No partas

Amor,

sé que el silencio desbarata tu alma,
sé que has encontrado un dolor ciego, y que tus astros niegan la esperanza,

Sé que no hay latidos en la comarca ígnea de tu templanza,

sé que un viento furioso te empuja lejos de mí

más alla del mar

más allá del océano

te cubre de sed y de dolor,

sé que he sido un ávido resorte que te impele la huida,

y sé que el camino ya está trazado, con las lunas tramontando tu destino.





Amor, no partas


que el desvelo no llore más tu risa

que la furia del silencio no te esconda en mi dolor,

que la lluvia me moje, pero que no empape de tempestad tu boca

que tus ojos no lloren,

que tu corazón no pese en el vacío…


Sé que he muerto en la penuria de mis huesos,

que la invariable desnudez del desamparo cubrió de nuez

tu ciega luna,

Sé que el dolor nos ha confrontado en una lágrima

sé que tu risa perdura inocente en el dolor de los fantasmas de dolor


Amor,

no partas,


que no desboque las olas tu amanecer derruido en la paloma,

que tu pecho no sepulte en la arena nuestro amor

que la cosecha de tu vino no me procure en el recuerdo mi propia hiel hendida;

Amor,

no te vayas!

Mi boca ha trazado en la niebla de tus besos, el olvido

mis fauces deglutieron el ardor del júbilo en tu alma,

sé que he muerto de dolor, y sé que te he transformado en ave,

en la bandada que no emigra de su corazón y ya no puede

perecer en su silencio,

y busca la perennidad que destila todo lo que abreva,

No transito otro cauce que las huellas de nuestros pasos en la lluvia,

mi empello por azar negó tu nombre, y ya el escándalo en tu furia

desveló mi tramontado escondite a tu universo,


Estoy doblado de muerte, me arrebata el ardor

mi juego ha perdido la doblada apuesta


he perdido



y no mi nombre se cruza entre los grillos del anochecer

bajo el patio,

a nuestro árbol


en la rosa que cultivabas, y ha parido la muerte

de éstos versos,

de éste llanto enmudecido,



que provoca el silencio.

Amor,


he perdido la dignidad


tras el olvido,


la cavidad de tu cintura, morirá con tu sortija,


pero el vacío me acometerá como a un reptil su fuga

hoy nacerá

todo el atropello


mi voz embaucará nieves profanas,


la boca de tu amor

perpetuará tus pasos,

un horizonte ciego,

que no llegará jamás a mi ventana…


Amor,


Aún te he perdido.

Preciosa invocación...lleno de esperanza.
Felicitaciones por el acierto de tus versos.

Muchas gracias, Miguel!!! Un abrazo grande, Poeta!!!!