Barniz que une la madera, el solo aliento de tu sombra perfumada,
sobre el destello de mi voz iluminada, al cielo adusto, clemátide deshecha,
junto a jazmín la misma tarde de verano,
sobre el ribete de luz, trasciende el cano
abrevar la sortija de tu mano, sobre el sendero de mi voz, mi sol pagano…
Asciende el eco de mi sauce en mi memoria, sobre la estela nacarada lo trasecha,
sobre el desmán herido de tu mecha,
caliginosa espera bienamada, en sombras derruida ó porcelana
que aquieta la vendimia de un instante, a ser vendimia de mi sol, encarcelada
a ser la fruta de mi amor, tan sólo amante
de mi centella, de mi voz, de cumbre rancia…
Oleaginoso empello sobre vacuas, sortílegas y adustas las represas
que sobre el ascua de mi voz y ya fragantes
pacïente flor las legitima, sus rudezas…
Enero ríe, y es su voz todo mandato, alerce puebla de su gnomo su elocuencia,
paciente el oro de su mar de transparencia,
el solo eco de sus flores, flores lentas…
Mirada apenas de su sombra en mis mitades, sobre galano ardor, nace la testa
de mi sortija ó mi verano que contesta
hace la mella voz amante mi protesta…
Sobre la luz el ocio adquiera luz flamante, decrépito arte de mi voz y mi muralla
sobre sendero de mi sombra, donde calla
la soga al arte de mi luz sobre bandera…
Voces y retablos de suspiros, abríase lo doble, contrahecho
de mi suspiro doble, de mi pecho
nace el albor,
junto a jacinto adormecido…
Mirada tienta de su luz jazmín prepara, ya la sombra en su perfume no me abriera,
lo contoneado de la flor que más pudiera,
abrir el alba sobre el mar que me procura…
Desdén del ala que sobre alas va su vüelo, en libertades más adustas, más prohíbe
de su guirnalda de luz en tanto anime, su glosa endecha sobre canto adusto, gime…
Alerce truena con la debacle del suspiro, del más atento y grácil, voz del llano,
sobre la gaza de mi sombra, de mi hermano
de mi prudencia en mi lamento cotidiano…
De mi sendero, a mi confín, va con tu aliento
querella adusta de mi bien, trasunta endëcha,
de mi clave de amor la misma brecha
su oro gime laxitud, paciente ala…
…Sobre su vuelo, no hay jazmín de porcelana, no nïeve adusta, no gime las deidades
su sólo aliento, de mi flor paciente cabe,
el admirar la rosa que al azar nevó y persüade…
Sólo se gime, tras el oro de lo cïerto, su voz flamante, mi discurso no se medra
sobre el sendero, ya la luz, la misma estrëlla
de su mirada adusta que te empëlla…
Roto celaje, roto albor, la misma cela, albor flagrante de estupor engalanado
y sobre el alba, diapasón encarcelado
ó calavera de ilusión, ardör, no prädo…
Aleve, cuántas, en su suspiro nacen hechas, de su fragante voz inmersa, nimiedades
la voz austera de mi glosa, voluntades
sobre la mella de oro cauto, luces gualdas?
Sobre la sierra de mi albor nevada esgrima, sobre pacïencia de su voz, tras su guirnalda,
sobre la tëa nacarada de su falda,
sobre el empello de su sombra tan genüina…
Y voz prohíbe, sobre el arte, la mañana,
mi voz austera sólo ve tras la persiana…
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