El simple movimiento de tu luz

El simple movimiento de tu luz


El simple movimiento de tu luz, envaina arcos
que la sombra no cautive entre tus flechas;
mas es jolgorio la virtud que me despechas
en otros arcos de sovoz, de ardores parcos,
donde noviembre no ha recluido astros sinceros,
en otras llamas, que la sombra, al admirarte
fueron lentiscos de mi bruma, por soñarte,
en otras sombras, y el albor, sueños terceros…

El simple movimiento de tu arte, puede la sombra
inigualar, en otro casto ademán de pura nieve,
que la bandera de mi estro no me nombra,
hasta la sombra de mi vientre en otra nieve,
hasta la mojada luz insatisfecha, que de ti pruebe
la ruina de mi vientre en otra sombra,
el arte que por morir sea breve,
en otro canto de ardor, si de amor sobra…

Mi búsqueda en contorno, puede el labio
en otra risa, lo perjuro, ya saciar
si mi rescaldo entre tus liras, arte sabio
pernocta el vuelo de mi luz, de mi azahar…
En otra sombra que mi ademán primero,
busca los ciegos estros que cohíben
y en otro mate, mi dolor si no prohíben,
desde su canto la mudez, mi sordo herrero…

En torno a mí descubres otros hornos,
que la vanguardia de tu barro aún esconde,
en otros cielos de mi imán, por donde funde
sólo rastreros capitanes, que aún inviernos,
ya la palabra de la noche, en otros canes,
puede si el gallo de fortuna de mi pan,
atesar con el suspiro de mis dones:
puede tu arte, mi suspiro, darte pan…

En otra noche, en otro cielo lacerado,
puede si el caldo de la noche, entre sus liras
regodear la sombra que me admiras,
ó puebla el ente de mi risa otro altercado;
ya si mi luz, en otra brisa, otro fraguado
estoico, célibe, latido ya olvidado,
en otra sien, en otra bruma latir mellas,
de los contornos de la miel que has deseädo
no mi vergel, ya mi suspiro, late en ellas…

Mi golondrina, de mi rosa, has hecho estrado,
con lo no austero, que mi rosa no ha olvidado…