Ofrece… (A Lucila)

Ofrece… (A Lucila)

Ofrece la luz, tibio bajel, cual especula su mandato,
ardor de flores cual soñaba trigo lento
menudo aljófar cual vigilia el alma, viento,
cardumen pétreo de su voz, tu glosa abato…
Pues la mirada de mi ángel es suntüosa,
para vestir de la llanura, ocio redime,
en cuanto jura un ornamento donde ¿dime?
la voz palabra de tu ósculo, tú, hermosa…

Frigia pudo verter de su agonía,
la luna calda de mi amor, bate la testa,
a tu sonrisa, amor, que no protesta
ó llama árdua de mi amor, nace y vestía…
Mi brisa escoge, sin mi voz, toda tu ansia,
sutil palabra sin estoque, sin la perla
que mi desnuda agua no tiene, conocerla,
es bien del alga de tu sombra, copa escancia…

Mi amor no vierte, Oh soberana, ruin madeja
que tu suspiro nacarado, no me deja,
ardor si mella lo menguado, cae la copla
mi ardor templado, no la voz, tu oído sopla…
Oh, ya, Lucila aparece en un momento,
al regalarte de mi sombra, lo que siento
palabra dócil, que no mella sólo al darme
mi voz primera, mi descanso sin soñarme…

Moja el rocío de mi honra en mi laguna,
y ya perece de mi sombra mi fortuna
cual sólo el arte del delirio cabe a un süeño,
ó moderado en ti mi amor, cual sólo un düeño…
No taciturna mi morada, estima gotas,
de la belleza de la lluvia, nimiedades
cual sólo un lirio sólo te habla, en vendavales,
ó mi silencio no me enluta, besa y brotas…

No de la marea, mi noche busca estrellas,
a tu verano no la dócil, pantera de mi asomo:
ó tu silencio, cual espuma verde sellas,
cual la bandera de mi sol frente a mi lomo…
Oh, de los mares, taciturna fue la huella,
que mi plegaria a tu cintura, besa ufana
la liviandad de mi egoísmo, soberana,
por sobre el arte de mi estrofa, de mi bella…

No la clepsidra de mi voz, en rima amante
no mi triunfo en voz austera, mi silencio,
no pudo amarte sin mi sombra que aquerencio
por sobre el alba de la sombra, mascullante…
Mi voz propicia nace al eco de tus labios,
cual golondrinas de tu sombra, besan
y a cada paso de tu amor, ya no regresan
a no latir, más que tu sombra, en lentos labios…!

Mi voz escurre mi navío en sombras una,
para verter de mi sosïego, tu muralla
en luna amante, ó en el verbo que te halla
mi voz primera besa el arte ó ya ninguna…
Mi beso ufano, no amedrenta el pedregullo
no de mi asomo, la palabra esconde, tiesa,
aquél preludio de tu piel, cual la belleza
tu flor extinta, hace cordel, mi pluma orgullo…

Mojas tu pelo, ya de Sirena, la mirada
ó coloquial, ya de la arena, perfumada,
cual sólo el arte de tu sombra más precaria
no luna amante va más lejos, temeraria…
Mi voz procura ser el pez que tu alma roba,
al lento mar, mi contextura no lo halla
ó mi verano no me ha muerto, si no encalla,
mudo vajel, en tu silencio, que me emboba…

Late si el Sol, de tus rubíes, dos crepúsculos,
muda si ángel, no del alba, de tus ósculos…

Al Sol tibio bastará con dos decenas,
de miradas: Sirena, entre Sirenas…

Mi solo arte buscará la noche altiva,
de besar, tu sola sombra, fugitiva…


Vuelve!