Contra el glaciar del alma,
Contra el glaciar del alma, abro mis heladas venas,
bajo el sol de huestes claras, y desnudo en mis poemas:
aunque la tierra ya no abrace, ni se pierdan esperanzas,
bajo el arte, tu mirada, bajo el cielo de acechanzas…
Contra el glaciar del alba, la sorpresa es tu mirada:
bajo el arte, enamorada, y de Sol, todo bravío,
la incidencia del estío; y del arte de su mella:
la canción en otra estrella, y de lámpara el navío…
Bajo barco, contra bruces, estrelladas, si en almendros, ó la búsqueda en mi espada
ó la luna de los cedros;
en el Arte enamorada, la contienda de los cielos,
murmurando los pañuelos, de la virgen que hace libre…
Ó de tu comando irisa, la frescura de aguardiente, en el soplo de la gente,
en el mar, acobardada,
el silencio de mi amada, ó del trémulo sapiente, bajo el arte que no miente,
en el sol, casi allanado, por el mar enamorado…
…de tu arte más sonrïente…
Vuelve el frío de la nieve, en el goce más perpetuo, de la ola a mi cabestro,
la distancia engalanada:
por el arte, enamorada, y en contiguo nacimiento
la belleza del momento, la sapiencia deslumbrada…
En el otro imán, sol tibio, que acrisola mi llamado,
otra hueste, enamorado, de mi fútil nacimiento,
en el estro aquél intento,
de mi claro que embotella,
la constancia de mi estrella
al latir tus alas, siento…
Ó de artes que blasonan, en el borde, fantasías,
en el soplo de Marías, en el rostro de comuna,
la distancia hecha mirada, ó el común ya galanteo
no precisa devaneo, se adelanta el perogrullo,
por el rostro a mi sendero, no de arte al limonero:
fragua sí de los talones, y de boca en Asunciones,
ya la silva de tu vientre, nutre más que mi agonía,
por el hecho que perdía, y sofoca la mirada:
Sol cantero, inigualada, la fortuna, la epopeya,
la distancia de mi estrella,
y la boca entusiasmada… en el Sol, adinerada…
Sol de cambio, bajo siesta,
el crepúsculo amonesta, con el frío en el cuchillo
en el pan del monaguillo:
si de arte no trazara, la belleza se adueñara,
en la boca la maleza, del suspiro de belleza…
Con el arte, profanada… Mi silencio, no arraigada,
musical en extravío, la durmiente sombra asada:
en el arte enamorada,
y en la boca,
otro sendero, ya del arte limosnero,
que la boca ya del arte, no precisa fuego entero.
Ó lo sepia de mi arte,
busca en ti, ya no soñarte:
sí vivir de cuerpo entero,
de tus labios, el esmero
a besar boca escarlata,
que me encima en tu aguacero:
la constancia del primero
beso, que, no último, de cero,
busca fuego aún en la plata,
para ser Sol escarlata,
de mis labios venideros, etc…
Contra el glaciar del alma, abro mis heladas venas,
bajo el sol de huestes claras, y desnudo en mis poemas:
aunque la tierra ya no abrace, ni se pierdan esperanzas,
bajo el arte, tu mirada, bajo el cielo de acechanzas…
Contra el glaciar del alba, la sorpresa es tu mirada:
bajo el arte, enamorada, y de Sol, todo bravío,
la incidencia del estío; y del arte de su mella:
la canción en otra estrella, y de lámpara el navío…
Bajo barco, contra bruces, estrelladas, si en almendros, ó la búsqueda en mi espada
ó la luna de los cedros;
en el Arte enamorada, la contienda de los cielos,
murmurando los pañuelos, de la virgen que hace libre…
Ó de tu comando irisa, la frescura de aguardiente, en el soplo de la gente,
en el mar, acobardada,
el silencio de mi amada, ó del trémulo sapiente, bajo el arte que no miente,
en el sol, casi allanado, por el mar enamorado…
…de tu arte más sonrïente…
Vuelve el frío de la nieve, en el goce más perpetuo, de la ola a mi cabestro,
la distancia engalanada:
por el arte, enamorada, y en contiguo nacimiento
la belleza del momento, la sapiencia deslumbrada…
En el otro imán, sol tibio, que acrisola mi llamado,
otra hueste, enamorado, de mi fútil nacimiento,
en el estro aquél intento,
de mi claro que embotella,
la constancia de mi estrella
al latir tus alas, siento…
Ó de artes que blasonan, en el borde, fantasías,
en el soplo de Marías, en el rostro de comuna,
la distancia hecha mirada, ó el común ya galanteo
no precisa devaneo, se adelanta el perogrullo,
por el rostro a mi sendero, no de arte al limonero:
fragua sí de los talones, y de boca en Asunciones,
ya la silva de tu vientre, nutre más que mi agonía,
por el hecho que perdía, y sofoca la mirada:
Sol cantero, inigualada, la fortuna, la epopeya,
la distancia de mi estrella,
y la boca entusiasmada… en el Sol, adinerada…
Sol de cambio, bajo siesta,
el crepúsculo amonesta, con el frío en el cuchillo
en el pan del monaguillo:
si de arte no trazara, la belleza se adueñara,
en la boca la maleza, del suspiro de belleza…
Con el arte, profanada… Mi silencio, no arraigada,
musical en extravío, la durmiente sombra asada:
en el arte enamorada,
y en la boca,
otro sendero, ya del arte limosnero,
que la boca ya del arte, no precisa fuego entero.
Ó lo sepia de mi arte,
busca en ti, ya no soñarte:
sí vivir de cuerpo entero,
de tus labios, el esmero
a besar boca escarlata,
que me encima en tu aguacero:
la constancia del primero
beso, que, no último, de cero,
busca fuego aún en la plata,
para ser Sol escarlata,
de mis labios venideros, etc…
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