Azules sueños

Azules sueños

Azules sueños, ó prendados de hermosura
lidian ó deambulan, por el vástago a mi hechizo,
confrontados con las alas, desnudo paraíso
libran a su encuentro, su encono, su blancura…
Besa el margen de tu Nínive, fragancias a su flor
condenadas las espumas a la dialéctica figura,
entonando las diademas de dorada tesitura
fragancias, que en su ósculo inmolan su loor…

Arribo de clemátides, contrapuestas en el ala
donde blande mi amorío, y se esparce la mañana,
tu silencio es vespertino, tan radiante tan temprana
su distancia al amorío, las aleja de mi gala…
Se comparte, los sonidos, ya la música idolatra
devanando el universo, por el cual el canto me ata,
y el espurio verso nüevo, cual la flor de su Mohatra
decidiera en el atisbo cuánto rosa es escarlata…

De mi mano, no interviene, de su brisa, la manera,
tan desnuda como el ala, tan suplida, temeraria,
de su goce confabula, y hace sombra literaria
numismática del sueño, y blanqueo a Primavera…
De su rosa, el oro cabe, de su cincha, como el velo,
arredrando del pañuelo, cual esboza sólo cuatro
los vergeles de mi numen, y la glosa de mi cielo,
inundando con el arte de mi voz a su teatro…

Besa, ya sombría, el carbón de nube en vüelo,
tan radiante como el celo, ente sólo del crepúsculo,
ante sólo el atavío, de mi rostro, de mi Cielo
cardinales sombras rigen, en el rojo de su ósculo…
La mirada se extravía en anaqueles cual perfume,
de su soplo, epifanía, de la boda a mi Querube,
congraciando las centellas de mi rostro, aquélla nube
y buscando los silencios, que tu voz consume…

Sólo estafa de mi rüina, apelando cautiverios,
la madeja vespertina de mi sombra, de mi alud,
confrontando de la gala, uniforme contra aéreos,
dibujando los hesperios, alesados de virtud…
Mi boca ya no contiene, donde  flores, müeren,
desvistiendo los albores, que mi sombra no atropella,
con el beso de la noche, de mi rüina, única estrella
la fragancia de mi sombra, que a mi rosa, adolecieren…

Uniforme vela adusta, de tu soplo, la candela
cual ubicua tarantela de mi rostro, aquella nube,
donde el gladio de mi beso, uniformes rosas sube
hasta el labio de tu beso, donde aguarda tu cautela…
De mi rostro, toda sombra, no se besa con Verano,
atesando la mirada de mi albor, en sólo risa
aún vertiendo, todavía, la blancura, aprisa,
de tu luz, en tu mirada, cual acero marca ufano…

De mi glosa, entre tus senos, tan vadeados de sonido
estridencia de mis labios, donde funde tu latido,
no ya es música, mi verso, no palabra ni sentido
el verano carcomido, por efebo entrometido…
De mi Musa sólo ciega, aquél vestido crepúsculo
uniforme a mi desvelo, encendido de Verano,
bajo besos de artesano, sobre labios de mi músculo,
encendiendo aquéllas coplas, que besaban aún tu mano…

Tanto acechas con tu risa, mi venablo a mis despojos,
tal es el mudo vocablo, encendido ante tus ojos...

Siempre es un gusto leerte,poeta de mágica escritura.
Cordiales saludos.

Muchas gracias, Miguel!!!! Un abrazo enorme, amigo!!!!

Te quiero mucho!!!!