Territorio de boca clausurada

Territorio de boca clausurada

Territorio, de boca clausurando un beso,
legitimando la charca de tu nubil espasmo
sonriente al aforismo de tu manantial ileso,
en otro süave roto, de besos en orgasmo…
Multiplicando el arpa del sueño en una nube,
ya clausurando la trova de tu gentil deceso,
por cuanto hube de robarlo, en otro peso
tan celo de lujuria, en tu carmín, estuve…

Tal sesgo embarga el oro, que de tu boca aviesa
el juvenil reclamo, al manantial invita,
desnudo de tu mano, el solo hecho recita
tan coloquial, su beso, en otro beso empieza…
Te busca mi sendero, de la ilusión perturba,
el otro suave ruego, que dócil te masturba
a la ilusión perpetua, de un ego que recläma,
tu voz en otro eco, tu tromba que te äma…

Y de tu hecho insigne, tu báculo tropïeza
la noche se pondera, el manantial recibe,
tu oro en la compulsa, del estro que percibe
tu beso en otros cetros, alcurnia que regresa…
Mi voluntad erige, tu sombra en nuevo adarme,
por voluntad perdida, del estro no va a darme
el coloquial abismo, lo sueña y oportuna,
por besos delicados, y sombras de ninguna…

Mis rojos manantiales, acecho vuelven sombra,
de sombras iracundas, pelëas no livïanas,
de besos entre sombras, de sombras y persianas,
de mares que se asombran, y buscan a tu sombra…
De goce hecho de vïentre, taimadas ilusiones,
vestigio de la mente, danzadas epopeyas
de sombras que se advierte, fraguada en noches bellas
por sombras que anteponen, su beso a las pasiones…

De trombas y de esmeros, de copias y taludes,
en otra süave risa, de beso contra nudos
los besos de tus besos, robados y menudos:
la brisa de tu cuerpo, en otras suaves ludes…
De besos y mutismos, de lechos y de flores
tan süaves los alcores, en otros suaves ramos,
de voces en espejo, de besos y de amos,
los besos de tu cuerpo, conjugan los amores…

En otro suave río, de lúdica tinaja,
perfecto en amorío, adviene y luego baja
en otro suave cüerpo, de música, si laja
espejo de mi cuerpo, en otra suave maja…
Devoras con tu cuerpo, de tu frágil encono
las horas de mi cuerpo, en otra suave risa,
desnudos, con silencio, con el cantil desliza,
los besos de tu cuerpo, en un frágil ya tono.

De música y de cielo, de besos y de elogios,
tus besos no son besos, son letras, son adagios…

Música, y claustro, de tu cuerpo abatido,
es música y sueño, de mi cuerpo vencido.