Cautiverio de mirada…

Entonando la mirada en cautiverio,
la torre alada, de tu semblante trae la rosa
que como esposa, hace gallarda tu misterio,
y tu sonata de amor desnuda prosa:
Mi solo helado transcurrir sin la diadema,
desnuda bajo pena, oleaginosa amante,
endiablada en amorío de un instante,
goza y discierne la frescura, tuya es la gema:

Mi tierna amante, en el solo transcurrir en que me anido,
de solo rasgo, dispenso y huyo, clamando lo voraz,
disiento y abro, palabras en el rüido,
donde me anido, silente beso avaro, y tan locuaz
como es el hecho, de tu rotundo vals herido,
ó mi cautivo dolor, desnudo el pecho
cual solo árido fulgor de lo que ha sido
…y me deslumbra, ardid de süeño, tu despecho…

Trasciende el bálsamo adherido junto al pecho,
desnudo incienso, rubor que clama al suelo,
constancia en el acervo militar de mi derecho
hundido pasmo ó sagaz medio contra anhelo,
fugaz e insistente de mi pecho, ó tan herido
como fragancia que aquél mar ya no descuida,
ni sopla hendida, ya la fosa verbal de mi gemido,
cual copia alada, inmersa, de mi doncella ida…

Ó tan vivaz, arduo en el hecho, de sentenciar amor
amor que ha sido, de mi constancia el ojo amante
que ha deshecho, la fragancia del morir de mi dolor
que en el color de mis ornatos trae las flores, rutilante
estoico ademán de mi sortija, hundida en celo,
como el primor desnudo amante del pañuelo
que mi tenaz arribo, substancia ha de querer en el silencio
de mi morir, ó de semblar su ósculo trivial donde aquerencio…

Comarca ígnea, desnudo amparo angelical tras el sonido
de mi imperial descanso entre las flechas
donde hay más rüido que el ardor donde te echas
a vestir el horizonte con tu cuerpo. Hendido
tras la desnuda crin del verde que no ha muerto,
ni en mi silencio aquél albor rezume otro mandato
que el de la flecha, a aquél albor de mi maltrato
donde se esconde en mi tenor, mi ojo desïerto…

De mi coraje, al verde mar, hendido es fosa,
la acicalada virtud desde mi esposa,
donde no sueña el verso atroz de tu mirada
ó nace al verme, aquélla voz, de enamorada…!
Que mi misterio, al ver la faz de tu mirada
es glosa cierta no bermeja, sino amada
en donde transmitir mi moraleja inmaculada,
ó ya despierto no asomar, la bruma tan desëada…

Ardor ó pena, en mi vocablo, no hay desierto,
en mi doncella, mudo amor, me ha descubierto…

Una sola palabra para calificar este poema: ¡DESLUMBRANTE!
Saludos.

Muchas gracias, Miguel!!!! Un abrazo grande, amigo!!!! Cariños!!!