pecho…
De tu color sombrío, nace ebúrneo,
aquél mundano azor, nevado Dédalo,
de tu color y miel, salobre ópalo
cual la centella roza claro harneo…
Homogéneo claro de oscuridad incierta,
tenaz, así racimo de mar, envergadura
estelar que acopia la noche, invierta
su color, al amanecer, cual la dulzura
de una coronación resplandeciente,
en oro, en luces y nubes fulgurantes
cual el sonido de una orquesta descendente,
al occidente que se apura, con auras y levantes…
Treno del alcohol sombrío de la noche
que busca su resguardo fugaz, hacia la horda
de la neblina fatal que al puerto, anoche,
enciende en la tea su furor, y pierda,
senectud del vano ritmo, cual luna se conserva:
en otro oro veloz, cual la mudez que implora
al río celestial adagio, cual Minerva
cede oscura, a la luciérnaga febril que dora…
Enciende ráfagas de oro sobre el azabache
neutro pañuelo que incuba naciente paraíso,
frontal escozor de la penumbra de un rojo fantoche:
légamo inmortal que aflora mientras quiso,
su luenga, motor bálsamo, incordio de la noche,
durmiente mar de asombro donde ledo crisol
parpadea en cenit, estrellando a mil mi Sol,
conservado en estallidos de metales, la trasnoche…
Carmesí bandada, Ooh bermellón Océano!
Altivo, se compara la lira en otro orfebre,
nacimiento de dar respingos de calor y enhebre
ya, la luz, su mar hendido en fuga y médano…
Antojo, del celestial torrente de abrigo
candentes colores fluorescencia de un amigo,
que esboza mágica criatura, en despertar de amparo,
en vago tricolor, que abriga la noche cual un faro…!
Respingo de color, tenaz racimo de sensorial
esbeltez, cual claro asedio de la música otoñal,
arribo, cauce, de sendero que encierra en su madeja,
vago color de espuma, que en los mares, deja
suspiros de amor, cual lenta candileja,
adora en su serpiente clara, y plata espeja…
Descenso, y claro amanecer, de sonidos albos,
burbuja y desierto cual comediante pájaro sin voz…
Señora Luna, sedienta noche, admirara de tu paso,
el color de tu derroche, que augura en tu cedazo…
Sombra tenaz, dulce Señora, fuente clara,
la llama que ahonda del despecho,
traga mi sombra en el color cual admirara
del estelar panal, el mismo pecho…
De tu color sombrío, nace ebúrneo,
aquél mundano azor, nevado Dédalo,
de tu color y miel, salobre ópalo
cual la centella roza claro harneo…
Homogéneo claro de oscuridad incierta,
tenaz, así racimo de mar, envergadura
estelar que acopia la noche, invierta
su color, al amanecer, cual la dulzura
de una coronación resplandeciente,
en oro, en luces y nubes fulgurantes
cual el sonido de una orquesta descendente,
al occidente que se apura, con auras y levantes…
Treno del alcohol sombrío de la noche
que busca su resguardo fugaz, hacia la horda
de la neblina fatal que al puerto, anoche,
enciende en la tea su furor, y pierda,
senectud del vano ritmo, cual luna se conserva:
en otro oro veloz, cual la mudez que implora
al río celestial adagio, cual Minerva
cede oscura, a la luciérnaga febril que dora…
Enciende ráfagas de oro sobre el azabache
neutro pañuelo que incuba naciente paraíso,
frontal escozor de la penumbra de un rojo fantoche:
légamo inmortal que aflora mientras quiso,
su luenga, motor bálsamo, incordio de la noche,
durmiente mar de asombro donde ledo crisol
parpadea en cenit, estrellando a mil mi Sol,
conservado en estallidos de metales, la trasnoche…
Carmesí bandada, Ooh bermellón Océano!
Altivo, se compara la lira en otro orfebre,
nacimiento de dar respingos de calor y enhebre
ya, la luz, su mar hendido en fuga y médano…
Antojo, del celestial torrente de abrigo
candentes colores fluorescencia de un amigo,
que esboza mágica criatura, en despertar de amparo,
en vago tricolor, que abriga la noche cual un faro…!
Respingo de color, tenaz racimo de sensorial
esbeltez, cual claro asedio de la música otoñal,
arribo, cauce, de sendero que encierra en su madeja,
vago color de espuma, que en los mares, deja
suspiros de amor, cual lenta candileja,
adora en su serpiente clara, y plata espeja…
Descenso, y claro amanecer, de sonidos albos,
burbuja y desierto cual comediante pájaro sin voz…
Señora Luna, sedienta noche, admirara de tu paso,
el color de tu derroche, que augura en tu cedazo…
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