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por Que antiguo mal desde las entrañas de mi estómago
escapa entre la lisura del alba,
cuantos trozos de mi alma bajo la almohada
me han dejado que aún piense
en tu mirada plutoniana.
Sí! Solo así en tantos mundos,
tantos dioses, en tantas vidas,
cálido, casi amante
aun el infinito te encuentra.
El sin rostro, sin sonrisa
ardiendo en nuestros lugares olvidados
siempre vivo, siempre bien amado
besas mis muñones.
Has venido desde el cielo a la tierra
y dejado en ella
tu piel meciéndose entre mis dedos;
mientras la tarde levanta
su ultimo sol, su única gloria.
Alondra cautiva de canto sereno
¡Llámame lujuria!
¡nombrame! lúdico, transparente
entre la espesura de mis paisajes de concreto.
Pintura de Goya, escultura de venus al final de la escalera;
que luces del norte
destellando para mi
en tu pecho como un broche.
Siempre habrá vida nueva
para que la habites en mí,
que siempre coincida tu esencia y la mía
en los campos elíseos, caminando hacia los nueve círculos.
Sonrío justo ahora en el zafiro de la tarde;
con un ave de mal agüero a mi ventana
y su visión escarlata,
ella solo vino a perpetuar tu grávida belleza ¡mi amor!.
Indautor 2014.
Lara Bazaldúa.
escapa entre la lisura del alba,
cuantos trozos de mi alma bajo la almohada
me han dejado que aún piense
en tu mirada plutoniana.
Sí! Solo así en tantos mundos,
tantos dioses, en tantas vidas,
cálido, casi amante
aun el infinito te encuentra.
El sin rostro, sin sonrisa
ardiendo en nuestros lugares olvidados
siempre vivo, siempre bien amado
besas mis muñones.
Has venido desde el cielo a la tierra
y dejado en ella
tu piel meciéndose entre mis dedos;
mientras la tarde levanta
su ultimo sol, su única gloria.
Alondra cautiva de canto sereno
¡Llámame lujuria!
¡nombrame! lúdico, transparente
entre la espesura de mis paisajes de concreto.
Pintura de Goya, escultura de venus al final de la escalera;
que luces del norte
destellando para mi
en tu pecho como un broche.
Siempre habrá vida nueva
para que la habites en mí,
que siempre coincida tu esencia y la mía
en los campos elíseos, caminando hacia los nueve círculos.
Sonrío justo ahora en el zafiro de la tarde;
con un ave de mal agüero a mi ventana
y su visión escarlata,
ella solo vino a perpetuar tu grávida belleza ¡mi amor!.
Indautor 2014.
Lara Bazaldúa.
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