Lumbrera

De verde sol, de rojo canto rojo
condenado en mi esplendor, la ciega huida,
de noche pronta, de lejos la partida
hace mi ciega sien canto a tu ojo…
Mi bruma hesperia no cede viento al cojo
sobre el verano de mi amor canta el querube
y a sólo canto diera, su batalla cual me hube
de distinguir llanura a mi despojo…

Crepita, no arde la sombra en ruina pobre
cantar de solos regios, adentrándose en la noche
mirada de mi ruina cabalgándose al fantoche
de mi sombra en lenta ruina, doblegándose ante el robre…
Mirada ufana, lienzo, arredrar no pudo en vano
la mirada del hermano, cual vestigio, una cizaña
del amor cual sólo un pago, esmeralda aún ermitaña
de mi sombra en lento ardor, ofuscándose el verano…

De mi sima, lenta huida cabe al fin mudo estrambote
admirándose el empello de su fragua, aquél descalzo
manantial de mis dos frenos, adueñándose el cadalso
de mi cima ante tu vuelo, esperando muda dote…
Errabundo manantial, acomete sin la bruma
del vestal sombrío apena sin mi voz, tañe la espera
de mi sombra en lenta arena, de mi cumbre cuanto suma
el rodete de tus bucles, ó espirar sombrío diera…

Velada sin su nombre, en el llano, cuanto asedio
no tuviere de su forma, de su sino en libertades,
acomete sin su fragua, entonada en mil mitades
de la cumbre de mi sombra, esperando rojo tedio…
Porcelana entre sus liras arremete entre las aguas
el destello de piraguas cual su sombra entre su huida
de mi sombra su clemátide de amor, bajo su vida,
entonada de mi albor, casi herrumbre, sobre recuas…

Mirada de mi albor, casi de nombre, la pantera
de mi voz en lenta espera, de mi sombra bajo el lecho
de alcanzar mi primavera, ó su bruma en el despecho
de mi albor cual sólo un ángel contuviera luna entera…
De mi risa cual querube, ya no asciende junto al hecho
de mi sombra entre sudor, y golondrina junto a asedio
de mi manto en negro albor, de mi sombra en lento predio
de juglar sobre la espera de mi manto junto al pecho…

Arremete sin su saga, su vislumbre es sólo océano,
no hay dinero sobre el alba: es sólo sed sobre mi médano…