Vamos con una nueva...
De tu pretil sonoro y labios dilatados
esfuma la rosa su concierto en andas,
florida en sueños, y labios de mirandas,
las músicas que süeñan, y besos anidados…
Destierra un loco asedio la lágrima pausada,
en rojo de arte en celo, de música añorada
febril y presta en eco, de fauce dominada
ebúrnea y sólo amante de lágrima dorada…
En música aprehensiva, dolor ya no atenuante
vagando del ultraje que tu pretil enseña,
y con cordaje preña, tu robo laúd fragante
de sólido bagaje, urdido en mi reseña…
Aleve, gentil presto, algarabía amante
tu ósculo mediante, y tu sabor de cena,
baldado me encomienda y ya la luz vagante,
estólida se fragua, urdida y sólo apena…
Cual la caléndula se frena, en robo hostil panoja
de sólida me escoja, en tu labor fragante,
mi sorbo más pedante, de tu loor escoja
a la virtud que besa, tus labios y diamante…
De sobras mascullante, en robos gentil presto
urdidas en tus fraguas, de fugas y de besos,
latidos y retornos, a tu pretil, regresos
de robos en las cuestas, bravando sólo esto…
A tu mediante robo, de tu gentil panoja
escoge ruiseñores, y abreva tu llamado:
en fuga mi disparo, a tu pretil concierne
en música se atiene, y en labios me despoja…
Ariete que sin fauces, es hora entre tus rejas,
para blandir, helado, la música en tus horas
privando mi elocuencia, de sólidas demoras
en ocio, duras penas, que a mi carmín alejas…
Es música silente aquel puñal solícito
que brava en el concierto, la poesía amante
para blandir la honra, triunfo del infante,
afortunado beso, de música en el rito…
Tu fuga se me place, cual demonio al lienzo
y busca en tu blancura, el rosa del suspiro
para blandir en ángel, tu rostro en mi respiro
y búsqueda en tus ojos, cual música yo pienso…
Arroja de mis bogas, aquél truhán endeble,
que música no late, si no late el orfebre
cual rostro se me abate, y no claudica un río
perplejo en amorío, de lunas y de fiebre…
Arroba mi Castalia, aquélla mente adusta
doncella que, sin gusto, ó por arte se demora
latiendo en su figura, su pluma más augusta,
y aleve fornitura, que por clavel, adora…
Rocío sin la flora, de no blandir la noche,
fraguado en su cintura, mis ojos son su broche…
De tu pretil sonoro y labios dilatados
esfuma la rosa su concierto en andas,
florida en sueños, y labios de mirandas,
las músicas que süeñan, y besos anidados…
Destierra un loco asedio la lágrima pausada,
en rojo de arte en celo, de música añorada
febril y presta en eco, de fauce dominada
ebúrnea y sólo amante de lágrima dorada…
En música aprehensiva, dolor ya no atenuante
vagando del ultraje que tu pretil enseña,
y con cordaje preña, tu robo laúd fragante
de sólido bagaje, urdido en mi reseña…
Aleve, gentil presto, algarabía amante
tu ósculo mediante, y tu sabor de cena,
baldado me encomienda y ya la luz vagante,
estólida se fragua, urdida y sólo apena…
Cual la caléndula se frena, en robo hostil panoja
de sólida me escoja, en tu labor fragante,
mi sorbo más pedante, de tu loor escoja
a la virtud que besa, tus labios y diamante…
De sobras mascullante, en robos gentil presto
urdidas en tus fraguas, de fugas y de besos,
latidos y retornos, a tu pretil, regresos
de robos en las cuestas, bravando sólo esto…
A tu mediante robo, de tu gentil panoja
escoge ruiseñores, y abreva tu llamado:
en fuga mi disparo, a tu pretil concierne
en música se atiene, y en labios me despoja…
Ariete que sin fauces, es hora entre tus rejas,
para blandir, helado, la música en tus horas
privando mi elocuencia, de sólidas demoras
en ocio, duras penas, que a mi carmín alejas…
Es música silente aquel puñal solícito
que brava en el concierto, la poesía amante
para blandir la honra, triunfo del infante,
afortunado beso, de música en el rito…
Tu fuga se me place, cual demonio al lienzo
y busca en tu blancura, el rosa del suspiro
para blandir en ángel, tu rostro en mi respiro
y búsqueda en tus ojos, cual música yo pienso…
Arroja de mis bogas, aquél truhán endeble,
que música no late, si no late el orfebre
cual rostro se me abate, y no claudica un río
perplejo en amorío, de lunas y de fiebre…
Arroba mi Castalia, aquélla mente adusta
doncella que, sin gusto, ó por arte se demora
latiendo en su figura, su pluma más augusta,
y aleve fornitura, que por clavel, adora…
Rocío sin la flora, de no blandir la noche,
fraguado en su cintura, mis ojos son su broche…
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