Hoy quiero hacer un homenaje a la MUJER, a esa que se somete por amor, a la que forja un hogar contra viento y marea, la que obedeció, calló, asumió, AMO. La que se embarazó una y otra vez, porque desde niña le dijeron que era su misión, la que luchó contra el cansancio e hizo casa, cuido niños, parió niños y siguió adelante con sus tareas sin dejarse rendir. Quiero pensar, de hecho lo pienso. Que debió haber días en que pudo ser el paraíso, pensar que esos niños no existieran, sin embargo les enseño juegos, les contó cuentos, incluido el “cuento de nunca acabar” Les enseñó todo lo que ella sabía, les enseñó a amar. Y siguió la vida. Amando al padre de sus hijos e hijas y soportando en silencio las desigualdades que imperan en la sociedad que nos ocupa aún en la actualidad. No tuvo amigas, no salió a tomar un café, no dio vueltas por un centro comercial, no fisgoneó aparadores solo por diversión, no gastó en ella un peso, porque había mil prioridades.
Esa mujer parió 17 hijos, que segura estoy bendicen sus existir y lo celebran. Porque ninguno sobra, porque los que faltan ya, ¡se echan en falta! Y su prole creció bajo el cobijo de su sonrisa, de sus artesanías, de su comida riquísima, de su forma hecha a la antigua, con valores definidos, con entrega total e incondicional, pese a todo tropiezo, pese a momentos oscuros, pese a la vida, que no le preguntó jamás que sueños tenía, que metas querría alcanzar. Y así… paso la vida, día a día. Vio a sus hijos crecer y volar, forjar sus propios caminos, sus propias vidas y en ella imperó el respeto, el silencio, el apoyo a proyectos y planes ajenos, sin tener o pretender ella, sueños propios. Y hoy a sus 92 años, bendice a su prole con amor infinito. A esa quiero hacer homenaje, por esa enarbolo mi bandera, ¡por mi madre! Una mujer educada a la antigua, en las bases del amor y del respeto, que la hicieron sumisa y obediente a su misión de mujer y madre. Y nadie le preguntó si era la vida que quería vivir.
Pero igual la enarbolo con rebeldía porque esa desigualdad impera hoy, disfrazada y artera. Violencia familiar que llega al feminicidio, o disfrazada cara a la calle, menospreciando siempre las labores de hogar. Estoy cansado de escuchar que el “hombre” hizo su fortuna personal con su trabajo y la mujer no hizo nada, más que quedarse en casa con los niños, en los tramites de un divorcio, donde la finalidad es dejarla con lo menos posible y si es posible ¡con nada! La enarbolo por esas que son padre y madre, aunque tengan pareja. Y a las que lo son porque su pareja las dejó atrás. Igual hieren los comentarios sociales de burla dolosa cuando se habla del tema de mujeres solas educando hijos. Y hago constar que creo de verdad, que los hijos pertenecen a las madres en cuidados y amor, pero no las hacen solas, y el proveedor de esperma debe responsabilizarse. La enarbolo por esas mujeres que regresan de la oficina, donde laboran el mismo horario que su pareja y al regreso se ponen a lavar, a preparar la cena, a revisar tareas y todavía “tienen” que llevarle la cerveza a un hombre que repantigado en un sillón ve el fútbol, porque requiere relajarse de un trabajo estresante. La enarbolo por crear un cambio, en esta sociedad que defiende mil absurdos, pero que todavía aplauden a un hombre infiel y a una mujer la llaman “zorra”, Esta sociedad , que alza una ceja cuando lee la noticia de que una chica que fue a un bar a divertirse con sus amigas y le desgracian la vida con una violación, dicen: “¡Se lo buscan vistiendo de esa forma, embriagándose, saliendo de noche!”
