Algo nuevo…
Algo nuevo frecuenta tu sonrisa,
estigmatizando la nieve, del cual se vuelve rosa
aletargando, primorosa, tu suave elegantiza
al desmedro de la pluma, cual ave escandalosa…
Algo nuevo irisa la frecuente murallada,
sobre el acre descubierto, maravilla de tu espalda:
que entre giros y giraldas, busca ser ornato süave,
lo gallardo de las aves, que lo sano vuelve falda…
Es de roce cuanto al viento, de silencio rumoroso
es el verso cadencioso que la bruma, vuelve arte:
es de ti, que, con soñarte, la distancia vuelve plectro
sudoroso del momento, que la brújula al levante,
dosifica del instante: la pasión de mi sustento:
Es del arte, que atropella, con contorno asiduo, claro,
la distancia, loco faro, que interpuse a mi albedrío:
claro goce del estío, que mi rosa nunca enhiesta,
abre toda la floresta, y su risa, cual engaño…
Es del todo mi ego artista: el sollozo más cubista,
del loarte, moraleja, ó del rostro que me espeja
con el arte entre tu mano, dibujando la soprano,
que el color arde y pondera: como loca mi altanera
ó difusa de lo süave, ó contino de lo gräve,
la distancia, última espera, de lo grave a Primavera:
de lo cierto a paraíso, de la flor que te desquiso,
en asomo ya a tus testas, ó coronas glaseädas,
de la sombra recateada, al ardor de mi protesta…
Ó coloquio intima grave, el buril no lo proclame,
no lo asome, lo divulgue, ó lo atore, lo persüade,
al contorno de lo hermoso, la figura de tu rosa,
esbeltez, que cadenciosa, al disparo de una brisa,
al jolgorio escandaliza, y lo profano, lo desnude…
A la espera de lo trunco, que por avasallar el viento
cuenta unánime aspaviento, en la sombra de su arte…
Conglomera, ponderoso, ó del arte esmerilado,
de la sömbra no cautiva, ó distancia de tu mano
va bravando aquél verano, de la sombra de tu resta:
al jolgorio que lo apresta, al futuro lo desguace,
cual la risa de torcaces, que la voz intima, gualda,
de feroces ermitaños, que la sola voz del arte,
busca al Céfiro soñarte, y del arte de la pluma,
ó con todo ego trazado, es la alquimia, vulnerado…
Sombra espera, que detesta. Mi figura en la floresta,
con la sombra enajenada, de la bruma acantilada,
de la brisa sobre el harpa, que consciente la llamada,
de la sombra acicateada, de la bruma a minifalda:
Vuela un ápice de luna, sobre contoneo que difama
ó de glosa que te ama, sobre castos alhelíes,
de figura, carmesíes, ó colores que rebalses
en la espuma de tus fauces, ó coloquio en tus rubíes…
Puebla un ágata de sombra, distinguir de lo pasado,
un llanero sobre el claro, que se afirme y se desposa…
Algo nuevo frecuenta tu sonrisa,
estigmatizando la nieve, del cual se vuelve rosa
aletargando, primorosa, tu suave elegantiza
al desmedro de la pluma, cual ave escandalosa…
Algo nuevo irisa la frecuente murallada,
sobre el acre descubierto, maravilla de tu espalda:
que entre giros y giraldas, busca ser ornato süave,
lo gallardo de las aves, que lo sano vuelve falda…
Es de roce cuanto al viento, de silencio rumoroso
es el verso cadencioso que la bruma, vuelve arte:
es de ti, que, con soñarte, la distancia vuelve plectro
sudoroso del momento, que la brújula al levante,
dosifica del instante: la pasión de mi sustento:
Es del arte, que atropella, con contorno asiduo, claro,
la distancia, loco faro, que interpuse a mi albedrío:
claro goce del estío, que mi rosa nunca enhiesta,
abre toda la floresta, y su risa, cual engaño…
Es del todo mi ego artista: el sollozo más cubista,
del loarte, moraleja, ó del rostro que me espeja
con el arte entre tu mano, dibujando la soprano,
que el color arde y pondera: como loca mi altanera
ó difusa de lo süave, ó contino de lo gräve,
la distancia, última espera, de lo grave a Primavera:
de lo cierto a paraíso, de la flor que te desquiso,
en asomo ya a tus testas, ó coronas glaseädas,
de la sombra recateada, al ardor de mi protesta…
Ó coloquio intima grave, el buril no lo proclame,
no lo asome, lo divulgue, ó lo atore, lo persüade,
al contorno de lo hermoso, la figura de tu rosa,
esbeltez, que cadenciosa, al disparo de una brisa,
al jolgorio escandaliza, y lo profano, lo desnude…
A la espera de lo trunco, que por avasallar el viento
cuenta unánime aspaviento, en la sombra de su arte…
Conglomera, ponderoso, ó del arte esmerilado,
de la sömbra no cautiva, ó distancia de tu mano
va bravando aquél verano, de la sombra de tu resta:
al jolgorio que lo apresta, al futuro lo desguace,
cual la risa de torcaces, que la voz intima, gualda,
de feroces ermitaños, que la sola voz del arte,
busca al Céfiro soñarte, y del arte de la pluma,
ó con todo ego trazado, es la alquimia, vulnerado…
Sombra espera, que detesta. Mi figura en la floresta,
con la sombra enajenada, de la bruma acantilada,
de la brisa sobre el harpa, que consciente la llamada,
de la sombra acicateada, de la bruma a minifalda:
Vuela un ápice de luna, sobre contoneo que difama
ó de glosa que te ama, sobre castos alhelíes,
de figura, carmesíes, ó colores que rebalses
en la espuma de tus fauces, ó coloquio en tus rubíes…
Puebla un ágata de sombra, distinguir de lo pasado,
un llanero sobre el claro, que se afirme y se desposa…
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