Ooh Doncella!
Ooh Doncella de miel en el crepúsculo!
Bate mi letargo en el ardor de tu cabestro,
por donde el claro de tu pie, tu Sol tan vuestro
legitima la mañana de tu seno y ósculo!
Privanza del delirio, mi amor acoja
en el durmiente blasón que me sonroja,
altivo seno que mi mirada perpetúa
en otro sol de miel, tu ojo valúa…
Ooh doncella de mies de trigo, hermosa,
cadencia de amor, que el sol sonroja
el canto de tu piel, tu brisa acoja
la dulce piel de luna, mirada rosa…!
Tu bella espalda duele en mi baluarte,
consigna helada, azor, que el mal destella
helada sombra de tu piel más bella,
en el rocío helado, de mi amor, mi Arte!
Dulce campana femenina de hermosura
privada en el aliento, el sol destila,
ya la marea vencida, del oro que encandila
tu boca amante, centella que procura!
Tus piernas arden el sonoro arrebato,
que bosqueja de luz el oro amado,
tan desigual estorbo, mi ágil trato,
de felino estandarte, tu pecho robado…
Que dentella en otro albor, sofisma errante,
de la plegaria de mi amor, en un instante
que la bermeja boca, que asía de tus labios,
es otra pueril rosa, de rosas sabios presos…
Rotundos, caros, tu femenil brisa de labios,
opone un ruego de martirio, de mis besos
que el confín de mi despecho, augura luego,
batallas en lo alto de tu seno, brego…
Solo y hostil, en mi plegaria, brota
ya mi deseo ufano en el albor, la casta
de la risueña Heralda, de mi voz rota,
tu boca roba mi habla, mi lengua basta…
Mi boca, dentro de tu boca sepia,
resiste el ala de tu beso agreste!
El labio de tu humor, tu labio y hueste,
el labio del amor, la bronca peste!
Que tu luz deseäba, tomar a lo celeste…!
Solo y hostil, me hundes en tu pecho,
labrado el ángel de tu voz, deshecho,
mi voz veloz, mi boca, mi despecho!
En otro arte veloz, de ruinas, en tu pecho!
Dejas la añoranza que flota de tu abdomen,
el canto que inaugura tu silencio:
de tu boca que exorna lo que anuncio,
mis labios presos en tus labios, tomen…
Rocío preso de tu albor, heraldos sueñan,
ya la debacle del suspiro no despeñan,
el oro en tus fauces, de rosa en tus abriles,
fecunda flor, que irisa labios pueriles…!
Mi rosa es de tu pecho, el árbol que prohíja,
senderos calmos al dolor que süeña,
calmo mi sendero son tus pies, que preña,
mi boca embellecer, los cantos de mi dueña…
Sólo es así, Ooh, sólo es así, mujer!
Labios desnudos de mi amor, has de acoger…
Ooh Doncella de miel en el crepúsculo!
Bate mi letargo en el ardor de tu cabestro,
por donde el claro de tu pie, tu Sol tan vuestro
legitima la mañana de tu seno y ósculo!
Privanza del delirio, mi amor acoja
en el durmiente blasón que me sonroja,
altivo seno que mi mirada perpetúa
en otro sol de miel, tu ojo valúa…
Ooh doncella de mies de trigo, hermosa,
cadencia de amor, que el sol sonroja
el canto de tu piel, tu brisa acoja
la dulce piel de luna, mirada rosa…!
Tu bella espalda duele en mi baluarte,
consigna helada, azor, que el mal destella
helada sombra de tu piel más bella,
en el rocío helado, de mi amor, mi Arte!
Dulce campana femenina de hermosura
privada en el aliento, el sol destila,
ya la marea vencida, del oro que encandila
tu boca amante, centella que procura!
Tus piernas arden el sonoro arrebato,
que bosqueja de luz el oro amado,
tan desigual estorbo, mi ágil trato,
de felino estandarte, tu pecho robado…
Que dentella en otro albor, sofisma errante,
de la plegaria de mi amor, en un instante
que la bermeja boca, que asía de tus labios,
es otra pueril rosa, de rosas sabios presos…
Rotundos, caros, tu femenil brisa de labios,
opone un ruego de martirio, de mis besos
que el confín de mi despecho, augura luego,
batallas en lo alto de tu seno, brego…
Solo y hostil, en mi plegaria, brota
ya mi deseo ufano en el albor, la casta
de la risueña Heralda, de mi voz rota,
tu boca roba mi habla, mi lengua basta…
Mi boca, dentro de tu boca sepia,
resiste el ala de tu beso agreste!
El labio de tu humor, tu labio y hueste,
el labio del amor, la bronca peste!
Que tu luz deseäba, tomar a lo celeste…!
Solo y hostil, me hundes en tu pecho,
labrado el ángel de tu voz, deshecho,
mi voz veloz, mi boca, mi despecho!
En otro arte veloz, de ruinas, en tu pecho!
Dejas la añoranza que flota de tu abdomen,
el canto que inaugura tu silencio:
de tu boca que exorna lo que anuncio,
mis labios presos en tus labios, tomen…
Rocío preso de tu albor, heraldos sueñan,
ya la debacle del suspiro no despeñan,
el oro en tus fauces, de rosa en tus abriles,
fecunda flor, que irisa labios pueriles…!
Mi rosa es de tu pecho, el árbol que prohíja,
senderos calmos al dolor que süeña,
calmo mi sendero son tus pies, que preña,
mi boca embellecer, los cantos de mi dueña…
Sólo es así, Ooh, sólo es así, mujer!
Labios desnudos de mi amor, has de acoger…
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