Una vez más, desayuno

Una vez más, desayuno

Una vez más, desayuno,
a la orilla de la mesa y de la vida,
con el día apareciendo tras los montes
y en el pecho el palpitar de lo que ha sido.
Una vez más, un té caliente,
acaso unas tostadas de recuerdos,
un pan con mantequilla entre las dudas
o frutas con sabor a fe o nostalgia,
acaso sorbo a sorbo inteligencia,
unión, disfraz, enérgico remedo
de todo lo que fue y que hoy vuelve al trono,
de todo lo que falta y espera en tu aventura.
Una vez más, café con leche,
se enfriará quizás como tus buenas intenciones,
lo beberás de un sorbo como a tus malos sentimientos
o de ida y vuelta en la cuchara hará un anuncio
de volver a despertar y estar bien vivo,
de volver a cantar y honrar silencios
con copias del amor que repartir cuando termines.
Una vez más el sol, la lluvia,
la terca humanidad con sus testigos,
sus cuervos, sus captores, su epitafio
y ese cansancio al rodar por mil callejas,
y en la ventana el sueño de ser más libre y puro
y en cada lagrimón que cae al plato
una sólida verdad de ser tú mismo,
en cada revolver la taza de estos años,
un tímido creer que esta vez todo es ya posible,
en cada conversar mientras terminas con tu leche,
un nuevo comenzar donde por ti todo ya viene.
Una vez más está la mesa ya servida,
de lo que vaya a pasar nos contaremos sin palabras en la cena.

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