LOS SUICIDAS.
Cuerpos despedazados
en la vía del tren.
Cuerpos abiertos en flor
en el asfalto
después de caer.
Cuerpos colgando
de una cuerda
en medio
de la soledad de un cuarto.
Cuerpos inertes en su cama
después de morir envenenados.
El suicidio
es una plática privada
entre Dios y uno.
Nadie muere feliz en estos casos.
Nadie es valiente o cobarde.
¿Qué te empuja al abismo?
sólo ellos lo saben.
Pero jamás debes olvidar
que todos los suicidas del mundo
tuvieron la suerte de nacer vivos.
Y fueron niños
y jugaron y rieron alguna vez
igual que tú.
Y fueron también
el hombre bueno
que llevaba el pan para sus hijos.
Y fue la mujer abnegada
que desapareció.
Y fue el hombre joven
que rechazó su futuro
por querer volver a Dios.
Y fue la mujer herida,
sangrando de tristeza
la que quiso escapar de su dolor.
El suicida
no es el tipo que en un rato de ocio.
Interrumpió tu viaje al trabajo
por que no tenía nada peor que hacer.
El suicida es un hermano
al que dejaste morir.
Al que dejaste caer.
Una canción que no pudo llorar.
Una mujer que no pudo parir.
Un orate que nunca conoció el mar.
Un hombre como yo
con su sed insaciable de amar.
Un ser igual que tú.
Una vida que extrañar.
Los suicidas
son el extremo del libre albedrío.
Víctimas de sí mismos
y auto sanadores
de su propio dolor existencial.
La próxima vez
que te encuentres con uno.
Deséale una buena muerte.
Reflexiona sobre tu existencia.
Y hazle una fiesta
a la vida.
.
Cuerpos despedazados
en la vía del tren.
Cuerpos abiertos en flor
en el asfalto
después de caer.
Cuerpos colgando
de una cuerda
en medio
de la soledad de un cuarto.
Cuerpos inertes en su cama
después de morir envenenados.
El suicidio
es una plática privada
entre Dios y uno.
Nadie muere feliz en estos casos.
Nadie es valiente o cobarde.
¿Qué te empuja al abismo?
sólo ellos lo saben.
Pero jamás debes olvidar
que todos los suicidas del mundo
tuvieron la suerte de nacer vivos.
Y fueron niños
y jugaron y rieron alguna vez
igual que tú.
Y fueron también
el hombre bueno
que llevaba el pan para sus hijos.
Y fue la mujer abnegada
que desapareció.
Y fue el hombre joven
que rechazó su futuro
por querer volver a Dios.
Y fue la mujer herida,
sangrando de tristeza
la que quiso escapar de su dolor.
El suicida
no es el tipo que en un rato de ocio.
Interrumpió tu viaje al trabajo
por que no tenía nada peor que hacer.
El suicida es un hermano
al que dejaste morir.
Al que dejaste caer.
Una canción que no pudo llorar.
Una mujer que no pudo parir.
Un orate que nunca conoció el mar.
Un hombre como yo
con su sed insaciable de amar.
Un ser igual que tú.
Una vida que extrañar.
Los suicidas
son el extremo del libre albedrío.
Víctimas de sí mismos
y auto sanadores
de su propio dolor existencial.
La próxima vez
que te encuentres con uno.
Deséale una buena muerte.
Reflexiona sobre tu existencia.
Y hazle una fiesta
a la vida.
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