Mujeres, no hagamos de la igualdad una guerra de sexos, ¡NO! eduquemos hijos dignos y valerosos, que vean a la mujer como su igual, con respeto y consideración. Que nunca olviden que es una MUJER quien les dio la vida. Quien los amamantó, quien los llevó de la mano, hasta que su caminar fue firme. Una mujer quien los ama y amará toda su vida.
¡Feliz día internacional de la mujer! Día que debe ser ¡todos los días! Mi homenaje a la mujer en este día, va por principio ¡por mi hermosa madre! mis hermanas, mis amigas y toda mujer que le sonríe a la vida cada mañana y hace lo que debe.
Malusa
Derechos reservados
Esa mujer parió 17 hijos, que segura estoy bendicen sus existir y lo celebran. Porque ninguno sobra, porque los que faltan ya, ¡se echan en falta! Y su prole creció bajo el cobijo de su sonrisa, de sus artesanías, de su comida riquísima, de su forma hecha a la antigua, con valores definidos, con entrega total e incondicional, pese a todo tropiezo, pese a momentos oscuros, pese a la vida, que no le preguntó jamás que sueños tenía, que metas querría alcanzar. Y así… paso la vida, día a día. Vio a sus hijos crecer y volar, forjar sus propios caminos, sus propias vidas y en ella imperó el respeto, el silencio, el apoyo a proyectos y planes ajenos, sin tener o pretender ella, sueños propios. Y hoy a sus 92 años, bendice a su prole con amor infinito. A esa quiero hacer homenaje, por esa enarbolo mi bandera, ¡por mi madre! Una mujer educada a la antigua, en las bases del amor y del respeto, que la hicieron sumisa y obediente a su misión de mujer y madre. Y nadie le preguntó si era la vida que quería vivir.
Pero igual la enarbolo con rebeldía porque esa desigualdad impera hoy, disfrazada y artera. Violencia familiar que llega al feminicidio, o disfrazada cara a la calle, menospreciando siempre las labores de hogar. Estoy cansado de escuchar que el “hombre” hizo su fortuna personal con su trabajo y la mujer no hizo nada, más que quedarse en casa con los niños, en los tramites de un divorcio, donde la finalidad es dejarla con lo menos posible y si es posible ¡con nada! La enarbolo por esas que son padre y madre, aunque tengan pareja. Y a las que lo son porque su pareja las dejó atrás. Igual hieren los comentarios sociales de burla dolosa cuando se habla del tema de mujeres solas educando hijos. Y hago constar que creo de verdad, que los hijos pertenecen a las madres en cuidados y amor, pero no las hacen solas, y el proveedor de esperma debe responsabilizarse. La enarbolo por esas mujeres que regresan de la oficina, donde laboran el mismo horario que su pareja y al regreso se ponen a lavar, a preparar la cena, a revisar tareas y todavía “tienen” que llevarle la cerveza a un hombre que repantigado en un sillón ve el fútbol, porque requiere relajarse de un trabajo estresante. La enarbolo por crear un cambio, en esta sociedad que defiende mil absurdos, pero que todavía aplauden a un hombre infiel y a una mujer la llaman “zorra”, Esta sociedad , que alza una ceja cuando lee la noticia de que una chica que fue a un bar a divertirse con sus amigas y le desgracian la vida con una violación, dicen: “¡Se lo buscan vistiendo de esa forma, embriagándose, saliendo de noche!”
Mujeres, no hagamos de la igualdad una guerra de sexos, ¡NO! eduquemos hijos dignos y valerosos, que vean a la mujer como su igual, con respeto y consideración. Que nunca olviden que es una MUJER quien les dio la vida. Quien los amamantó, quien los llevó de la mano, hasta que su caminar fue firme. Una mujer quien los ama y amará toda su vida.
¡Feliz día internacional de la mujer! Día que debe ser ¡todos los días! Mi homenaje a la mujer en este día, va por principio ¡por mi hermosa madre! mis hermanas, mis amigas y toda mujer que le sonríe a la vida cada mañana y hace lo que debe.
Malusa
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