Desnuda en tanto la noche

Desnuda en tanto la noche te atavía,
para enmendar un ramo de tu olivo
en la prisión que da a mi luz, mi lenitivo,
por el sendero que hace voz, mi voz bravía...
Con el cabello de mi luz, mi luz sombría,
nace del eco que no acalla su melosa
iridiscente sombra exangüe, decorosa,
al firmamento de tu rosa más umbría...

Nace del equidistante extravío la llanura
de tu freno sediento de amor mismo,
donde llaga mi vertiente mi aforismo
negando mi blasón, mi contextura...
No mi silencio fue feroz, a tu mirada,
de mi abstinencia la paloma fue dorada
a tu recelo de gallarda pluma osada
en mi debacle de ilusión, iluminada...

Mi voz expande la contextura de tu sueño
en la mirada de tu sombra, resarcida,
con el lamento en mi figura sostenida
al intocable mutismo con que enseño...
Sol de mirada, en tus ojos, luz acierta!
De mi discurso explanado, en tu mirada...
No mi descaro, no la sombra más desierta
fue la mirada de tu luna enamorada...!

Entre la risa, a tu fragancia, desvaríe
no la centella a mi carbunclo, fue nevada
no la rosa, de tu sien iluminada,
ó ya la estrella de mi amor, a mi amor ríe!
Ó presagiado casto albor, así la estrella
a mi fortuna enceguecida con un paño,
fue la mirada de mi sombra desengaño
do la mirada de mi sombra el lecho sella...

Crece en mi estero, velozmente mi saeta,
desconcertando del oprobio nacarado
de la sombra, mi mirada de poeta
donde agracia más la forma que te ha amado...
Del lascivo extracto de tu luz ya nace
aquél desmedro igualitario de tu forma,
donde el delgado pie que tu sandalia exorna
ha atestiguado en mí el amor, que yace...

Delgada fornitura tu sandalia,
mi amor queda en tu pie, tu verso calla...